En el Perú, 4 millones 624 mil 201 personas están afiliadas al Sistema Nacional de Pensiones, administrado por la Oficina de Normalización Previsional (ONP). De esta cifra, 694 mil adultos mayores reciben una pensión de jubilación mínima con un monto que está muy por debajo del costo de vida actual, considerando además que casi el 50% de los hogares del Perú tienen como jefe o jefa de hogar a un adulto mayor.
La pensión mínima actual en la Oficina de Normalización Previsional (ONP) es de S/500 —para los pensionistas que tengan 20 o más años de aportes. —, un monto que desde el 2002, es decir 22 años después de la creación del régimen del DL 1990, continúa estático pese al costo de vida que ha ido incrementando con el paso de los años.
La situación del jubilado en el Perú es bastante precario debido a su dificultad económica para cubrir sus necesidades básicas, lo que genera una alta vulnerabilidad en este segmento de la población. Una prueba de ello es Víctor Meza, un anciano de 85 años que en su juventud aportó a la ONP durante más de 30 años como funcionario público en el aeropuerto Jorge Chávez.
“Yo gano 564 soles al mes, y no me alcanza. Solo cubre el desayuno y la comida por seis días”, relata el adulto mayor. Tras retirar su pensión en una agencia del Banco de la Nación, a la que apenas llega caminando, destina una parte del dinero al pago de los servicios básicos en su hogar en La Victoria, quedándole apenas S/240 para sobrevivir el resto del mes. “(Si no fuera por el apoyo de algunos familiares), no sé si estaría vivo”, confiesa don Víctor.
Benigna, es una mujer de la tercera edad que no recibe pensión propia. Al morir su esposo, pudo acceder a la pensión de viudez de la ONP y solo por ello recibe S/330. “Estoy mal, no hay para hacerme curar, no alcanza”, lamenta.
Nemecio Morales, otro pensionista de 85 años, trabajó en limpieza durante su juventud y aportó 20 años a la ONP. Hoy en día, recibe una pensión de S/400, una cantidad insuficiente para cubrir sus necesidades. Como muchos adultos mayores, Nemecio enfrenta problemas de salud que requieren atención médica constante. Sin embargo, acceder a un tratamiento particular es un esfuerzo económico significativo, ya que la demora en el sistema de salud estatal puede ser mortal para ellos.
En entrevista con Latina Noticias, Jesús Muñóz, representante de la ONP, explica que, “cuando una persona ha cumplido con estos requisitos que es el mínimo de 20 años de aporte y con un mínimo de 65 años de edad, (la ONP) se fija en las últimas sesenta aportaciones y el sistema arroja la pensión que se le va a pagar”.
No todos los jubilados acceden al mismo monto de pensión. Hay quienes, con un aporte entre 10 a 14 años, reciben una pensión mínima de S/250 mensuales; quienes han aportado entre 15 a 19 años, la pensión aumenta a S/350; y aquellos lograron completar 20 años o más de aportes reciben una pensión entre S/500 y S/800, previa evaluación.
Cabe destacar que en el Perú, más de 4 millones 500 mil personas pertenecen a la tercera edad, y solo 3 de cada 10 adultos mayores acceden a una pensión mínima. Aunque el monto asignado no es suficiente para cubrir sus necesidades básicas de la población jubilada, la situación es aún más crítica para quienes no reciben ninguna pensión.
No hay voluntad para un incremento de pensión ONP
Según la Organización Internacional del Trabajo, las pensiones en Perú representan apenas el 33% del salario promedio, una cifra considerablemente baja en comparación con otros países, donde pueden alcanzar hasta el 80%. A pesar de los constantes reclamos y peticiones de los jubilados para que los gobiernos incrementen las pensiones, sus demandas han sido mayormente ignoradas.
En las últimas dos décadas, solo se ha registrado un aumento significativo: en 2019, durante el gobierno de Martín Vizcarra, se incrementó en S/85, bajo la gestión del entonces ministro de Economía y Finanzas, Carlos Oliva. Este ajuste, aunque positivo, sigue siendo insuficiente frente a las necesidades reales de los pensionistas en el contexto actual.
El problema del estancamiento en el aumento de pensiones está relacionado con la necesidad de una reforma previsional, la cual aún no ha sido aprobada en el Parlamento. Aunque se requiere la aprobación del Congreso para aumentar las pensiones, los jubilados señalan que si existiera voluntad política, el Ejecutivo podría aprobar un incremento a través de un decreto supremo, como se ha hecho en el pasado.