Carlos Germán Belli, destacado poeta peruano, ha fallecido a la edad de 97 años. Belli, miembro de la Generación del 50 y galardonado con el Premio Iberoamericano de Poesía Pablo Neruda 2006 y el Premio Casa de la Literatura Peruana 2011, dejó una huella imborrable en las letras peruanas con su obra rica en imágenes sugestivas y un lenguaje particular. Diversas instituciones de Cultura expresaron su pesar, destacando su papel como traductor y periodista.
Nacido en 1927, fue un poeta que exploró en sus versos temas como el amor, las desigualdades, la enfermedad y la injusticia. La Casa de la Literatura Peruana destacó la labor poética de Belli, reconociendo su constante creación de versos impregnados de un universo único, donde convergen tanto lo familiar como elementos de invención. En 2016, el Ministerio de Cultura también lo homenajeó con el Premio Nacional de Cultura.
El velatorio se llevará a cabo este domingo 11 de agosto de 2024 en la Parroquia Santa María Reina, ubicada en la avenida Los Conquistadores 1293, en San Isidro, a partir del mediodía.
Fue reconocido en múltiples ocasiones por su trabajo. Además del Premio Nacional de Poesía en 1962, obtuvo la Beca Guggenheim en dos ocasiones (1969 y 1987), el Premio Casa de las Américas de Poesía José Lezama Lima en 2009 por su obra “El alternado paso de los hados”, y en 2016, recibió la Medalla al Mérito Ciudadano de la Presidencia del Consejo de Ministros del Perú.
El Ministerio de Cultura destaca que el legado de Belli incluye la revitalización del lenguaje poético y una profundidad temática que abarca una mirada crítica sobre la sociedad y el ser humano.
¡Oh, Hada Cibernética! cuándo harás que los huesos de mis manos se muevan alegremente para escribir al fin lo que yo desee a la hora que me venga en gana y los encajes de mis órganos secretos tengan facciones sosegadas en las últimas horas del día mientras la sangre circule como un bálsamo a lo largo de mi cuerpo (”Oh Hada Cibernética”, 1961)
Su biografía: docente, poeta y periodista
Nacido el 15 de septiembre de 1927 en Lima, en una familia de inmigrantes italianos, Belli fue conocido por su estilo único que combina elementos de la poesía clásica con temas contemporáneos, lo que le ha valido un reconocimiento notable a lo largo de su carrera.
Belli se doctoró en Literatura en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos en Lima, institución en la que también impartió clases. Antes de dedicarse plenamente al mundo de las letras, trabajó por varios años en el Senado Peruano, transcribiendo documentos legales.
Su producción literaria es vasta y variada. Entre sus poemarios más destacados se encuentran “Oh Hada Cibernética”, “Más que señora humana”, “En las hospitalarias estrofas” y “El alternado paso de los hados”. Su habilidad para fusionar lo cotidiano con técnicas clásicas es evidente en poemas como “Villanela”.
A lo largo de su trayectoria, Belli ha sido merecedor de múltiples premios y distinciones, tales como el Premio Nacional de Poesía y el Premio Iberoamericano de Poesía Pablo Neruda en 2006. Además, fue galardonado en dos ocasiones con la Beca Guggenheim, primero en 1969 y nuevamente en 1987. En 1982, fue admitido como miembro de la Academia Peruana de la Lengua.
En 2014, Belli fue invitado por el Centro Cultural Inca Garcilaso del Ministerio de Relaciones Exteriores para inaugurar el ciclo “La república de los poetas. Antología viva de la poesía peruana, 2014-2021″, que incluyó una exposición bibliográfica sobre su obra.
Hasta 2021, Belli también se destacó como traductor y colaborador en diversos medios periodísticos, extendiendo su influencia más allá de la poesía pura.
La ternura y el pesimismo en la poesía de Belli
Se considera que la poesía de Belli, aunque de difícil interpretación, es profundamente significativa y original. Según menciona Mario Vargas Llosa en el prólogo de la edición completa de la poesía de Belli, esta obra no hace concesiones, sino que desafía al lector a revisar sus nociones sobre poesía y belleza.
Vargas Llosa también destaca el pesimismo inherente a la poesía de Belli, donde se refleja tanto la condición humana como las circunstancias sociales que exacerban la injusticia, la desigualdad y los abusos. No obstante, bajo esa exterioridad pesimista, se descubre una gran ternura y piedad por aquellos que sufren y no pueden resistir los embates de una vida que no comprenden.
El carácter formalista y experimental de su poesía, que mezcla elementos surrealistas, letristas y de la vanguardia con la jerga limeña y los arcaísmos más rebuscados, hacen de la obra de Belli un espectáculo que, aunque duro y beligerante, está impregnado de humanidad y verdad.