Contaminación Ambiental en Perú: Lanzan campaña para enfrentar la crisis y proteger salud y ecosistemas

La Sociedad Peruana de Derecho Ambiental (SPDA) lanza cruzada que revela la cruda realidad de tres casos emblemáticos que aún sufren las secuelas de la degradación ecológica

Presentan campaña para enfrentar la contaminación ambiental en Perú | Foto: Inforegión

Perú está lidiando con varios problemas de contaminación ambiental debido a actividades humanas, como instalaciones mal desmanteladas, manejo inadecuado de residuos, derrames de hidrocarburos y pasivos ambientales. Estas cuestiones están impactando el suelo, el aire y el agua, y representan un riesgo para la salud de miles de ciudadanos.

Para enfrentar y reducir los problemas de contaminación ambiental en Perú, la Sociedad Peruana de Derecho Ambiental (SPDA) ha lanzado la campaña #HazteCargo. Esta iniciativa tiene como objetivo dar visibilidad a los problemas ambientales, identificar a los responsables y fomentar soluciones eficaces para proteger tanto la salud de las comunidades afectadas como los ecosistemas.

La cruzada expondrá tres casos emblemáticos que aún padecen las consecuencias de la contaminación ambiental:

  • En el distrito de Chorrillos, los Pantanos de Villa están amenazados por botaderos ilegales que contaminan el agua y ponen en peligro la biodiversidad.
  • En la Amazonía peruana, más de 70 derrames de petróleo en las últimas dos décadas han causado daños severos a la selva amazónica y a sus habitantes. La explotación desmedida de recursos naturales y la contaminación originada por el Oleoducto Norperuano han dejado profundas heridas en la población, incluyendo a la comunidad nativa kukama kukamiria en la región de Loreto.
  • En la región de Junín, en los Andes, La Oroya fue catalogada como una de las ciudades más contaminadas del mundo y continúa enfrentando este grave problema sin resolver. A pesar de las advertencias de la Corte IDH, los elevados niveles de contaminación persisten. Las concentraciones de dióxido de azufre siguen siendo preocupantes, y la salud de la población local está amenazada debido a la contaminación del aire y a la presencia de plomo en la sangre.
Fotografía de archivo, del 22 de agosto de 2008, de una panorámica de La Oroya, departamento de Junín. EFE/Paolo Aguilar

Ante esta problemática, el SPDA afirma que el Estado peruano debe reforzar la atención médica especializada, revisar y actualizar sus normativas ambientales, y exigir responsabilidad a las empresas involucradas. Para destacar estos problemas y fomentar acciones correctivas, se ha lanzado la campaña #HazteCargo, que se llevará a cabo mediante investigaciones periodísticas, científicas y legales.

Carol Mora, directora del Programa de Política y Gobernanza Ambiental de la SPDA, señala que la campaña busca “generar un movimiento de acción entre los responsables de los casos emblemáticos de contaminación ambiental en el Perú y que se tomen acciones inmediatas y urgentes para remediar los daños ambientales ocasionados”.

“#HazteCargo promoverá acciones para evidenciar estos riesgos latentes, crear espacios de debate sobre los retos y proponer soluciones duraderas para que estos escenarios no se repitan, incluyendo mejores mecanismos de fiscalización y cumplimiento de las reglas ambientales”, afirmó.

El saldo de la minería en Perú

Foto: Observatorio de Conflictos Mineros de América Latina

Las mineras transnacionales siguen siendo las principales responsables del daño a ríos, lagos y al deterioro de la flora y fauna. A pesar de las reiteradas denuncias de los pobladores al gobierno sobre el impacto de estas actividades en la salud y el medio ambiente, las autoridades han desestimado sus demandas, mientras el Congreso continúa promoviendo leyes que favorecen la operación de estas empresas.

Como resultado, esta situación afecta actualmente a 3 de cada 10 peruanos, sumando más de 10 millones de personas expuestas a estos riesgos, según datos del Ministerio de Salud.

Una de las regiones más afectadas es Madre de Dios, región amazónica de Perú donde la minería ilegal de oro lleva más de 30 años operando y se calcula libera alrededor de 181 toneladas de mercurio al año.