El Perú es un país lleno de historia y misterio en cada uno de sus rincones. Y su capital, Lima, no podía ser ajena a esta situación, pues cada uno de sus distritos tiene algo nuevo que ofrecer con relación a los demás que la hace un lugar único.
Uno de esos lugares mágicos que podemos encontrar sin ir muy lejos es el distrito de Pachacámac, que este martes 6 de agosto cumple 451 años de su fundación por los conquistadores españoles. Y esta es su historia.
Adelantados a su tiempo
Fundado por los españoles el 6 de agosto de 1573, por una orden del Virrey Francisco Álvarez de Toledo, quien instituyó la creación de reducciones de indígenas, en este lugar se congregaron los nativos Caringas, Manchais y Pachacámac en el pueblo denominado “Santísimo Salvador de Pachacamac”, el cual hoy es el actual pueblo y distrito.
De igual manera, en esta región se asentaron las primeras civilizaciones con conocimientos de metalurgia en toda América. Posteriormente, estos grupos estuvieron bajo el dominio del señorío Ichma, que abarcaba los valles del Rímac y Lurín.
La capital de este señorío se ubicaba en lo que ahora se conoce como Pachacámac, renombrado por su oráculo que atraía peregrinos de toda la costa, deseosos de consultar y rendir tributo.
El señorío Ichma comprendía varios cacicazgos, incluyendo los valles de Lima, Surco, Maranga, Lati y Callao. Luego, los incas conquistaron estas tierras y, por orden del Inca, se erigió un templo dedicado al Sol, consolidando así el dominio incaico en la región.
Llegaron los invasores
Durante la conquista, Francisco Pizarro se enteró de la fama y riquezas del Santuario de Pachacámac mientras se encontraba en Cajamarca. El 30 de enero de 1533, al llegar al valle, Pizarro y sus hombres tomaron control del territorio.
Más adelante, se estableció un convento de franciscanos. En 1565, con la creación de los corregimientos de indias, Pachacámac quedó bajo la jurisdicción del Cabildo de Lima.
El 16 de mayo de 1746, el virrey Amat expidió una real cédula para determinar la propiedad y extensión de las tierras de la comunidad de Pachacámac y los pastos que les correspondían por derecho de repartimiento. Esta medida buscó regular y proteger las tierras comunales en beneficio de sus habitantes.
Durante la Guerra del Pacífico, los chilenos intentaron avanzar hacia Lima a través del camino de los Lomeros (hoy Huertos de Manchay). Sin embargo, en un lugar denominado La Rinconada, el batallón Pachacámac logró una intervención decisiva que evitó su ingreso y constituyó una de las pocas victorias peruanas en ese conflicto.
Imán para el turismo
El 10 de junio de 1983, Pachacámac recibió la distinción de ser el Primer Distrito Turístico del Perú. Esta designación se realizó mediante la Ley N.º 23614, que fue promulgada durante el segundo mandato del presidente Fernando Belaúnde Terry.
Entre los principales sitios de interés en Pachacámac se encuentran el Templo Santísimo Salvador, el Museo de Pisco y el Santuario Arqueológico de Pachacámac. El Templo en U de Cardal, la Piedra del Amor y el Manantial de la Juventud también son destacados puntos turísticos. El Cerro Pan de Azúcar, el Sendero Turístico Cardal - Santa Rosa de Malapso y el Monasterio de la Encarnación son otros lugares emblemáticos del distrito.
Por su parte, el Santuario Diocesano María de la Consagración y las Lomas de Manzano, Punta Blanca, Pucara, Linderos y Manchay también son de gran atractivo. Huacas como Mina Perdida y Manchay Bajo, así como los sitios arqueológicos Cardal, Pampa Flores y Tambo Inga, destacan por su valor histórico y cultural.
Además, Pachacámac es conocido por sus restaurantes y recreos campestres, lo que lo convierte en un destino ideal para la práctica de deportes de aventura y campamentos. Esta combinación de historia, cultura y naturaleza hace de Pachacámac un lugar único y atractivo tanto para los visitantes como para los residentes.