Este túnel trasandino atraviesa la cordillera de los Andes y conecta dos vertientes: Lima se beneficia con esta megaobra

En Lima, el ritual diario de abrir el grifo, regar las plantas con abundante agua y lavar la ropa pinta un cuadro de comodidad y prosperidad. Los apartamentos parecen respirar frescura mientras el agua fluye sin cesar. No obstante, bajo esta superficie de aparente abundancia, surge una pregunta: ¿conocen los peruanos el origen del líquido elemento que consumen tan generosamente? ¿O es que la fuente de este recurso natural permanece oculta, en tanto ellos se deleitan en un confort que podría resultar tanto efímero como ilusorio?

Desde hace ya tiempo, los medios de comunicación han informado sobre los lugares de donde proviene el agua que consumen los peruanos. Como respuesta rápida a la pregunta sobre su origen, muchos podrían señalar la planta de tratamiento La Atarjea, ubicada en el distrito limeño de El Agustino. Sin embargo, esta respuesta no es del todo precisa.

En la sierra del Perú, específicamente en el departamento de Junín, existen lagunas cuyas aguas alimentan las represas de Antacoto y Huascacocha. Es precisamente desde estos lugares que fluye el agua hacia Lima, a través de una extensa red de acueductos y un túnel trasandino que atraviesa la cordillera de los Andes y conecta las vertientes Atlántico y Pacífico.

El punto de origen del túnel que atraviesa la cordillera de los Andes se encuentra en Marcapomacocha, un distrito de la provincia de Yauli, en el departamento de Junín. Este lugar se distingue por sus lagunas naturales, que no solo brindan vida a su entorno inmediato, sino también a zonas desérticas como Lima Metropolitana.

En esta locación se hallan más de 40 lagunas, muy populares entre los turistas. Atraídos por el paisaje casi de ensueño, muchos realizan un viaje de seis horas desde Lima en transporte particular para llegar a este destino. Al arribar, podrían sentirse más que agradecidos por el imponente panorama que contemplan, pero especialmente por saber que estas lagunas son la fuente de vida de la ‘Ciudad de los Reyes’. Una de estas fuentes vitales apreciadas es la laguna Marcapomacocha, cuyas aguas son trasladadas a la represa Antacoto.

Ahora bien, ¿cómo llega el agua de las lagunas desde la sierra hasta la costa? Pues se logra trasladar a través de un túnel trasandino, que cuenta con una longitud de 10 kilómetros.

Desde el distrito de Marcapomacocha hasta Lima Metropolitana hay más de 100 kilómetros por carretera. Bajo esta premisa, un lector atento podría preguntarse: ¿cómo llega el agua a la capital si el túnel solo tiene una longitud de 10 kilómetros? Pues bien, el túnel es solo uno de los elementos clave para el traslado del agua, que también discurre a lo largo del río Rímac en su trayecto hacia Lima.

Respecto al destino final del agua de las lagunas, el Ministerio de Vivienda, Construcción y Saneamiento señaló lo siguiente: “La represa Antacoto, ubicada a 4.600 m s.n.m., en Junín, almacena 331 millones de metros cúbicos de agua. Desde aquí, el agua inicia su recorrido hasta llegar a la planta de La Atarjea (Lima) de Sedapal donde es potabilizada y distribuida hacia los distritos de la capital”.

El ingeniero Rómulo Cárhuaz, analista de Manejo de Cuencas en Sedapal, también se refirió a la represa Antacoto durante una entrevista realizada por el área de Comunicaciones de Sedapal. “Del 1 de mayo al 30 de noviembre es el período de descarga. Sedapal cuenta con un total de 19 lagunas reguladas y tres grandes represas: Antacoto, Huascacocha y Yuracmayo”, señaló.

El túnel trasandino, que tiene una longitud de 10 kilómetros, conecta las áreas de Cuevas y Milloc. Su construcción se llevó a cabo entre 1957 y 1962 con el objetivo de desviar las aguas de las cuencas de alto nivel de la vertiente atlántica de la Divisoria Continental hacia las centrales hidroeléctricas de los ríos Santa Eulalia y Rímac. Esta megaobra fue diseñada con pendientes ascendentes desde cada entrada hasta el centro, para que el agua pudiera moverse por gravedad.

Para impulsar el agua a través del túnel, se utiliza un pozo vertical en el extremo aguas arriba. Debido a las dificultades durante su excavación, la sección del túnel es irregular. En algunas partes, el arco de la construcción está revestido de concreto, adaptándose a la forma excavada, lo que resulta en un perfil no uniforme. A lo largo de tramos en cada extremo del túnel, se ha instalado una plataforma de madera con soportes verticales.

En el centro del túnel, la sección era originalmente más pequeña, y los rieles se encontraban directamente en el suelo. Sin embargo, esta parte del túnel se amplió más tarde para mejorar el flujo. El primer tramo del túnel, que va desde la entrada hasta el centro, está diseñado para transportar el agua completamente llena. En contraste, el tramo que va del centro hasta la salida permite que el agua fluya libremente por la superficie.

En síntesis, hace varias décadas se inició el proyecto Marca III, cuyo propósito es desviar agua desde la parte alta de la cuenca del río Mantaro hacia la cuenca del río Rímac mediante una red de canales y un túnel. Este sistema permite transportar agua a través de la cordillera para abastecer a la población de Lima Metropolitana con agua potable y generar energía eléctrica. Así, el proyecto optimiza el uso de los recursos hídricos y asegura el suministro esencial para la ciudad.

Más información:

Marca III, pieza clave en el abastecimiento de agua para Lima Metropolitana, enfrenta hoy múltiples desafíos que comprometen su eficiencia y sostenibilidad. Estos retos, originados tanto por factores naturales como humanos, representan obstáculos significativos para garantizar el suministro de agua en la ciudad.

• Cambio climático y reducción de precipitaciones

El cambio climático ha provocado una variabilidad en los patrones de precipitación en la sierra peruana, afectando el caudal de las lagunas que alimentan las represas de Antacoto y Huascacocha. La disminución de lluvias y el aumento de la temperatura están reduciendo la disponibilidad de agua, lo que genera incertidumbre sobre la capacidad del sistema para abastecer a la creciente población de Lima.

• Crecimiento poblacional y demanda hídrica

Lima sigue experimentando un rápido crecimiento poblacional, lo que incrementa la demanda de agua potable. El sistema actual, diseñado hace varias décadas, está bajo presión para satisfacer las necesidades de más de 10 millones de habitantes. Esta situación requiere de una ampliación y modernización de la infraestructura existente para asegurar un suministro eficiente.