¿La pintura de la Proclamación de la Independencia del Perú es fiel a lo que sucedió aquel 28 de julio de 1821?

Este lienzo, realizado 83 años después del suceso histórico, está cargado de la visión del pintor y el contexto sociopolítico de la época

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Juan Lepiani concluyó 'La proclamación de la Independencia' en 1904. (Composición Infobae)
Juan Lepiani concluyó 'La proclamación de la Independencia' en 1904. (Composición Infobae)

El 28 de julio de 1821, José de San Martín proclamó la independencia del Perú en la Plaza Mayor de Lima. Si bien aún faltarían más de tres años de enfrentamientos para que el ejército patriota derrotara por completo a los realistas, aquella ceremonia en la capital del virreinato quedó fijada en la historia como un momento cumbre del proceso emancipatorio. Su importancia motivó la realización de un cuadro que quedaría impregnado en la memoria de los peruanos, generación tras generación.

Se trata de una imagen que observamos en distintos entornos, desde las láminas escolares hasta las paredes de los edificios gubernamentales. Su vigencia en el imaginario colectivo se renueva en esta época del año con la celebración de las Fiestas Patrias.

Sin embargo, cabe preguntarse, ¿qué tan fiel es esta obra al suceso histórico?

83 años después

Uno de los detalles más relevantes para entender este lienzo es que se gestó décadas después del hecho histórico.

Su realizador, Juan Lepiani, había mostrado interés por la pintura histórica desde su juventud, que transcurrió durante la Reconstrucción Nacional, período posterior a la Guerra del Pacífico (1879 - 1883). Fue discípulo del pintor español Ramón Muñiz, autor de El Repase, que representa a un soldado chileno a punto de dar la estocada final a un herido peruano, quien es defendido por una rabona.

Lepiani logró obtener una beca del Gobierno del Perú para que compete su formación en Europa y se dedique a las pinturas de historia. Por tanto, el artista peruano estaba obligado a enviar algunos cuadros al Museo Nacional para compensar la subvención de sus estudios.

Juan Lepiani. (Gobierno del Perú)
Juan Lepiani. (Gobierno del Perú)

En total, realizó 34 cuadros, 10 de los cuales se centraron en episodios de la historia nacional, como La captura de Atahualpa, El asesinato de Pizarro, El último cartucho, entre otros.

Tal vez su obra más famosa fue La proclamación de la Independencia, concluida en Roma en 1904 y hoy alojada en el Museo Nacional de Arqueología, Antropología e Historia del Perú.

Poco después, este óleo sobre lienzo fue reproducido en todo tipo de medios. Por primera vez, los peruanos de la época verían materializado en una imagen este hecho histórico. Habían pasado 83 años, por lo que difícilmente quedaba vivo algún testigo de aquella vez que San Martín declaró al Perú libre e independiente por la voluntad de los pueblos.

El cuadro de Lepiani bajo la lupa de la historia

La proclamación de la Independencia del Perú. (Juan Lepiani)
La proclamación de la Independencia del Perú. (Juan Lepiani)

En el plano principal de la pintura, sobre un estrado que en realidad es parte de una construcción, se sitúa José de San Martín rodeado por un grupo de oficiales de alto rango y civiles de la elite. Junto a ellos se observa a un fraile mercedario. De fondo, una multitud que abarrota la Plaza Mayor de Lima en la superficie principal, los balcones y el techo de la Catedral.

El rigor histórico de esta composición ha sido cuestionado desde la publicación de la imagen.

“Se sabe que San Martín estuvo en una tarima y no necesariamente en un espacio arquitectónico, donde se está representando la proclamación de la independencia”, indica a Fernando Villegas, profesor de Historia del Arte en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, en declaraciones a Infobae Perú.

Asimismo, el historiador jesuita Rubén Vargas Ugarte en su libro El episcopado en los tiempos de la emancipación sudamericana (1945), retrata a los obispos como personajes neutrales, ya que no se ponían ni del lado de los realistas ni de los separatistas. Por ende, la presencia del fraile en el cuadro ha generado controversia.

Otro aspecto que podría no ser tan preciso es la convocatoria que tuvo esta ceremonia.

Claudia Rosas, historiadora de la Pontificia Universidad Católica del Perú, señala que en esos días había mucho temor en una parte de la población limeña, principalmente en las clases acomodadas.

“Tras la fuga del virrey La Serna hacia Cusco y ante la inminente llegada de la Expedición Libertadora, había un vacío de poder que produjo en la aristocracia el miedo de que la plebe urbana y los esclavos se levanten en su contra. Por ello, muchos se refugiaron en los conventos”, acota Rosas.

La visión del pintor patriota

Sin embargo, estas imprecisiones no deben ser atribuidas a la ignorancia de Lepiani. El pintor intercambiaba cartas con Ricardo Palma y el historiador Emilio Gutiérrez de Quintanilla, a quienes pedía información para pintar sus cuadros.

Las cartas y manuscritos de Lepiani dan cuenta de su interés por conocer los datos históricos. (Imagen referencial / Enago)
Las cartas y manuscritos de Lepiani dan cuenta de su interés por conocer los datos históricos. (Imagen referencial / Enago)

No obstante, según Villegas, Lepiani priorizó la visión del país que se intentaba instaurar en la época de la Reconstrucción Nacional. Esta visión tenía que ser optimista, inclusiva y conciliadora.

“No es tanto la cuestión histórica la que prevalece en el cuadro, es más una cuestión ideológica, un discurso hegemónico que tiende a ver al país de esa manera”, señala el docente. “Una cosa es lo histórico y otra cosa es la construcción del discurso a partir de la historia”.

En ese sentido, también se destaca la bandera que San Martín lleva en brazo derecho: su diseño es el actual y no el que estaba vigente en la época.

“Aunque este probable error del pintor ha sido objeto de muchas críticas, también permite que un público muy amplio se identifique con la escena y su carácter patriótico, y no solo aquellos que conocen cuál fue el aspecto de la bandera antigua”, anota una publicación del Gobierno del Perú con motivo del bicentenario de la independencia.

Por su parte, Rosas explica que la elección de los personajes que aparecen junto a San Martín obedece a los llamados “rituales de poder” que se habían heredado de la época del virreinato.

“Por más que se intente plasmar una visión liberal republicana, los pintores de esa época aún mantenían una influencia del período colonial. En ese sentido, cada institución, como la iglesia y la aristocracia tiene su lugar en las ceremonias, que a su vez tenían una serie de pautas tradicionales”, sostiene la historiadora.

A pesar de su cuestionada precisión histórica, esta obra no ha sido desfasada en sus más de 120 años de existencia. Ello es, sin duda, testimonio de que Lepiani logró, a través del arte, hacer prevalecer su visión por encima de los hechos.

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