La abogada chilena Lidia Casas, excandidata para integrar la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), reveló que la reunión que sostuvo en abril del 2023 con el entonces embajador de Perú en la Organización de los Estados Americanos (OEA) y ahora premier, Gustavo Adrianzén, fue la más “difícil”, incluso en comparación con los encuentros que lideró con representantes de El Salvador y Guatemala.
En una entrevista difundida este domingo por Epicentro TV, la jurista mencionó que aquella cita, celebrada el 12 de abril en Washington (Estados Unidos), estuvo marcada por dos temas de profunda preocupación para Adrianzén: el juzgamiento de fuerzas policiales y agentes del Estado por violaciones a los derechos humanos, y la diversidad sexual.
“Creo que fue la más difícil que haya tenido en la región, habiendo diferencias con países como El Salvador y Guatemala. Con Perú fue distinto y por eso fue muy llamativo”, dijo la directora del Departamento de Derechos Humanos de la Universidad Diego Portales, quien estuvo en Lima por un evento organizado por Clacai.
“El punto es que los pueblos sin memoria repiten las historias, y [no vale] decir que vamos a tratar de mejorar u olvidar, negar y justificar de diversas maneras importantes violaciones a los derechos humanos cometidas por quienes sea, por cualquier tipo de gobierno”, apuntó.
Casas mencionó que, durante la reunión, Adrianzén también cuestionó si el Estado debería intervenir en la educación sexual integral (ESI) y, particularmente, “si tiene derecho a ‘meterse con mis hijos’ y obligar a que estén expuestos” a información que los “dota de conocimientos, habilidades, actitudes y valores que les ayudarán a proteger su salud, desarrollar relaciones sociales y sexuales respetuosas, tomar decisiones responsables y comprender y proteger los derechos de los demás”, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).
“Creo que la familia tiene derecho a educar, pero esas herramientas para una vida democrática pueden ser insuficientes. El rol del Estado ahí es la promoción de los derechos”, indicó al destacar que, a diferencia de otras reuniones en países como El Salvador y Guatemala, con Perú fue distinto porque hay “una animadversión más fuerte hacia ciertos grupos”.
En diferentes partes del Caribe, explicó, no se observa un discurso tan fuerte de exclusión hacia la diversidad en un país donde más de 1 millón 700 mil peruanos adultos se identifican con una orientación sexual no heterosexual. “Esa exclusión es una ideología, creo que no se ha dicho eso. Negarle a otro la igual condición e igual valor solo porque tiene una orientación sexual distinta es una ideología que ha costado vidas”, zanjó.
Durante la campaña para la elección en la CIDH, Adrianzén mantuvo 23 reuniones con delegaciones de igual número de países para presentar a la candidata peruana, la abogada Julissa Mantilla. Sin embargo, de manera sorpresiva, el nombre de Mantilla fue retirado de la lista de aspirantes después de que el premier viajara a Guatemala, donde habló con el relator para Perú y también aspirante a la reelección, Stuardo Ralón.
Casas consideró que una candidatura como la jurista peruana, con una clara vocación por la defensa de los derechos humanos y el castigo a los violadores de estos derechos, no resultaba cómoda para el Gobierno. “Fue fuerte, definitivamente la más difícil de todas las reuniones que sostuve, pero yo estaba hablando con un embajador, entonces entendí que estaba hablando con un representante de Perú”, aseguró.
El 10 de noviembre de 2022, Adrianzén participó en una audiencia ante la CIDH para dar seguimiento a las recomendaciones emitidas por el organismo tras las protestas que sacudieron al país entre diciembre de 2022 y marzo de 2023. En esa ocasión, una de las víctimas le reclamó por su declaración y este le espetó a gritos “ellos son los violentos, ellos son los que ocasionaron las muertes” en las protestas, una frase muy criticada posteriormente.