En el confín del Perú, la selva se extiende como un laberinto de verdes intensos donde el murmullo de la vida se mezcla con el silencio. Aquí, las sombras y la luz juegan a revelar apenas fragmentos de un mundo que parece resistirse a ser conocido. Los ríos corren con un sigilo ancestral, mientras los árboles esconden misterios que solo el más audaz se atrevería a desentrañar. Este es un territorio donde cada paso es un viaje hacia lo incierto.
Cualquiera que explore la Amazonía peruana por primera vez puede sentir cómo la densa humedad y el calor envolvente dominan el ambiente. A medida que avanzan por los caminos cubiertos de vegetación, notarán que el aire está impregnado de aromas terrosos y frescos. Este entorno exuberante puede dejar a los visitantes asombrados.
Esta intensa emoción la habrían experimentado los españoles en el siglo XVI al descubrir la selva. Habitualmente se relata que los conquistadores, liderados por Francisco Pizarro, realizaron sus primeras exploraciones en la costa del Perú. Antes de llegar allí, habían recorrido territorios que hoy corresponden a Panamá, además del norte de Colombia y la región ecuatoriana, lo que les permitió establecer rutas hacia el sur.
Con esta base, Pizarro y sus hombres avanzaron hacia el interior del Perú, un escenario en el que se desencadenaron eventos que transformaron el curso de la historia. Uno de los hitos más significativos fue la captura del Inca Atahualpa en Cajamarca en 1532, un hecho que condujo a la caída del Imperio inca y a la posterior formación del virreinato.
La emoción que los foráneos podrían haber sentido es hipotética, pero lo que sí es un hecho es que realmente exploraron la selva. De esto dio cuenta Rafael Varón Gabai, doctor y magíster en Historia, a través de un artículo publicado por la Pontificia Universidad Católica del Perú.
“Las primeras expediciones españolas a la selva se realizaron a muy poco tiempo de la llegada de los españoles al Perú. A mediados de 1535, Francisco Pizarro autorizó a Alonso de Alvarado la ‘entrada’ de los Chachapoyas, viaje de conquista que este emprendió prontamente hasta traspasar el río Marañón. A fines del mismo año, Alvarado organizó otra expedición de mayor envergadura que eventualmente lo llevaría a las regiones de Bagua y de Moyobamba”, se lee en el documento.
Precisamente, Moyobamba fue el territorio en la selva del Perú donde se asentó la primera población española. Al escuchar el nombre de esta ciudad, muchos podrían asociarla con los baños termales de San Mateo y reconocerla como la capital del departamento de San Martín, pero pocos la relacionarían con los españoles. Por ello, es pertinente explicar lo que ocurrió en este lugar durante el siglo XVI.
Moyobamba, el territorio donde se asentó la primera población española
Desde los inicios del virreinato, la selva peruana representaba un enigma para los europeos, quienes ya habían conocido distintos lugares de la costa de América. El investigador Eliseo Talancha Crespo, en una entrevista con Andina, señaló que hubo al menos tres expediciones a la selva registradas, las cuales fueron lideradas por Alonso de Mercadillo, Alonso de Alvarado y Gómez Arias Dávila. Una de estas incursiones culminó con el establecimiento de una importante población española.
En un boletín del Instituto Nacional de Estadística e Informática, titulado “Conociendo Moyobamba”, se menciona que un lugar determinado de la Amazonía fue habitado por un grupo numeroso de españoles por primera vez. Antes de que sucediera este acontecimiento, los foráneos ya habían explorado territorios como Jaén y Chachapoyas.
“Moyobamba fue la primera población española establecida en plena selva amazónica”, se lee en el documento del INEI.
Ahora bien, es importante preguntar cómo llegaron a este lugar. En 1535, Alonso de Alvarado realizó su primera expedición a la selva, acompañado de 13 hombres. Su travesía los llevó hasta Chachapoyas, una ciudad que el propio Alvarado fundaría tres años después.
“Después de acompañar a Pizarro en la guerra de las Salinas, Alvarado organizó una expedición de 120 hombres con los que penetró por primera vez a la región de Moyobamba”, reza el texto del organismo central y rector. Así, el territorio fue habitado por españoles, quienes hasta ese entonces no se habían quedado por un tiempo prolongado en un lugar específico de la Amazonía.
Habiendo contado ello, es menester dar algunas luces sobre quién fundó Moyobamaba. La historia nos dice que existen dos versiones sobre su génesis. Algunos historiadores señalan a Juan Peréz de Guevara como fundador, mientras que otros atribuyen dicho título a Alonso de Alvarado.
Sobre el primer personaje histórico, el Inca Garcilaso de la Vega en su obra “Historia general del Perú” manifiesta lo siguiente: “Llevaron muy lúcida banda de gente, pasaron grandísimos trabajos hasta llegar al Río de la Plata, quizá adelante haremos mención de ello. A Gonzalo de Monroy envió el reino de Chili en socorro al Capitán y Gobernador Pedro de Valdivia, que andaba conquistando las provincias y naciones de aquel reino. A otra provincia, llamada Mullupampa, envió al Capitán Juan Peréz de Guevara que la conquistase, que poco antes la había descubierto él mismo”.
Ebn cuanto a Alonso de Alvarado, es pertinente dar a conocer el fragmento de un texto publicado por el Congreso de la República del Perú. “El historiador Francisco Izquierdo Ríos, en su obra titulada ‘La Comandancia General de Maynas’, atribuye la fundación de la ciudad de Moyobamba al capitán Alonso de Alvarado Miranda y Montoya el 25 de julio de 1538, con el nombre de ‘Santiago de los Ocho Valles’”, se lee.
Finalmente, la localidad fundada se transformó en un cuartel general desde el cual se organizaban y emprendían diversas expediciones. “En el siglo XVI durante el gobierno colonial, Moyobamba atrajo por este tiempo a numerosos expedicionarios”, agregó el INEI.
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Moyobamba, la ‘Ciudad de las Orquídeas’
La capital del departamento de San Martín se encuentra a una altitud de 860 metros sobre el nivel del mar y 96 metros sobre el nivel del río Mayo. Se extiende sobre una amplia planicie, rodeada de imponentes colinas que alcanzan hasta los 1,300 m s. n. m., visibles desde cualquier punto de la ciudad.
La denominación de Moyobamba como la ‘Ciudad de las Orquídeas’ se debe a que alberga más de 3,500 especies de estas flores, lo que representa el 10% de todas las especies conocidas y descritas en el mundo. Los turistas pueden apreciar esta riqueza natural en el Bosque de Protección Alto Mayo, un área natural protegida por el Estado, o en los viveros.
Atractivos turísticos de Moyobamba
El Mirador Punta de San Juan y Tahuishco ofrece a los visitantes una buena vista de los valles que rodean Moyobamba. Ubicados a pocos minutos del centro, este lugar permite disfrutar de la belleza escénica de la ciudad desde una perspectiva casi de ensueño.
A pocos kilómetros de la ‘Ciudad de las Orquídeas’, también se encuentran dos atractivos naturales con aguas medicinales. La cascada Aguas Calientes, ubicada a solo 5 kilómetros de la ciudad, tiene temperaturas que varían entre los 32°C y 40°C; un sector de la población peruana la conoce por sus propiedades curativas. A su vez, los Baños Sulfurosos de Oromina, a 7 km de su plaza principal, ofrecen aguas a 8°C y también se les atribuyen beneficios para la salud.