Hoy se vivió un día complicado en la economía mundial, los mercados financieros globales experimentaron una jornada marcada por la volatilidad y el pánico. El desplome de la Bolsa de Tokio, la segunda más grande del mundo, arrastró a las principales bolsas internacionales, incluida la de Nueva York. La caída de más de 4 mil puntos en el índice Nikkei fue la más severa registrada desde 1987, y su impacto fue notorio, afectando directamente a las economías emergentes como la peruana.
El panorama económico del Perú no estuvo alejado de esta turbulencia. La Bolsa de Valores de Lima (BVL), también experimentó una significativa baja en sus principales indicadores. Según Juan Carlos Ocampo, economista y profesor de la Facultad de Negocios de la Universidad Privada del Norte, consultado por el diario Perú21, esta reacción refleja un comportamiento típico en tiempos de incertidumbre económica global.
“Lo que se está viendo es que los inversionistas, tanto en el Perú como en otras partes del mundo, están buscando capitalizar las ganancias acumuladas durante las recientes alzas en los precios de las acciones. Están vendiendo sus participaciones para asegurarse un retorno, mientras esperan a ver cómo se desarrollan las políticas económicas en Estados Unidos, especialmente las relacionadas con las tasas de interés de la Reserva Federal (Fed)”, comentó el experto.
El economista destacó que, a pesar de las preocupaciones, el contexto actual no es similar al de la crisis financiera de 2008. “En esta ocasión, no se trata de una crisis originada por créditos subprime o un apalancamiento excesivo en productos financieros desconocidos. La situación es diferente, aunque igualmente preocupante por la posibilidad de una recesión en Estados Unidos.”
La influencia de la economía estadounidense
La revelación de cifras de desempleo en Estados Unidos, más altas de lo que el mercado esperaba, fue un factor crucial en este desplome económico. Según las declaraciones de Ocampo, “la tasa de desempleo más alta ha sorprendido a los mercados, generando una reacción de pánico que ha contribuido a la venta masiva de acciones en todo el mundo”.
“Cuando la Bolsa de Nueva York cae, todos los mercados de la región latinoamericana siguen la misma lógica, cierran en rojo, esta situación es coyuntural a menos que la posible recesión de la economía americana se compruebe. Hay que tomar con mucha cautela los resultados”, dijo el economista Jimmy Astocóndor a la Agencia Andina
Este fenómeno se ha traducido en una salida de capitales de los activos de riesgo, como las acciones, hacia inversiones más seguras, lo que incrementó la volatilidad en las bolsas internacionales. Para los inversionistas en el Perú, este es un recordatorio de la interconexión de los mercados y la vulnerabilidad de las economías emergentes ante cambios en las políticas económicas de las potencias.
Medidas de mitigación en Perú
Frente a esta situación, el especialista sufirió que en el Perú es fundamental considerar medidas económicas que puedan mitigar el impacto de esta incertidumbre mundial. Una de sus recomendaciones es la reducción de las tasas de interés por parte del Banco Central de Reserva (BCR) o la disminución del encaje bancario, lo que permitiría a los bancos locales contar con mayor liquidez y, en consecuencia, facilitaría el financiamiento a las empresas, especialmente a las micro y pequeñas.
Además, Ocampo ha señalado que los ciudadanos deben evitar el sobreendeudamiento en este escenario de volatilidad. “Los bancos tienden a aplicar tasas de interés más altas a los deudores morosos, lo que podría agravar la situación financiera de muchas familias. Es prudente que las personas traten de ahorrar y buscar otras fuentes de ingreso para contrarrestar los efectos de esta crisis.”
Otra de las recomendaciones es el uso prudente de los fondos de las AFP (Administradoras de Fondos de Pensiones), los cuales fueron retirados por algunos ciudadanos en medio de la crisis. Según el economista, “si estos fondos se van a utilizar para emprendimientos, es fundamental que se haga de manera juiciosa y bien estudiada, para evitar pérdidas que podrían empeorar la situación económica personal.”
El impacto del lunes negro
El desplome de los mercados no es un fenómeno aislado. Este lunes negro tiene sus raíces en un conjunto de factores que han venido gestándose en la economía mundial, exacerbados por las recientes noticias económicas provenientes de Estados Unidos. La desaceleración económica en China, la incertidumbre política en Europa y los conflictos comerciales internacionales también contribuyen a un entorno de alta volatilidad.
En Asia, además de la caída en Tokio, otros mercados regionales también registraron pérdidas significativas. La bolsa de Shanghái experimentó una baja considerable, y en Hong Kong, el índice Hang Seng cayó, reflejando el nerviosismo que predomina en la región. En Europa, los principales índices bursátiles, como el DAX alemán y el FTSE 100 británico, también cerraron con fuertes pérdidas, arrastrados por la incertidumbre global.
En Wall Street, el mercado estadounidense no fue la excepción. El Dow Jones Industrial Average, el S&P 500 y el Nasdaq cerraron con pérdidas considerables, aumentando las preocupaciones sobre una posible recesión en la economía más grande del mundo. Las empresas tecnológicas, que habían liderado las ganancias en los últimos años, se vieron particularmente afectadas, con caídas significativas en sus valores.
El lunes negro también tuvo un impacto en los precios de las materias primas, con el petróleo y los metales preciosos registrando caídas en sus valores, reflejando la aversión al riesgo que caracteriza a los inversionistas en tiempos de incertidumbre.