Sebastián Barranca: Por qué hay una calle con su nombre en el distrito de La Victoria

Su nombre resuena en una arteria de Lima, pero su impacto va más allá. Desde sus publicaciones en química y mineralogía hasta su legado educativo, descubre por qué Barranca es una figura inolvidable.

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En La Victoria, la calle Sebastián Barranca celebra la vida y obra del  un destacado naturalista y filólogo peruano. (BNP)
En La Victoria, la calle Sebastián Barranca celebra la vida y obra del un destacado naturalista y filólogo peruano. (BNP)

En la vasta red de calles que conforman la histórica ciudad de Lima, cada nombre cuenta una historia, rinde homenaje a figuras ilustres que moldearon el destino del Perú.

Entre estos nombres destaca el de José Sebastián Barranca Lovera, un naturalista, filólogo y maestro excepcional, que dejó una huella profunda en la historia científica y educativa del país.

Sus investigaciones sobre la flora, fauna y minerales del Perú, así como su labor en la traducción de textos quechuas, reflejan su incansable búsqueda del conocimiento y la preservación del patrimonio cultural.

Primeros años

José Sebastián Barranca, nacido en Acarí en 1830, mostró desde  joven un talento excepcional en Matemáticas, Ciencias Naturales y Lenguas Clásicas, destacando en el Convictorio de San Carlos, Lima. (BNP)
José Sebastián Barranca, nacido en Acarí en 1830, mostró desde joven un talento excepcional en Matemáticas, Ciencias Naturales y Lenguas Clásicas, destacando en el Convictorio de San Carlos, Lima. (BNP)

Nacido en Acarí (Arequipa) el 20 de enero de 1830, en el seno de una familia humilde, José Sebastián Barranca fue hijo de José Manuel Barranca Cabello e Isabel Lovera Mendoza.

Sus estudios iniciales fueron fragmentados, realizados en Jaqui (Arequipa), Ica y San Joaquín (Yauyos). A los 15 años, se trasladó a Lima donde cursó Humanidades y Ciencias en el Convictorio de San Carlos, destacando especialmente en Matemáticas, Ciencias Naturales y Lenguas Clásicas. Aprendió latín y llegó a traducir “La Eneida”, del poeta romano Virgilio, demostrando su notable habilidad lingüística.

En 1849, tras ser nombrado bibliotecario del Colegio de Medicina de San Fernando, se le facilitó el ingreso al segundo año de Medicina gracias al respaldo de Cayetano Heredia, rector del colegio.

Esta decisión, sin embargo, generó descontento entre los estudiantes, provocando la salida de Barranca de la institución. A pesar de este revés, en 1868 recibió el grado de doctor honorario de la Universidad de San Marcos.

Barranca también dominó el griego en, lo que le permitió enseñarlo en el Colegio Guadalupe. Sin embargo, una crisis de tuberculosis lo obligó a buscar un clima más saludable en la sierra, donde aprovechó para aprender quechua y traducir una Doctrina cristiana, ayudando así a los sacerdotes en su labor evangelizadora.

Sus contribuciones

Barranca se dedicó a la docencia en varias ciudades, enseñando materias como Física y Matemáticas. En 1868, publicó "Ollanta" y ayudó a fundar la Facultad de Ciencias en San Marcos. (BNP)
Barranca se dedicó a la docencia en varias ciudades, enseñando materias como Física y Matemáticas. En 1868, publicó "Ollanta" y ayudó a fundar la Facultad de Ciencias en San Marcos. (BNP)

Una vez recuperado, Barranca se dedicó a la docencia en varias ciudades, enseñando Física en Huancayo, Latinidad en Huancavelica y Matemática en Ayacucho. En 1857 regresó a Lima y abrió un curso de Química, que también dictó en Ica en 1860. Fue pionero en el análisis de las aguas medicinales de la región.

Entre 1863 y 1870, ejerció como profesor de griego en el Colegio Guadalupe y, en 1868, asumió la cátedra de Historia Natural en la Universidad de San Marcos, lugar del que fue uno de los fundadores de la Facultad de Ciencias.

Ese mismo año publicó su traducción del drama quechua “Ollantay”, bajo el título “Ollanta, o la severidad de un padre y la clemencia de un rey”, iniciando una polémica sobre su origen incaico.

De igual manera, también fue consultor del Ministerio de Hacienda en 1872 y formó parte de la comisión que estudió los depósitos de guano de las islas Chincha.

En 1876 cofundó la Escuela de Minas y dictó el curso de Mineralogía. Participó en la difusión científica a través de su colaboración en “El Siglo” y en la “Gaceta Científica”, además de promover la fundación de la Sociedad Amantes de la Ciencia en 1881 y la Academia de Ciencias en 1882, donde impartió cursos innovadores como Fitoquímica y Petrografía.

En la memoria de todos

El legado de Sebastián Barranca vive en el Colegio Nacional de Camaná y en su sepultura en el Cementerio Presbítero Maestro, recordado como un pionero de la ciencia en Perú. (BNP)
El legado de Sebastián Barranca vive en el Colegio Nacional de Camaná y en su sepultura en el Cementerio Presbítero Maestro, recordado como un pionero de la ciencia en Perú. (BNP)

Finalmente, Barranca se jubiló en 1905 y falleció el 4 de diciembre de en 1909 en el hospital italiano de Lima. Su alumno, Rufino Aspiazu Báscones, se aseguró de que sus restos descansaran en un nicho especial del Cementerio Presbítero Maestro. En 1950, el Colegio Nacional de Camaná fue rebautizado en su honor.

José Sebastián Barranca Lovera permanece en la memoria como un científico integral cuya dedicación y amor por el conocimiento dejaron un legado imperecedero en el Perú.

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