A pesar de que son muchas las personas que dan por hecho que luego del 28 de julio de 1821 el Perú, y todo el continente sudamericano, alcanzara por fin la libertad al romper las cadenas del yugo español, lo cierto es que todavía faltaba un largo trecho para cerrar ese capítulo.
Y es que, sin importar la proclamación de don José de San Martín, todavía quedaron en territorio peruano fuerzas leales a la corona española que se resistían a ver cómo se les iba el poder de las manos.
En ese sentido, y para sellar la independencia total, es que varias batallas se libraron a lo largo del territorio peruano con la finalidad de hacer del sueño libertario una realidad. Estas batallas, las últimas entre las fuerzas realistas y las independentistas, fueron las siguientes.
Batalla de Habana
La Batalla de Habana (Maynas), el 23 de septiembre de 1822 en San Martín, fue crucial para la independencia del Perú y la emancipación de Maynas. Nicolás Arriola, liderando a las tropas patriotas, derrotó al sargento realista Santiago Cárdenas en varios enfrentamientos, culminando en Habana.
Cárdenas, apoyado por Moyobamba, sufrió una derrota decisiva cuando su pólvora se mojó y fue emboscado por el Ejército Invisible de indígenas rebeldes.
Tras la victoria, Arriola avanzó hacia Moyobamba, donde los patriotas destruyeron las propiedades de los colonialistas españoles y dieron muerte a varios líderes realistas. La batalla destacó la participación crucial de las poblaciones indígenas en la lucha por la independencia peruana.
Batalla de Moquegua
La Batalla de Moquegua, ocurrida el 21 de enero de 1823, fue un enfrentamiento crucial en la guerra de independencia del Perú. El Ejército Libertador del Sur, liderado por el general argentino Rudecindo Alvarado, fue derrotado por el Ejército Real del Perú bajo el mando del general José de Canterac.
Esta batalla resultó en una grave derrota para los independentistas, con solo 1.500 de los 4.300 soldados regresando a Lima. Tras la batalla de Torata, las fuerzas patriotas se replegaron a Moquegua, pero fueron atacadas por los realistas.
El ejército de Canterac se dividió en dos, con el brigadier Valdés flanqueando a los patriotas, mientras Canterac y Monet avanzaban de frente. Los patriotas fueron derrotados, sufriendo 700 muertos y más de 1.000 prisioneros.
La batalla significó el fin del ejército unido chileno-argentino y provocó una crisis política en Lima, culminando en el Motín de Balconcillo y la proclamación de José de la Riva Agüero como Presidente de la República.
Batalla de Junín
La Batalla de Junín, librada el 6 de agosto de 1824, fue crucial en la independencia del Perú. Simón Bolívar, liderando el Ejército Unido Libertador, enfrentó a los realistas comandados por José de Canterac.
La batalla ocurrió en la Pampa de Junín, a 4000 msnm. Bolívar, con 12,000 hombres, buscaba aislar a las fuerzas realistas dispersas. Los realistas, con 6,000 efectivos, intentaron evitar el combate directo.
Durante la batalla, la caballería de Bolívar inicialmente fue superada, pero una carga decisiva de los Húsares del Perú, dirigida por Manuel Isidoro Suárez, tomó por sorpresa a los realistas, llevándolos a una desordenada retirada.
Esta victoria patriota fue significativa, debilitando gravemente al ejército realista y elevando la moral de los independentistas. En honor a su desempeño, Bolívar renombró al regimiento peruano como “Húsares de Junín”.
Batalla de Ayacucho
La batalla de Ayacucho, librada el 9 de diciembre de 1824 en la Pampa de Quinua, Perú, consolidó la independencia del Perú y de Sudamérica hispana. La victoria patriota eliminó al último gran contingente realista y forzó la capitulación del último virrey del Perú.
En ese sentido, la Capitulación de Ayacucho, firmada por José de Canterac y Antonio José de Sucre, estipuló la rendición del Ejército Realista, el reconocimiento de la deuda peruana a España y el retorno de los soldados españoles.
Aunque algunos oficiales resistieron, la independencia se consolidó con la caída del Real Felipe en 1826 y la anexión de Chiloé a Chile.