Una crisis es una manifestación física, emocional y mental, que viene cargada de dolor, insatisfacción, sentimiento de vacío, ansiedad, inseguridad y cuestionamiento.
Según Bruno Drago, psicólogo y especialista en salud emocional masculina, existe una tendencia en hombres de 33 años que consiste en transitar por un periodo de redefinición de la identidad. Esto consiste en la elaboración de un proyecto de vida dejando de lado las expectativas sociales, familiares o de un entorno cercano.
En los ejecutivos modernos esta crisis suele empezar con preguntas como: ¿quién soy? O, ¿qué he logrado hasta ahora? Luego se manifestará con preguntas más profundas relacionadas con el ámbito laboral como: ¿realmente este estilo de vida me da paz y tranquilidad? O, ¿lo que estoy haciendo es a lo que me quiero dedicar por el resto de mi vida?
En esa línea, varias empresas ya están conscientes de este fenómeno y han empezado a impulsar programas de coaching en el trabajo. Según el State of the Global Workplace Report de Gallup, los empleados que experimentan altos niveles de bienestar son 31% más productivos y tienen 41% menos absentismo.
Muchos ejecutivos pasan por este periodo inadvertidamente. Por este motivo, estas son las cinco señales para identificar la crisis de los 33.
1. Sentimiento de ‘sin rumbo’.
A pesar de tener un buen empleo y estabilidad económica, puedes sentir que has perdido el norte. La rutina diaria se vuelve monótona y la sensación de no saber hacia dónde dirigirse es constante.
2. El ciclo de arrepentimiento y dudas.
Mirar hacia atrás y cuestionar las decisiones pasadas es una práctica común. Arrepentirse de caminos no tomados y dudar de las elecciones actuales generan un círculo de incertidumbre y frustración.
3. Incertidumbre por el futuro.
La sensación de no tener el control sobre lo que viene puede generar ansiedad. La falta de claridad en objetivos y metas a largo plazo provoca una visión borrosa del futuro.
4. Autosabotaje.
Este se manifiesta en forma de procrastinación o en la toma de decisiones que van en contra del propio bienestar. Es una manera inconsciente de bloquear el progreso, reforzando la sensación de estar atrapado.
5. Sentimiento de vacío.
Aunque todo parezca estar bien en la superficie, un sentimiento interno de insatisfacción y vacío puede persistir. Es una señal de que las metas alcanzadas no llenan las expectativas personales o de que se necesita un cambio de dirección.
Es claro que el hombre moderno cada vez ve con buenos ojos la importancia de trabajar en el mismo. Sin embargo, este es un proceso que avanza lentamente en Perú, ya que existen barreras sociales y culturales que generan miedo, prejuicios, cuestionamiento de la autosuficiencia, supresión emocional, y escepticismo al cambio. Las empresas hoy están respondiendo hacia esa necesidad con programas de orientación que motivan a los trabajadores a asistir a sesiones de terapia.