Con la llegada del invierno, el desierto costero de Lima se convierte en un escenario de vida y color. Lo que antes era un paisaje árido y gris, comienza a cubrirse con un manto verde que desafía las leyes de la naturaleza. La humedad traída por las nieblas da vida a estas tierras, que de repente se transforman en un mar de flores y plantas silvestres que brotan entre las piedras.
Sin embargo, una parte de las lomas ha sido perjudicada por la ambición desmedida del hombre. En su afán por ganar dinero de manera ilícita, individuos sin escrúpulos se han apropiado ilegalmente de terrenos ubicados en estas áreas privilegiadas. Han devastado el paisaje natural, vendiendo lotes de tierra como si fueran suyos, sin ningún respeto por el entorno.
Las lomas, que resisten el acecho implacable de los traficantes de terrenos, se convierten cada año en un milagro verde. En pleno corazón del populoso distrito de San Juan de Miraflores, este rincón de naturaleza lucha por mantenerse intacto. Como el segundo ecosistema más grande de la zona, solo superado por el Club Metropolitano Huayna Cápac, las Lomas de Pamplona se destacan por su capacidad de renacer contra todo pronóstico en medio del árido desierto limeño.
Las Lomas de Pamplona, el ‘pulmón verde’ de San Juan de Miraflores
En el distrito de San Juan de Miraflores, y extendiéndose hasta algunas zonas de Santiago de Surco, se encuentra el espacio natural de las Lomas de Pamplona, que se alza como uno de los ecosistemas más importantes de Lima Metropolitana. Este territorio abarca aproximadamente 37.5 hectáreas y es visitado todo el año por los vecinos del lugar y peruanos de distintas latitudes de la capital.
Durante la temporada húmeda, que comienza en junio con el brote de la flor de Amancaes, las lomas se cubren de una vegetación espléndida. Esta flor es endémica y de gran valor cultural en la ‘Ciudad de los Reyes’. Entre la diversidad de flora que se puede encontrar en esta área, sobresalen la papa silvestre, la varita de San José y la Begonia de las Rocas.
En la temporada seca, el lugar parece austero, con escasa vegetación, pero se convierte en un escenario ideal para contemplar el atardecer y disfrutar del horizonte despejado. Durante la estación de verano, los suelos se preparan cuidadosamente para la próxima temporada de brote de plantas y flores.
Las Lomas de Pamplona albergan una variedad de flores. Entre las especies presentes, además de la flor de Amancaes, podemos encontrar la oreja de ratón (Commelina fasciculata), que florece entre las rocas. Es preciso señalar que en el desierto costero, estas áreas experimentan un ciclo de vida que depende de la neblina que las cubre entre junio y septiembre. Como es sabido, la bruma es importante para su desarrollo, ya que proporciona la humedad necesaria para que las lomas se pinten de color verde.
No obstante, en la locación existe una problemática latente. El ecosistema está amenazado principalmente por la actividad ilegal relacionada con el tráfico de tierras. Esto podría llevar a la desaparición de este espacio vital, que se ha convertido en un lugar de recreación y aprendizaje para la comunidad local.
En relación con este tema, el Colectivo Lomas de Pamplona mostró su malestar mediante una transmisión en vivo de YouTube. “Desde hace varios años, las Lomas de Pamplona vienen siendo ocupadas de manera ilegal por este tipo de construcciones (casas de esteras o prefabricadas). El impacto al ecosistema es muy fuerte porque se han apropiado del territorio, incluso han utilizado maquinaria pesada. Según los reportes de los vecinos, esto viene ocurriendo desde el mes de julio del año pasado (2021)”, señalaron.
A pesar de todo, el oasis continúa captando la atención de los peruanos y, sorprendentemente, también de visitantes extranjeros. Para quienes deseen explorar el atractivo turístico, deben tener en cuenta que existen dos circuitos. El circuito corto comienza y termina en el asentamiento humano Flor de Amancaes, a una altitud de 433 metros sobre el nivel del mar (m s. n. m.), alcanzando su punto más alto a 556 metros en los límites con Surco, en un área conocida como Valle Escondido. Este recorrido, de 2.74 km y dificultad media, dura aproximadamente tres horas.
El circuito largo también comienza y culmina en Flor de Amancaes, pero se extiende a 4.43 km y pasa por la cumbre del cerro San Francisco, además de los límites distritales de Surco y La Molina. Se considera de dificultad moderada y tiene una duración de cuatro horas y media.
Es menester señalar que, según el Colectivo Lomas de Pamplona, este ecosistema se extiende a otro distrito y se encuentra en las partes más altas del distrito de San Juan de Miraflores, específicamente en los sectores conocidos como Rinconada Alta y Pamplona Alta.
“La cobertura vegetal de este ecosistema se extiende también por el distrito de Surco, y hasta hace algunas décadas atrás, esta zona formó parte de un complejo mayor de lomas conocidas como Atocongo, a la fecha fragmentada por la expansión urbana de la ciudad”, mencionaron.
Finalmente, en una de las laderas de los cerros, se encuentra un lugar conocido como la ‘roca del Rey’, cuyo nombre se inspiró en la icónica escena de la película animada ‘El Rey León’ de Walt Disney Feature Animation. En este punto, personas de todas las edades se toman fotografías imitando al querido animal del filme. Sin duda, esta singularidad ha alegrado a los niños.
¿Cómo llegar a las Lomas de Pamplona?
Para llegar a este atractivo turístico, sigue estos pasos:
- Desde el puente Benavides, toma un transporte de la empresa Nueva América.
- Baja en el último paradero de la ruta, que se encuentra en la zona conocida como Nueva Rinconada.
- Desde allí, camina hasta el asentamiento humano Flor de Amancaes. En este punto comienza el circuito que te llevará a las Lomas de Pamplona.