Para nadie es un secreto que el próximo martes 6 de agosto fue declarado como feriado nacional por las autoridades del país. Y es que la Ley N.° 31530, promulgada en agosto de 2022 y publicada en el diario oficial El Peruano, instituye esta fecha para recordar la Batalla de Junín, sucedida en 1824.
Esta victoria patriota, liderada por Simón Bolívar, fue un preludio crucial para la posterior Batalla de Ayacucho, que aseguró la libertad definitiva del continente del yugo español. Esta conmemoración sirve como un tributo al coraje y sacrificio de los combatientes que lucharon por la independencia.
En adición de su significancia histórica, la nueva normativa asegura que los trabajadores no estarán obligados a asistir a sus empleos, percibiendo su salario habitual de otros feriados.
Aunque si es necesario que trabajen, existen dos opciones: recibir un día de descanso compensatorio o ser remunerados con tres pagos: uno por el feriado, otro por el trabajo efectuado y una sobretasa del 100%.
¿Qué pasó en la Batalla de Junín?
La Batalla de Junín, librada el 6 de agosto de 1824, fue uno de los enfrentamientos decisivos en la guerra de independencia del Perú, entre los ejércitos realistas españoles y las fuerzas patriotas comandadas por Simón Bolívar.
Este evento marcó un cambio significativo en la lucha por la liberación del Perú, influido por una serie de factores estratégicos y militares que se desarrollaron en los meses previos.
Las previas
Simón Bolívar, entonces presidente de la República de Colombia y conocido como el Libertador, fue llamado por el Congreso del Perú para continuar la guerra de emancipación iniciada por José de San Martín en 1820.
San Martín había formado el Ejército Unido Libertador del Perú y promovido la creación de la República Peruana, antes de retirarse y dejar la lucha en manos de Bolívar. Sin embargo, la situación en Perú era complicada debido a la resistencia realista y la necesidad de una estrategia contundente para asegurar la independencia.
Bolívar enfrentó ciertas situaciones, como la sublevación de Riego en España, que aisló al ejército realista en Perú de su metrópoli. Además, la rebelión de Olañeta en el Alto Perú dividió las fuerzas realistas, obligando al virrey José de la Serna a luchar en dos frentes.
Ante estas circunstancias, Bolívar, con más de 10,000 hombres, la mayoría colombianos y peruanos, sacó provecho de esto. En junio de 1824, movilizó su ejército hacia la sierra central del Perú, buscando aislar a las fuerzas del general realista José de Canterac.
La hora del encuentro
La batalla se libró en la pampa de Junín, a más de 4,000 metros sobre el nivel del mar. La planicie, ubicada en el actual departamento de Junín, fue el escenario de un enfrentamiento principalmente de caballerías, con ambos bandos usando armas blancas.
El 6 de agosto, el ejército realista de Canterac, compuesto por 1,300 jinetes y entre 6,000 y 7,000 infantes, marchaba alrededor del lago Junín tratando de evitar el combate con Bolívar. Al observar esto, Bolívar ordenó a su caballería, dirigida por Mariano Necochea, detener a los realistas.
Canterac respondió desplegando su caballería en batalla. La caballería patriota, encabezada por el regimiento de Granaderos de Colombia, fue inicialmente atacada por las fuerzas realistas, causando confusión y desorden.
El general Bolívar, observando la situación, se retiró momentáneamente para reorganizar sus fuerzas. En un momento crucial, el mayor José Andrés Rázuri comunicó una falsa orden del general José de La Mar, instruyendo al coronel Manuel Isidoro Suárez a cargar contra los realistas. Así fue como la caballería patriota, liderada por los Húsares del Perú, tomó a los realistas por sorpresa y los derrotó decisivamente, cambiando el curso de la batalla.
Descenlace
El resultado de la Batalla de Junín fue significativo. Los realistas sufrieron 254 muertos y heridos, además de 80 prisioneros, mientras que los patriotas tuvieron 148 bajas entre muertos y heridos. Aproximadamente 400 caballos realistas fueron capturados.
En reconocimiento a la valentía de la caballería peruana, Bolívar renombró a los Húsares del Perú como Húsares de Junín. La victoria en Junín revitalizó la moral del Ejército Unido y debilitó severamente al Ejército Realista del Norte, obligándolos a una retirada desordenada. Esta derrota fue un preludio a la Batalla de Ayacucho, que sellaría definitivamente la independencia del Perú.
La Batalla de Junín demostró la efectividad de las estrategias de Bolívar y la determinación de las fuerzas patriotas en su lucha por la independencia de Sudamérica.