El periodista César Hildebrandt señaló este lunes en su pódcast que, si la dictadura de Nicolás Maduro consuma el fraude electoral, América Latina podría convertirse en el epicentro de una guerra civil. “Lo de Venezuela es delicadísimo. El fraude estaba ahí. La actitud del presidente del organismo electoral fue tan transparente en su complicidad [...] no le correspondía decir que la tendencia era irreversible. Por tanto, no había que discutir”, comentó.
Para Hildebrandt, las irregularidades del régimen chavista se comparan con el fraude cometido contra Cuauhtémoc Cárdenas, líder del Partido de la Revolución Democrática (PRD), durante las elecciones mexicanas de 1988. “Las computadoras se apagaron durante un momento largo. Ayer pasó lo mismo y el chavismo acusó a la oposición de haber hackeado su sistema computacional electoral, algo demasiado sintomático, grosero y burdo”, señaló.
El periodista también citó las declaraciones de la lideresa de la oposición venezolana, María Corina Machado, quien afirmó que tenía cómo probar que el 73,20% de las actas adjudican el triunfo de las elecciones a Edmundo González, a quien Perú ha reconocido como presidente. “¿Adónde marcha Venezuela? A la confrontación. Al aislamiento, en el peor de los casos. Y a un nuevo éxodo, si esto se mantiene, sin ninguna duda”, apuntó.
“América Latina debería unirse en un movimiento que empuje a una transición pacífica. Nadie quiere una guerra civil, pero va a ser inevitable si Maduro quiere convertir su magia electoral en el tercer gobierno que, de cumplirse, llegaría a los 18 años”, advirtió Hildebrandt.
Hacia la medianoche del domingo, el Consejo Nacional Electoral (CNE) anunció que Maduro fue reelecto para un tercer mandato consecutivo, en unos comicios en los que obtuvo el 51,20 % de los votos (5.150.092 apoyos). Según ese reporte, González Urrutia obtuvo 4.445.978 votos, los que supone el 44,2 % de los sufragios. Sin embargo, la oposición denunció que existe fraude y varios países cuestionaron la veracidad de unos resultados que mantienen en el poder al chavismo.
La administración de la presidenta Dina Boluarte ha anunciado que los funcionarios venezolanos acreditados en Perú deben abandonar el país en un plazo máximo de 72 horas, luego de que el régimen de Maduro expulsara a diplomáticos de siete naciones latinoamericanas, incluido Perú.
El canciller Javier González Olaechea condenó las represalias de la dictadura contra los líderes opositores María Corina Machado, Leopoldo López y Lester Toledo, acusados sin pruebas de intentar adulterar los resultados electorales. Además, rechazó las declaraciones del fiscal venezolano Tarek William Saab, quien anunció una investigación al alegar un “ataque desde Macedonia del Norte” para manipular los datos electorales.
González Olaechea anunció acciones coordinadas con otros cancilleres de la región para proteger la “voluntad popular” en Venezuela e informó que su cartera está actualizando el Acuerdo de Sede, un instrumento suscrito por la Organización de los Estados Americanos (OEA) y una autoridad electoral, para observar las elecciones y proponer un nuevo acuerdo “blindado” que impida cualquier intento de irregularidad electoral.
Miles de venezolanos salieron a las calles de Caracas y varias regiones del país para protestar contra los resultados de las elecciones. Estados Unidos y España, en línea con la Unión Europea, han rehusado pronunciarse sobre los resultados hasta que sean publicadas las actas “mesa por mesa”.
La Organización de Estados Americanos (OEA), por su parte, denunció que los comicios sufrieron “la manipulación más aberrante”, según un comunicado de su secretario general, Luis Almagro, quien criticó el uso de un esquema represivo y manipulador por parte del régimen y exigió que Maduro acepte las actas en poder de la oposición.
También sugirió que, de no hacerlo, deben realizarse nuevas elecciones con observadores internacionales. En contraste, los presidentes de Bolivia, Cuba y Nicaragua, así como Rusia, China e Irán, han felicitado al dictador.