El trágico vuelo 603 de AeroPerú: la noche en que un error de mantenimiento condujo al desastre

Una noche fatídica se cernió sobre los cielos de Lima el 2 de octubre de 1996. El vuelo 603 de Aeroperú, con destino a Santiago de Chile, despegó del Aeropuerto Internacional Jorge Chávez alrededor de las 00:40 horas. A bordo viajaban 70 personas, entre tripulación y pasajeros, cuyas vidas se verían truncadas por una serie de eventos inesperados y caóticos que desencadenarían en una carrera contrarreloj por aterrizar de emergencia.

Poco después del despegue, los pilotos se enfrentaron a una situación crítica que pondría a prueba su experiencia y habilidades. Los altímetros y el indicador de velocidad fallaron repentinamente, lo que provocó una confusión total en la cabina. A medida que transcurrían los angustiantes minutos, la falta de instrumentos confiables sumió a la tripulación en un caos del que no lograría salir. Pese a los desesperados intentos de solucionar el problema, el desenlace sería trágico e inevitable.

Según el informe publicado por la Comisión de Investigación de Accidentes de la Dirección General de Transporte Aéreo, el Boeing 757-200 alcanzó cierta altura después del despegue, los pilotos se percataron de que los altímetros no respondían correctamente, se indicó una altura de 0 pies cuando la aeronave ya estaba en el aire. Al mismo tiempo, el indicador de velocidad también cayó y provocó la activación de varias alarmas.

La tripulación, compuesta por el capitán Eric Schreiber y el copiloto David Fernández, intentó comprender lo que estaba por suceder. Los instrumentos pasaron de indicar 0 pies a 9.680 pies de un momento a otro, lo que era básicamente imposible y una clara señal de que algo iba terriblemente mal.

La situación se volvió cada vez más crítica y caótica. Se activaron varias alarmas, incluyendo la de pérdida de sustentación y cortavientos, lo que sumió a los pilotos en una confusión total. Schreiber y Fernández consultaron desesperadamente los manuales de emergencia, tratando de encontrar una solución.

A las 00:44 horas, el copiloto declaró la emergencia al Aeropuerto Internacional Jorge Chávez de Lima, se informó que no contaba con instrumentos básicos como el altímetro ni el velocímetro funcional. Esta falla en los instrumentos vitales dificultaría enormemente cualquier intento de aterrizaje seguro.

Los controladores aéreos intentaron orientar a la aeronave para un aterrizaje instrumental, pero los datos erróneos que obtuvieron del avión dificultaron aún más la situación. Intentaron guiar al vuelo 603 hacia el VOR de Salinas y luego al punto SIGAS frente a Ancón, pero la tripulación no logró seguir las instrucciones debido a los fallos en los instrumentos.

Ante la desesperada situación, a las 00:48 horas, el copiloto Fernández solicitó un avión guía que pudiera ayudarle. Se despachó un carguero Boeing 707, pero no logró ubicarlos debido a la diferencia de altitud. Los pilotos realizaban maniobras peligrosas y descendieron por debajo de los 304,8 metros de altura permitida.

A pesar de los intentos desesperados por mantener el control de la aeronave, el Boeing 757 impactó en el mar a 48 millas náuticas del aeropuerto de Lima a las 01:10 horas. Las últimas palabras registradas en la cabina fueron del capitán Schreiber, quien advirtió que el avión se iba a invertir antes de que la señal desapareciera.

Tras el violento impacto contra el agua, la aeronave comenzó a cien rápidamente. Los equipos de emergencia acudieron de inmediato a la costa de Chancay, pero solo encontraron oscuridad y una mancha aceitosa en el mar. Un pescador de la zona informó haber visto un destello en el horizonte, esto confirmó que el avión había amerizado o se había estrellado en el océano.