Un suboficial de tercera que integraba la División de Inteligencia de la Policía Nacional (PNP) de Pichari, en el Valle de los Ríos Apurímac, Ene y Mantaro (VRAEM) —donde el narcotráfico convive con los remanentes de Sendero Luminoso—, fue asesinado este domingo de cuatro balazos en el pecho. El ataque fue perpetrado por sicarios que se desplazaban en una moto lineal, según un despacho difundido por Canal N.
La víctima, cuyo nombre se ha reservado hasta que las autoridades informen a sus familiares, fue ultimada entre el Frente Policial VRAEM y la Comisaría de Pichari, una zona de alta seguridad debido a la presencia de efectivos del Ejército y la Marina en el valle cocalero más importante del país. De inmediato, personal policial intentó salvar al oficial y lo trasladó a la posta de salud, pero lamentablemente llegó sin vida.
De acuerdo con el informe, las autoridades militares y policiales están realizando investigaciones por parte de los peritos y revisan videos de cámaras de seguridad de viviendas y comercios aledaños. El crimen ha generado gran conmoción, dado que ocurrió en una zona fuertemente custodiada, considerada el corazón del Comando Especial del VRAEM. Además, han asegurado que tomarán medidas adicionales para reforzar la seguridad.
En julio pasado, la presidenta Dina Boluarte aseguró que su administración va a dar “la estocada final” y eliminar por completo los últimos reductos de la organización terrorista “y su macabro accionar, para nunca más repetir esa historia”.
La gobernante reconoció la labor de la Dirección Contra el Terrorismo (Dircote), que participó en la captura del fundador de Sendero Luminoso, Abimael Guzmán, o la operación ‘Chavín de Huantar’, que liberó a 72 rehenes del Movimiento Revolucionario Tupac Amaru (MRTA), secuestrados en la residencia del embajador japonés.
En este sentido, indicó que en los últimos años las fuerzas del orden han golpeado la estructura de la organización terrorista y detenido a varios cabecillas de su cúpula, para erradicar su accionar y “recuperar la paz absoluta en el último rincón ubicado en el VRAEM, una extensa región de selva montañosa repartida en cuatro departamentos distintos en la vertiente oriental del sur de los Andes peruanos, de donde sale aproximadamente la mitad de la cocaína que produce Perú, considerado el segundo productor mundial de esta sustancia.
En este valle, que sigue en estado de emergencia desde hace más de una década, el tráfico de drogas se da junto con el último reducto de la organización liderada por el fallecido Guzmán que, bajo una bandera maoísta, desató un conflicto armado interno (1980-2000) en el que murieron alrededor de 69.000 personas, según la Comisión de la Verdad y Reconciliación.
“A los peruanos y peruanas les digo que, en nuestro gobierno, garantizamos la paz y la tranquilidad social y apuntamos a dar la estocada final y eliminar completamente la amenaza terrorista”, apuntó Boluarte en la ceremonia por el 41 aniversario de la Dircote.
Muertes en enfrentamiento
En septiembre de 2023, cuatro militares murieron en un enfrentamiento con miembros de Sendero Luminoso en la provincia de Huanta, en el VRAEM. El Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas informó entonces que los fallecidos son un teniente, un suboficial de primera, un suboficial de tercera y un sargento, además de tres heridos que quedaron hospitalizados.
Las víctimas fueron Michael Bazán, Anderson Arrigoila, Dani Cayahua y Fermín Arroyo. Los restos fueron trasladados a Huamanga, Ayacucho. En el enfrentamiento, abatieron a dos miembros de la banda terrorista. El incidente ocurrió durante un patrullaje en la zona de Putis, considerada como la ruta de la droga del VRAEM en las alturas de Huanta.