Cada 5 de septiembre se conmemora el Día Internacional de la Mujer Indígena, fecha establecida con el objetivo de reconocer y honrar la constante lucha y resistencia de este sector de la población, especialmente en un contexto de interculturalidad e igualdad de género. En el Perú, son 124 las que ocupan cargos directivos en sus comunidades y el 44% de ellas se desempeñan como jefas o presidentas.
Así lo dio a conocer la Asociación Interétnica de Desarrollo de la Selva Peruana (Aidesep), organización que destacó el rol de las mujeres indígenas amazónicas en sus comunidades y que apuntó que poco a poco se va logrando su acceso a los espacios de toma decisiones.
El papel de las mujeres indígenas en el Perú
En una publicación de sus redes sociales, Aidesep realizó un conteo de los hitos más importantes obtenidos por las mujeres indígenas amazónicas en nuestro país, entre los que destacó que, durante el año 1999, una mujer yanesha —identificada como la hoy reconocida lideresa Teresita Antazú— fue elegida como parte del consejo directivo de la organización.
En otro momento, destacó que, en el 2023, la lideresa awajún Elaine Shajian asumió la presidencia de la Coordinadora Regional de los Pueblos Indígenas de San Lorenzo (Corpi-SL). De esta manera, se dejó en claro que hay nuevos campos en los que está destacando más su presencia, ya sea como ingenieras y abogadas u otras profesionales.
Las mujeres indígenas desempeñan múltiples roles dentro de sus comunidades que han evolucionado con el tiempo: se dedican no solo a la preservación cultural, sino también a mantener unidas a sus familias y comunidades. Su lucha contra problemas como la pobreza, la desigualdad y la exclusión es constante y vital para el desarrollo sostenible de sus pueblos.
Vulneraciones a los derechos de las mujeres indígenas
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) elaboró el informe ‘Las mujeres indígenas y sus derechos humanos en las Américas’, en el que destacó algunas de las principales vulneraciones a los derechos de esta población:
- Discriminación estructural y violencia: hay un vínculo estrecho entre los actos de violencia cometidos contra ellas y la discriminación histórica que todavía enfrentan como consecuencia de la intersección de su género, raza, origen étnico y frecuente situación de pobreza. A lo largo de la historia, las mujeres indígenas han sufrido racismo, exclusión y marginación, factores que influyen en la discriminación estructural e institucional que siguen enfrentando en todos los sectores del gobierno y la sociedad.
- Obstáculos en el acceso de justicia: la discriminación en el sistema de justicia oficial, sumada a las altas tasas de marginación y violencia física, emocional y sexual que presentan, obstaculiza el acceso a la justicia de las mujeres indígenas. Hay pocas leyes, políticas públicas y programas orientados a abordar los problemas particulares de las mujeres indígenas como grupo de la población, ya que —en su mayoría— están orientadas a los pueblos indígenas o a las mujeres en general.
Conmemoración de las mujeres indígenas
El 5 de septiembre se celebra el Día Internacional de la Mujer Indígena, establecido en 1983 durante el Segundo Encuentro de Organizaciones y Movimientos de América en Tiahuanaco, Bolivia, en homenaje a Bartolina Sisa, líder indígena aymara asesinada en 1782. Esta conmemoración, reconocida por las Naciones Unidas, tiene como objetivo poner en foco a las mujeres indígenas, su historia, situación y perspectivas.
Asimismo, el 18 de mayo se conmemora en Perú el Día Nacional de la Mujer Indígena u Originaria, de acuerdo a la Ley N.º 31048, promulgada el 14 de septiembre de 2020 y publicada en el diario El Peruano. Dicha fecha busca visibilizar, reconocer, valorar y promover la participación efectiva y el aporte de esta población en el desarrollo social, económico, político y cultural del país.
La diferencia entre ambos días radica en sus fundamentos y alcance. La última fecha se asienta en la legislación peruana y su establecimiento tuvo lugar en el contexto de la pandemia. En contraste, la restante responde a una reivindicación política de movimientos sociales y tiene un reconocimiento más amplio, a nivel global.
Ambas fechas refuerzan la importancia de las mujeres indígenas en la construcción de sociedades más justas y equitativas, además de llamar a la reflexión y acción en pro de sus derechos. La doble conmemoración ofrece una oportunidad para abordar los desafíos que aún enfrentan y promover una mayor conciencia y acción hacia su inclusión y reconocimiento.