Antonio Panta: la historia del lustrabotas peruano que llegó a iluminar Hollywood

Este joven inmigrante peruano, sin saber inglés, alcanzó el éxito en la industria cinematográfica más grande del mundo.

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La historia de Antonio Panta, un joven peruano que emigró a Estados Unidos en 1945, es un viaje de lucha y triunfo. Comenzando como lustrabotas en Nueva York, logró forjar una exitosa carrera en la televisión y cine estadounidenses, ganando incluso un premio Emmy. (Archivo Familiar)
La historia de Antonio Panta, un joven peruano que emigró a Estados Unidos en 1945, es un viaje de lucha y triunfo. Comenzando como lustrabotas en Nueva York, logró forjar una exitosa carrera en la televisión y cine estadounidenses, ganando incluso un premio Emmy. (Archivo Familiar)

Tal vez el nombre de Antonio Panta no resuene en los anales de las grandes celebridades de Hollywood, pero no cabe duda de que su influencia técnica dejó una marca imborrable en la industria cinematográfica estadounidense.

Su historia es un testimonio de la capacidad humana para sobreponerse a las adversidades, abrazar las oportunidades y, finalmente, conquistar un sueño que para muchos podría parecer inalcanzable.

Del Callao a la Gran Manzana

Antonio Panta llegó a Nueva York con 17 años, dejando atrás el Callao, y enfrentando los desafíos de la gran ciudad en su búsqueda de un futuro más prometedor. En la foto, con Jack Nicholson. (Archivo Familiar)
Antonio Panta llegó a Nueva York con 17 años, dejando atrás el Callao, y enfrentando los desafíos de la gran ciudad en su búsqueda de un futuro más prometedor. En la foto, con Jack Nicholson. (Archivo Familiar)

Su aventura comenzó en 1945, cuando Antonio Panta emprendió un viaje desde el Callao, Perú, a los Estados Unidos. Apenas tenía 17 años y, sin dominar el inglés ni haber completado su educación secundaria, llegó a Nueva York en busca de mejores oportunidades.

Como muchos migrantes, sus primeros años en la gran ciudad estuvieron marcados por la lucha constante por sobrevivir. Sus primeras ocupaciones fueron variadas, pero fue su trabajo como lustrabotas lo que le abriría inesperadamente las puertas a un mundo completamente nuevo.

Y es que durante su tiempo como lustrador de zapatos en Nueva York, Panta conoció a John Wayne, la legendaria estrella de Hollywood, quien se convirtió en un cliente habitual.

La relación entre ambos trascendió lo meramente profesional; Wayne confiaba en Panta para mantener sus zapatos impecables, y pronto comenzó a invitarlo a diferentes eventos.

En una de estas ocasiones, un desperfecto técnico en un set de filmación dio a Panta la oportunidad de mostrar su habilidad con la electricidad. Su rápida intervención y destreza no pasaron desapercibidas. Los productores, impresionados por su capacidad, lo invitaron a unirse al equipo técnico, marcando así el comienzo de su carrera en la industria del cine y la televisión.

Un camino de superación y éxito

Un día, mientras lustraba zapatos, Antonio Panta conoció a John Wayne, un encuentro que lo catapultaría a una nueva vida en Hollywood. (Archivo Familiar)
Un día, mientras lustraba zapatos, Antonio Panta conoció a John Wayne, un encuentro que lo catapultaría a una nueva vida en Hollywood. (Archivo Familiar)

Decidido a avanzar en su nueva carrera, Antonio Panta no solo trabajó como electricista, sino que también continuó su educación. Completó sus estudios básicos y luego se especializó en electricidad en Los Ángeles.

Más tarde, se formó en producción televisiva en Chicago, adquiriendo una sólida base técnica que le permitió participar en producciones de gran renombre. Entre los proyectos más destacados en los que Panta colaboró se encuentran películas icónicas como “Doctor Zhivago” y series televisivas como “Buck Rogers” y “Playhouse 90″.

Su trabajo no solo se limitó a la técnica; también logró integrarse en la producción, uniendo su conocimiento técnico con su pasión por la narración visual. En 1957, apenas doce años después de haber llegado a los Estados Unidos, su talento fue reconocido con un premio Emmy, galardón que obtuvo por su excepcional labor en “Playhouse 90″.

El artesano de la luz

Decidido a progresar, Antonio Panta combinó trabajo y estudios, alcanzando un éxito que lo llevaría a trabajar en producciones emblemáticas de Hollywood. En la imagen, con Charles Bronson. (Archivo Familiar)
Decidido a progresar, Antonio Panta combinó trabajo y estudios, alcanzando un éxito que lo llevaría a trabajar en producciones emblemáticas de Hollywood. En la imagen, con Charles Bronson. (Archivo Familiar)

Antonio Panta se convirtió en un luminotécnico respetado, trabajando en series y películas que se convirtieron en clásicos de la televisión y el cine. Uno de los hitos de su carrera fue su participación en la producción de “Star Wars”, una saga que revolucionó el cine y cuya iluminación jugó un papel crucial en la creación de su atmósfera única.

Su habilidad para manipular la luz y crear ambientes visuales impactantes lo llevó a ser parte del equipo técnico de la Columbia Broadcasting System (CBS) en California, desde donde trabajó en numerosos proyectos de alto perfil.

Además, fue solicitado para colaborar en importantes programas en Nueva York, como el famoso show de Ed Sullivan, lo que subraya su versatilidad y adaptabilidad en la industria.

De igual manera, y a lo largo de su carrera, Panta tuvo la oportunidad de trabajar junto a grandes figuras de Hollywood, tanto en el cine como en la televisión. Estrellas como Clint Eastwood, Michael Landon, y Jack Albertson valoraron su trabajo, y su destreza técnica se convirtió en una pieza fundamental para el éxito de muchos proyectos.

Incluso, tuvo la dicha de colaborar con la célebre soprano peruana Yma Súmac, uniendo así sus raíces peruanas con su trabajo en la cúspide de la cultura popular estadounidense.

No se olvidó de su patria

Aunque triunfó en Hollywood, Antonio Panta nunca olvidó su tierra natal, regresando a Perú para compartir su experiencia y contribuir al desarrollo televisivo. Con Clint Eastwood. (Archivo Familiar)
Aunque triunfó en Hollywood, Antonio Panta nunca olvidó su tierra natal, regresando a Perú para compartir su experiencia y contribuir al desarrollo televisivo. Con Clint Eastwood. (Archivo Familiar)

Aunque su carrera se desarrolló principalmente en los Estados Unidos, Antonio Panta nunca olvidó sus raíces peruanas. A lo largo de su vida, regresó en varias ocasiones a su tierra natal, donde compartió sus conocimientos y experiencia con el objetivo de impulsar la televisión en el Perú.

Su vida es un ejemplo de cómo el talento y la perseverancia pueden derribar barreras culturales y lingüísticas, y de cómo un joven inmigrante puede llegar a convertirse en una figura influyente en una de las industrias más competitivas del mundo.

Panta falleció el 2 de noviembre de 1992 en Los Ángeles, dejando un legado de excelencia técnica y un ejemplo de superación para las generaciones futuras.

Su historia no es solo la de un éxito personal, sino también la de un hombre que, a través de su trabajo, contribuyó a la magia del cine y la televisión, iluminando no solo los sets de filmación, sino también los corazones de quienes lo conocieron.

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