Al cierre del mes de agosto del 2024, siete ciudades en el Perú se mantienen con un promedio de inflación anualizada, que mide desde septiembre del 2023, por encima de la media nacional, informó el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI).
En términos anualizados, la variación porcentual del Índice de precios al consumidor (IPC) en estas siete ciudades estuvo muy por encima del promedio nacional de 1,68%, con ratios que oscilan entre el 2% y 3,46%.
La inflación, que consiste en el aumento generalizado y sostenido de los precios de los bienes y servicios, en Perú se ha convertido en un tema de gran preocupación, especialmente en un contexto de reactivación económica. Su crecimiento desproporcionado impacta directamente en el poder adquisitivo de las personas, disminuyendo su capacidad para cubrir necesidades básicas como alimentación, vivienda y transporte.
Estas ciudades, señaladas por el INEI, son Moquegua (2%), Lima Metropolitana (2,03%), Tarapoto (2,18%), Puerto Maldonado (2,49%), Huancayo (2,58%), Ica (2,70%) y Ayacucho (3,46%). Esta última, peligrosamente, acumula en los primeros ocho meses del año un crecimiento de la inflación que escapa del rango meta de entre 1% y 3% que establece el Banco Central de Reserva (BCRP).
La inflación o IPC nunca retrocede, sino que siempre avanza. Por eso, antes se podían comprar diez panes con S/1. Sin embargo, lo ideal es que lo haga a un ritmo moderado y no escape de la meta anual que establecen las autoridades, a fin de no golpear a las familias.
Vale precisar que el índice referencial para la inflación en el Perú es el de Lima Metropolitana -que anotó un progreso interanual de 2,03% en agosto de 2024-, no el que considera el promedio Nacional.
Los alimentos que más subieron y bajaron en agosto
El INEI informó que las ciudades que se encuentran por encima del promedio nacional están experimentando un fenómeno inflacionario que se manifiesta en diversos sectores de consumo. Uno de estos es el relacionado a Alimentos y Bebidas no Alcohólicas, analizado por el INEI.
A detalle, las hortalizas, legumbres y tubérculos contribuyeron al alza de la partida, con un incremento del 2,9%. Especialmente, el ajo entero registró un aumento significativo del 54,9% en 26 ciudades, y otros productos como el haba verde (20,8%), el pepinillo (7,6%) y el ají rocoto (6,6%) también vieron sus precios subir en varias ciudades.
Otros productos alimenticios también vieron un incremento en sus precios, con un aumento general del 4,0%, destacándose el ajo molido, que aumentó un 42,7% en 8 ciudades. En el sector de los pescados y mariscos, productos como el bonito (7,1%) y la caballa (5,6%) registraron aumentos notables, mientras que el café, té y cacao aumentaron un 1,2%, con la cocoa en polvo subiendo un 12,4% en 12 ciudades y el producto achocolatado aumentando un 2,6% en 14 ciudades.
Entre los tubérculos, la papa blanca subió un 17,4% en 25 ciudades, el camote amarillo aumentó un 15,0% en 7 ciudades, y la papa color registró un incremento del 13,0% en 10 ciudades. Otros tubérculos, como la papa amarilla y la papa huayro, subieron un 8,2% y un 5,6%, respectivamente.
La carne también experimentó un ascenso destacable, con el pollo eviscerado subiendo un 6,0% en 26 ciudades y cortes como la pechuga y la pierna aumentando un 3,2% y un 2,9%, respectivamente. En 17 ciudades, los menudillos de pollo se elevaron un 2,8% y la milanesa de pollo subió un 1,9% en 6 ciudades. Este aumento generalizado en los precios de la carne se destacó como uno de los factores principales del incremento inflacionario.
Estas alzas fueron, en parte, contrarrestadas por el descenso en los precios de ciertos productos específicos, tales como el choclo que cayó un 17,7% en 10 ciudades, la cebolla de cabeza que disminuyó un 11,5% en 26 ciudades y el tomate, que bajó un 6,9% en 19 ciudades. También se registraron descensos en el zapallo con una reducción del 4,8% en 12 ciudades y la arveja verde, que disminuyó un 3,0% en 22 ciudades.
En agosto pasado, las frutas también presentaron una notable caída en sus precios, con los arándanos disminuyendo un 26,5%, y la fresa bajando un 11,8%, lo que influyó en un panorama inflacionario mixto en varios sectores alimentarios.
La electricidad también subió
La inflación subyacente para agosto de 2024, que excluye los productos de mayor volatilidad como los alimentos y los productos energéticos, mostró una ligera variación de 0,01%. Esta modesta fluctuación se enmarca en un contexto económico donde varios rubros esenciales experimentaron cambios más pronunciados en sus precios.
Durante agosto, los alimentos y bebidas consumidos tanto dentro como fuera del hogar registraron una variación del 0,62%. En contraste, los combustibles, un componente crucial del gasto energético de los hogares, tuvieron un comportamiento mixto.
Los precios del gasohol y lubricantes aumentaron un 0,23%, mientras que el gas doméstico mostró un incremento menor del 0,10%. Por su parte, los combustibles sólidos y el gas natural para uso residencial presentaron una ligera disminución del 0,03%.
La electricidad residencial, otro pilar de los gastos en energía de los hogares, experimentó una variación considerable del 0,63%. Estos datos reflejan un panorama donde las variaciones en los precios de los productos energéticos y alimentarios influyen significativamente en la economía familiar.