Dina Boluarte omite disculpas al pueblo awajún y atención a la comunidad LGTBI en su discurso: ¿Qué otros temas obvió?

La presidenta mantuvo silencio respecto a la reglamentación de la pesca artesanal, el transporte en Lima, que se ha agravado con el inicio de la construcción de la Línea 2 del Metro, y la constante existencia de conflictos sociales ante la baja efectividad de su Gobierno

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Los temas de los que Dina Boluarte no habló durante su mensaje presidencial ante el Congreso. Infobae Perú.
Los temas de los que Dina Boluarte no habló durante su mensaje presidencial ante el Congreso. Infobae Perú.

El mensaje presidencial emitido este 28 de julio por la presidenta Dina Boluarte ante el Congreso ha dejado mucho que desear en cuanto a los temas críticos y conflictivos que enfrenta el país, pero sobre los que el Ejecutivo ha decidido hacer caso omiso. Mientras su discurso abarcó una variedad de temas por más de cinco horas, la presidenta Boluarte omitió abordar varias cuestiones sensibles, pero necesarias que afectan a diferentes sectores de la sociedad peruana, desde comunidades indígenas y LGBTI hasta pescadores artesanales y el congestionado transporte en Lima.

Entre los temas más críticos que la presidenta Boluarte ignoró, estuvo la emisión de una disculpa pública al pueblo awajún. Luego de que dos de sus ministros afirmaron que las violaciones a menores eran una “práctica indígena”, un comentario que fue vehementemente rechazado por las comunidades; la presidenta no ha hecho esfuerzo alguno por subsanar el pronunciamiento de sus dos ministros. En una primera oportunidad, cuando se le consultó directamente sobre el tema, Boluarte cedió la palabra y ahora, durante su mensaje presidencial, tampoco mostró un atisbo de responsabilidad sobre el abuso en el que incurrieron los ministros de Educación y de la Mujer.

El constante abuso del gobierno de Dina Boluarte hacia los pueblos awajún

A pesar de la indignación generada por estas declaraciones, la presidenta no se pronunció al respecto, dejando un punto de desencuentro más entre el gobierno y las comunidades indígenas. El daño causado por estas declaraciones no es solo de índole moral y cultural, sino que perpetúa estereotipos negativos y falsas creencias sobre las prácticas indígenas. La omisión de una disculpa oficial exacerba la desconfianza y el resentimiento de estas comunidades hacia el gobierno. Este tipo de negligencia institucional al no reconocer y enmendar errores puede agravar la ya delicada relación entre el Estado y las poblaciones indígenas.

A finales de mayo del 2024, una lamentable realidad fue revelada: 524 docentes habían sido denunciados por abusar sexualmente de niñas y niños awajún desde el 2010 hasta la actualidad. (Video: Infobae Perú)

Por otro lado, otra población vulnerable ausente en este discurso de más de cuatro horas fue la comunidad LGBTI, la cual vive una situación crítica y sobre la que el Ejecutivo ha decidido no manifestarse. En cambio, las agrede, pues, en un reciente escándalo; el Ministerio de Salud fue criticado por tipificar como una enfermedad mental a los peruanos transgénero.

Hace un mes, esta comunidad exigió una rectificación y una disculpa oficial, pero hasta la fecha no se ha realizado ninguna acción concreta y en el Mensaje a la Nación de este domingo, la presidenta Boluarte evitó mencionar esta problemática. Con ello, deja en el aire una cuestión que afecta directamente los derechos humanos y la dignidad de las personas transgénero en Perú.

Esta omisión es particularmente preocupante porque va en contra de los avances globales en derechos humanos y de las recomendaciones de organismos internacionales. La falta de un pronunciamiento claro al respecto es un retroceso y un desincentivo para la lucha por la igualdad y la inclusión en el país.

La pesca artesanal, el gran ausente en el discurso de Dina Boluarte

Fotografía de archivo de aves en un puerto de pescadores artesanales de Perú. EFE/ Paolo Aguilar
Fotografía de archivo de aves en un puerto de pescadores artesanales de Perú. EFE/ Paolo Aguilar

En cuanto a temas ambientales, también se ha notado la ausencia de un pronunciamiento oficial respecto a la pesca artesanal. Como se sabe, esta labor extractiva en menor escala representa un sector vital en muchas regiones costeras del Perú; y aunque la presidenta Boluarte habló sobre la pesca en general, no abordó la pesca artesanal. Ello, en un contexto en el que, hasta la fecha, está incumpliendo en sus funciones al no reglamentar la ley de pesca artesanal.

Esta regulación es crucial para reducir la sobreexplotación de recursos y eliminar la competencia desleal. Mientras esta norma no sea aprobada, no se puede aplicar, y aquellos que contravengan la ley continúan impunes. De hecho, en el último mes se pudo advertir que barcos industriales Chinos estaban pescando en territorio peruano fuera del periodo correspondiente y sin autorización, afectando directamente a pesqueros artesanales.

La inacción en este asunto tiene consecuencias graves, ya que la pesca artesanal es una fuente de empleo y sustento para miles de familias. La falta de regulación no solo pone en riesgo la sostenibilidad de los recursos pesqueros, sino que también afecta negativamente a las comunidades que dependen de ellos para su subsistencia.

Dina Boluarte y su país “en paz”, obviando la existencia de conflictos sociales

Demonstrators clash with police while protesting against the government of Peru's President Dina Boluarte who is expected to address the nation from Congress, in Lima, Peru July 28, 2024. REUTERS/Sebastian Castaneda
Demonstrators clash with police while protesting against the government of Peru's President Dina Boluarte who is expected to address the nation from Congress, in Lima, Peru July 28, 2024. REUTERS/Sebastian Castaneda

Ahora bien, en temas de conflicto social y preservación y respeto a los derechos humanos tampoco existió mayor información dentro del mensaje presidencial. La falta de pronunciamiento sobre los temas internacionales también fue notable. La presidenta no mencionó la situación del gobierno ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH), a la que ya ha desacatado en dos oportunidades. Tampoco abordó la denuncia presentada en su contra ante la Corte Penal Internacional por las muertes en protestas.

Y como si esto no fuera suficiente, también evitó emitir pronunciamiento alguno respecto a la Ley de Amnistía que facilita la impunidad y que prescribe los crímenes de lesa humanidad. En cambio, Boluarte aseguró que su gestión comenzó en medio de conflictos sociales, atribuyendo estos a Pedro Castillo, pero no volvió a hablar sobre los principales conflictos de esta índole que se han suscitado durante su mandato.

Ello, pese a que un informe de Defensoría del Pueblo advirtió que, hasta ahora, en lo que va del 2024, se han registrado 19 conflictos sociales nuevos, todos ellos originados durante su último año de periodo presidencial.

Enfrentamiento entre manifestantes y policías durante una jornada de protesta el 28 de enero de 2023 en Lima (Perú). EFE/ Antonio Melgarejo
Enfrentamiento entre manifestantes y policías durante una jornada de protesta el 28 de enero de 2023 en Lima (Perú). EFE/ Antonio Melgarejo

Uno de estos principales conflictos es, precisamente, el de los ciudadanos arequipeños que han mostrado su rechazo al establecimiento e impulso que el Gobierno de Dina Boluarte busca darle al proyecto minero Tía María. Sobre este tema, en su discurso, la presidenta desestimó los reclamos de estos peruanos que se oponen. En ese sentido, Boluarte insistió en que quienes se oponían eran personas con consignas “ideologizada”.

Esta afirmación ignora la gravedad del conflicto, que incluye el asesinato de varios protestantes que defendían la calidad del agua en dicha región y que venía siendo afectada por presuntas irresponsabilidades de la empresa entonces encargada. Este tipo de afirmaciones no solo desacreditan a los opositores, sino que también evaden la responsabilidad gubernamental en la gestión de conflictos.

Dina Boluarte envuelta en una crisis de transporte público de la que no habla

El caos vehicular en Lima es otro problema que la presidenta Boluarte decidió pasar por alto. Desde el inicio de las obras de la línea 2 del Metro de Lima, el tráfico en la capital ha empeorado significativamente. Un informe del portal especializado TomTom en febrero de este año señaló que Lima es la quinta ciudad con las vías más congestionadas del mundo. Además, en abril se advirtió que un ciudadano de la capital pierde más de dos días al año atrapado en la congestión vehicular.

A pesar de la magnitud del problema, Boluarte no ofreció ninguna solución o plan concreto para mitigar esta crisis. Mucho menos en una situación en la que, como prerrogativa de su cargo, cierra la vía de Javier Prado, una de las vías más importantes que conecta a toda la ciudad, para simplemente llegar de su casa en Surquillo al Palacio de Gobierno.

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