Uno de los graves problemas que continúa enfrentando el Perú es la crisis en su sistema de salud, situación que causa la vulneración de su derecho al acceso a una salud digna. El pésimo servicio en los diferentes niveles de atención en los centros del Ministerio de Salud (Minsa) y del Seguro Social de Salud (EsSalud), y los altos costos de servicios en el sector privado, provoca que muchas personas opten por recurrir a soluciones rápidas en las farmacias.
De acuerdo al estudio ‘Situación actual del sistema de salud peruano’, elaborado por Videnza Consultores por encargo de ComexPerú, el 46% de personas que se enferman corren a las farmacias y boticas como su primer lugar de atención, un dato numérico que ha incrementado en un 5% en solo seis años antes de la llegada de la pandemia.
La investigación también revela que solo el 31% de la población acude a los centros de atención del Ministerio de Salud (Minsa), mientras que un 11% busca tratamiento en EsSalud, pese a que estos deben atender al 91% de la población peruana (el otro 9% se atienden en el sistema privado).
¿Las razones?
No sorprende que cada vez más peruanos opten por evitar los establecimientos de salud del sector público. En instituciones como el Minsa y EsSalud, los pacientes enfrentan demoras significativas: pueden esperar hasta tres meses para obtener una cita médica y experimentar retrasos similares para realizarse exámenes. A ello, se suman largas colas para llegar a ventanilla y solicitar una cita, esperas que pueden tardar varias horas.
Estas dificultades no solo afectan la atención primaria y secundaria, destinada a la prevención y tratamiento de enfermedades, sino también los servicios de emergencias y cirugías urgentes, poniendo en riesgo la salud y la vida de quienes requieren atención inmediata. La situación es más grave si se toma en cuenta la precariedad de la infraestructura y equipamiento en los establecimientos de salud estatales.
El estudio de Videnza Consultores muestra que el 97.7% de los puestos de salud y centros de salud, el 97.6% de los hospitales y el 95.1% de los institutos especializados del sistema de salud público tienen una inadecuada infraestructura y equipamiento.
Además, el déficit de personal médico y de enfermería es alarmante (4 médicos por 10 mil habitantes), especialmente en el primer nivel de atención. Esto resulta en que solo el 57% de los establecimientos de salud operen menos de 12 horas al día, y el 78% no cuente con todos los medicamentos esenciales, según el Minsa y Propuestas del Bicentenario (PDB).
Gobierno del Perú afecta la economía familiar por baja inversión en Salud
Ante esta situación, los peruanos se ven forzados a desembolsar S/444 al mes de su propio bolsillo para cubrir gastos en medicamentos y otras atenciones en el sector privado. Este gasto ha aumentado un 29% en comparación con el periodo previo a la pandemia.
La carga que impone el gobierno peruano a la economía familiar es evidente y afecta principalmente a los más vulnerables quienes deben dejar de lado el destino de sus recursos para alimentación, educación y vivienda para solventar gastos médicos. El estudio revela que Perú está entre los países con el menor gasto per cápita en el sector público de salud, con una inversión de solo S/523 por paciente. En contraste, países como Chile y Colombia destinan S/1.248 y S/1.679 por paciente, respectivamente.