Este jueves 15 de agosto se llevó a cabo el Segundo Simulacro Nacional Multipeligro del 2024, en conmemoración del fatídico terremoto que se vivió en Pisco hace 17 años. Este ensayo busca ayudar a prevenir e incluso salvar muchas vidas, destacando la importancia de participar en la actividad. Lo alarmante es que Lima arrastra un silencio sísmico de 278 años y no está libre de temblor de fuerte magnitud, indicó el jefe del Instituto Geofísico del Perú (IGP), Hernando Tavera.
De acuerdo con el investigador, en la costa central del país sucede cada cierto tiempo el choque de la placa Sudamericana y la de Nazca, lo que genera una alta actividad sísmica. Una prueba de ello fue el terremoto del 2007, que tuvo una magnitud 7.9. “Esa frecuencia de sismos nos ha permitido investigar y llegar a la conclusión de que existe la probabilidad de que, frente a la costa de Lima, pueda ocurrir en algún momento un sismo de magnitud elevada; por eso en los simulacros ensayamos sismos de magnitud 8.8″, comentó a la agencia Andina.
El experto recordó que el sismo más grande que se dio en la costa central peruana ocurrió en el año 1746 con magnitud entre 8.8 y 9 y, desde entonces, no hubo otro de magnitud elevada. Por tanto, hay 278 años de acumulación de energía que solo se liberará con un sismo de más de 8 de magnitud.
Advirtió que una mirada rápida de cómo están construidas las viviendas en Lima, nos da una idea de qué podría ocurrir ante un fuerte temblor en la capital. “Cuando ocurre un sismo, el suelo se sacude por distintos lados o niveles de intensidad y, si las viviendas no son capaces de soportar, pueden colapsar”.
Una prueba de preparación
El jefe del Instituto Nacional de Defensa Civil (Indeci), Juan Carlos Urcariegui Reyes, presentó un informe sobre el impacto simulado de un terremoto de magnitud 8.8, en el cual se detalla que podría haber más de 83 mil fallecidos, 4.7 millones de personas damnificadas y otros 3.4 millones de afectados en Lima y Callao. El simulacro del 15 de agosto en Lima, Metropolitana y Callao se enfocó en la respuesta de la población ante un terremoto, seguido de un posible tsunami y movimientos en masa.
El ejercicio, parte de las estrategias de preparación y mitigación de riesgos, sirvió como un recordatorio de la importancia de estar preparados ante la amenaza constante que representa la actividad sísmica en el Perú.
Mapa de Acoplamiento Sísmico y la deformación acumulada
El Instituto Geofísico del Perú desarrolló un Mapa de Acoplamiento Sísmico que identifica las áreas donde se está acumulando deformación, un indicador de zonas propensas a sismos de gran magnitud en el futuro. Este mapa muestra que, en la costa central del Perú, donde se ubica Lima, la deformación se ha ido acumulando durante los últimos 278 años. Según Tavera, además de Lima, otras regiones como Áncash, Ica, Arequipa, Moquegua y Tacna están en riesgo de experimentar sismos con magnitudes cercanas a 8.
El acoplamiento sísmico ocurre cuando las placas tectónicas no pueden desplazarse normalmente, generando protuberancias que requieren un mayor esfuerzo para ser vencidas. Es en este proceso donde se acumula la energía que eventualmente se libera en forma de sismos.
“Somos un país altamente sísmico, y debemos entender que los sismos ocurren cuando tienen que ocurrir; es nuestra responsabilidad estar siempre preparados”, afirmó
El jefe del IGP mencionó que en el Perú se está implementando un Sistema de Alerta Sísmica que servirá para avisar a la población en caso de sismo. Cuando un sismo ocurra, se podrá emitir una alerta inmediata a las zonas urbanas gracias a la velocidad de las ondas de comunicación, que superan los 300 kilómetros por segundo, en comparación con los 6 kilómetros por segundo de las ondas sísmicas. Esta diferencia de velocidad proporcionará una ventaja de unos 10 segundos, suficiente para que las personas busquen refugio.
Es importante señalar que este sistema no predice los sismos, sino que, una vez iniciado el movimiento telúrico, alerta con segundos de anticipación sobre la inminencia de las ondas sísmicas. El experto explicó que si el sistema hubiera estado operativo durante el terremoto de Pisco en 2007, Lima habría recibido la alerta con 40 segundos de anticipación. Este tipo de aviso permite a las personas prepararse para el impacto y tomar las medidas necesarias para protegerse.