Luego de que don José de San Martín declarara la independencia del Perú el 28 de julio de 1821, el país entró en un período de transición y organización política inestable. El libertador, al asumir como protector del país, emprendió una serie de reformas y acciones para consolidar la recién obtenida independencia. Por ejemplo, impulsó la redacción de una Constitución que sentara las bases de un gobierno republicano y ordenó la abolición de los tributos indígenas.
No obstante, la situación en el Perú en ese entonces estaba lejos de ser estable. A pesar de los esfuerzos de San Martín, muchos territorios peruanos seguían bajo control español y las tensiones internas dificultaban la consolidación del nuevo gobierno. Las fuerzas realistas, aún poderosas en el territorio, continuaban resistiendo la independencia, lo que derivó en constantes enfrentamientos.
En medio de este panorama, el militar y político argentino decidió reunirse en Guayaquil con Simón Bolívar en 1822, en un encuentro cuyo propósito era coordinar esfuerzos para culminar la independencia de Sudamérica. Después de esta reunión, el argentino decidió retirarse del escenario peruano. La persona con quien conversó se encargaría de consolidar la emancipación del yugo español.
Antes de abandonar el Perú, el protector del país convocó el primer Congreso de la República en septiembre de 1822. En ese entonces, él buscaba asegurar una transición ordenada y democrática, así como establecer las bases para un gobierno autónomo y soberano. De esta manera quería romper de una vez por todas con la figura monárquica que había predominado anteriormente en el territorio peruano.
Sobre estos acontecimientos, la historiadora Scarlett O’phelan dio detalles en el programa ‘Sucedió en el Perú’. “Lo único que desea es convocar al Congreso para que este funcione, y luego retirarse. Ha decidido dejar el Perú después de su entrevista (con Simón Bolívar). De esta manera, abrió el camino para que Bolívar complete la independencia”, señaló.
El camino de José de San Martín luego de abandonar el Perú
Luego de retirarse del Perú en septiembre de 1822, don José de San Martín se dirigió a la ciudad de Mendoza, Argentina. La inestabilidad política de su país y la falta de un rol claro para él en los nuevos gobiernos independientes lo llevaron a tomar la decisión de exiliarse en Europa. En enero de 1824, el militar zarpó desde Buenos Aires hacia Europa.
La Casa Histórica Museo Nacional de la Independencia de Argentina, a través de su página web, dio a conocer el país donde vivió durante un corto periodo y las complicaciones que enfrentó. “Hacia 1824, San Martín se encontraba en Londres, ya que su prioridad era consolidar la educación de su hija Merceditas. Aprovechó la presencia de algunos funcionarios del gobierno de Bolívar para mantener reuniones y enterarse de la situación americana. Sin embargo, el encuentro con sus compatriotas en la capital inglesa no fue nada grato”, se lee en el portal.
Alvear y Rivadavia iniciaron una campaña de rumores para desacreditarlo. Alvear, por ejemplo, escribió cartas a Buenos Aires con el objetivo de que la prensa difundiera, con mala intención, la falsa información de que San Martín pretendía restaurar la monarquía en América.
Durante su estancia en Londres, San Martín realizó gestiones para el bienestar de su familia y mantuvo correspondencia con líderes sudamericanos, pero el clima político no le era favorable. En 1824, se trasladó a Bruselas, Bélgica, donde se encontró con su hija, Mercedes.
El 10 de marzo de 1829, el argentino partió hacia Buenos Aires, pero al llegar a Montevideo supo que la situación política en su nación era altamente conflictiva. Verbigracia, entre Juan Galo de Lavalle y el coronel Manuel Dorrego resultó en la ejecución por fusilamiento de Dorrego, quien en ese momento era el gobernador de Buenos Aires. Ante esta situación, decidió quedarse un periodo breve en la tierra que lo vio nacer.
Finalmente, estableció su residencia en Boulogne Sur Mer, Francia, en 1830. A partir de ese año, se dedicó mayormente a la lectura y la correspondencia. Sin embargo, en 1838 pudo haber cambiado el rumbo de su vida. En ese entonces, se produjo el bloqueo francés al puerto de Buenos Aires, un hecho que afectó al libertador. Ofreció sus servicios militares a Juan Manuel de Rosas, pero este, con elegancia, no aceptó su propuesta.
La Casa Histórica Museo Nacional de la Independencia también señaló lo que hizo el argentino en sus últimos años de vida. “(...) Desde 1848, San Martín aprovechaba el tiempo para pasarlo junto a sus nietas (la familia se había agrandado con la llegada de Josefa), limpiar armas y lidiar con enfermedades. En un interesante estudio, el Dr. López Rosetti detalla una larga historia clínica”, se lee en la página web.
El 17 de agosto de 1850, José de San Martín, a los 72 años, cerró los ojos por última vez en su residencia en Boulogne Sur Mer. Su partida fue recibida con respeto y gratitud en América Latina, donde su legado como uno de los grandes libertadores del continente sigue vivo en el corazón de su gente. Hoy, los restos del libertador reposan con dignidad en la Capilla Nuestra Señora de la Paz, en la Catedral Metropolitana de Argentina.