Tras el sonado caso Rolex, que llevó a la Fiscalía a abrirle una investigación preliminar junto al gobernador regional de Ayacucho, Wilfredo Oscorima, un sector de la ciudadanía estuvo atenta este domingo 28 de julio al reloj que llevaría la presidenta de la república, Dina Boluarte, para dar su Mensaje a la Nación.
Cuando las cámaras captaron a la mandataria peruana, se observó que llevaba posiblemente un Apple Watch, un reloj inteligente de la llamada ‘marca de la manzana’. En actividades pasadas, hasta antes de hacerse público el citado caso, empezó a ser habitual ver a Boluarte con costosos relojes de la exclusiva marca Rolex, valorizados en varios miles de dólares. Según ella, fueron un ‘préstamo’ de Oscorima, a quien llamó su ‘wayki’ (hermano).
Trascendió que por recomendación de sus asesores y decisión propia, la jefa de Estado habría lucido un Apple Watch para no reavivar las criticas en su contra. Infobae Perú hizo una búsqueda por páginas de ventas en línea y notó que hay varios modelos por menos de 200 soles que son parecidos a la ‘marca de la manzana’.
De tratarse, efectivamente de un Apple Watch, el precio sí puede llegar a sobrepasar los dos mi soles, pero -en comparación con un Rolex- un montó bastante mucho menor para lo que antes lucía en su muñeca la presidenta de la república.
En redes sociales, los usuarios hicieron notar que el reloj inteligente que llevaba Boluarte era uno con la carátula del conocido personaje Snoopy.
¿Qué es el caso Rolex?
La controversia se desató el 14 de marzo, tras un informe de La Encerrona, realizado por Ernesto Cabral, donde se analizaron miles de fotografías de Boluarte desempeñándose como ministra y, desde el 7 de diciembre de 2022, como jefa de Estado, revelando la posesión de una amplia colección de relojes, algunos de ellos de lujo y no declarados ante el Jurado Nacional de Elecciones (JNE). Se menciona que varios de los Rolex que utiliza fueron identificados como fabricados recientemente, basándose en características específicas.
En tanto, el periodista Alonso Ramos reveló que el Gobernador Regional de Ayacucho, Wilfredo Oscorima, visitó el despacho presidencial el mismo jueves 14 de marzo, en la fecha en que se reveló el escándalo de los Rolex de la mandataria. Oscorima enfrentó acusaciones en el pasado por obsequiar relojes de alta gama a dos jueces de la Corte Superior de Justicia de Huamanga, supuestamente a cambio de beneficios. En 2014, el Congreso le abrió una investigación relacionada con posibles conexiones con el narcotráfico. Al año siguiente, se le dictó sentencia por actos de corrupción. Tras estar prófugo durante nueve meses, fue capturado y encarcelado. En mayo de 2017, Oscorima fue puesto en libertad.
El lunes 18 de marzo de este año, se iniciaron indagaciones preliminares por parte del Ministerio Público hacia Boluarte, bajo la sospecha de no haber informado sobre la posesión de relojes Rolex de lujo y por presunto enriquecimiento indebido.
Quien se encarga de esta investigación es la Fiscalía, a través de su División de Enriquecimiento Ilícito y Denuncias Constitucionales. Uno de los apuntes de esta entidad es que la presidenta no registró estos bienes en su declaración de propiedades ante el JNE.
El viernes 22 de marzo, tras una semana de cuestionamientos que llegaron inclusive a medios internacionales, e mostró dispuesta a presentarse ante la Fiscalía para esclarecer las acusaciones en su contra, negando tener irregularidades en su patrimonio.
“Ya notificada por el Ministerio Público, he dirigido a mis abogados al caso. Confrontaré este proceso con la verdad, tanto frente a la autoridad como a todo el país”, aseguró la mandataria.
Ella explicó previamente que los bienes en cuestión, incluyendo un Rolex valorado en aproximadamente US$ 14 mil son antiguos y fruto de su trabajo. Luego se difundió que declaró eran ‘prestados’ por Oscorima. Desde el Ejecutivo, siempre ha existido, logicamente, una clara defensa a Boluarte.
El presidente del Consejo de Ministros, Gustavo Adrianzén, ya declaróque la presidenta no presenta desbalance patrimonial, interpretando la situación como un distractor político que perjudica la estabilidad nacional.