Gracias a un trabajo de inteligencia de hace meses, la Policía Nacional del Perú (PNP) descubrió indicios que harían suponer que organizaciones criminales dedicadas al sicariato están reclutando a jóvenes integrantes de las barras bravas de grandes equipos del fútbol peruano para realizar diversas actividades delictivas.
Todo comenzó haces seis meses en Santa Anita, en donde dos menores resultaron con heridas de bala tras un enfrentamiento entre los hinchas de Alianza Lima y Universitario de Deportes. Quien se llevó la peor parte fue Darion, un niño de 13 años que pasó tres meses en la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital de Emergencias Pediátricas, tras someterse a una operación de ocho horas debido a que recibió un disparo en la cabeza.
“Donde le había impactado la bala, todo ese lado estaba destruido. Y tenían que sacarle todo lo que estaba destruido. ¿Por dónde ingreso la bala? Por acá y salió por acá”, afirmó la madre del pequeño, Katherine, a Punto Final, dominical de Latina Televisión.
Tras lo ocurrido, la División de Investigación de Delitos de Alta Complejidad (DIVIAC) de la PNP comenzó a investigar el caso. Luego de varias indagaciones, dio con una dura realidad: menores de edad son captados en las barras bravas para convertirse en asesinos a sueldos.
A estas conclusiones llegaron las autoridades luego de intervenir una loza en San Juan de Lurigancho, en donde se encontraban reunidos los integrantes de La Tropa, organización de hinchas dedicadas a alentar a Universitario.
De esta manera, se identificó que Andrés Rodríguez, con un fuerte vínculo en esta barra, convocó a todos los participantes para planear ataques de sicariato, extorsión, emboscada a los hinchas de equipos rivales, robos, entre otros delitos. En total, se intervino a 40 personas, de las cuales dos portaban armas de fuego.
En los celulares de los detenidos, la Policía Nacional encontró pruebas del accionar delictivo que realizaban estos barristas. “Ellos vendían sus servicios por delivery, proponiendo ejecutar diferentes delitos”, explicó el jefe de la DIVIAC, Franco Moreno.
“Otras bandas criminales que los ven les piden un trabajo de sicariato porque saben que van a encontrar gente que se dedica al sicariato, robo y extorsión. Ya no es un tema de futbol es de delincuencia, el futbol es una cubierta para ellos”, agregó al mencionado medio.
Rodríguez Ipanaque, de 21 años, para descubrir nuevos valores para su organización criminal, mandaba a menores de edad a realizar varias pruebas en busca de que le puedan demostrar cuáles son sus habilidades para matar, asaltar y extorsionar.
“Hemos recogido tantas evidencias. Así teníamos conocimientos que Rodríguez Ipanaque era el líder de esta organización. Él estaba infiltrado en una de las barras más populares de San Juan de Lurigancho”, dijo Moreno.
Junto Rodríguez, también fueron capturados Eduardo Catriel Cisneros, por tenencia ilegal de armas, y a Yhue Tinco Valdivia, por delitos similares. Estos delincuentes están ahora detenidos, lo que reduce la posibilidad de que nuevas víctimas, como el pequeño Dairon, sufran a manos de estas mal llamadas barras.
Recuperación de Dairon
Luego de seis meses, Dairon se encuentra estable, pero sin poder movilizarse por sí solo. Las secuelas de ese terrible impacto ahora mantienen al pequeño postrado en una cama, incapaz de sonreír ni de jugar.
“No puede caminar, no puede sentarse solo, necesita ayuda para comer y bañarse. Se traslada con su silla neurologica porque antes se trasladaba con ambulancia”, comentó su madre. “Él se desespera dice mamá quiero caminar, quiero salir, quiero ir al colegio. Siempre voy a estar con él hasta el último día que deje de respirar”, aseveró.