Cinco ministros y ninguna visión por mejorar la educación en el Perú: la inestabilidad del Minedu en el Gobierno de Dina Boluarte

Desde el año 2022 hasta la fecha, el Ministerio de Educación del Perú (Minedu) ha visto pasar a cinco ministros diferentes, cada uno con su postura, pero sin una visión clara y coherente para mejorar la educación en el país. Esta inestabilidad ha sido un reflejo de la falta de compromiso y continuidad en las políticas educativas, dejando a millones de estudiantes en un sistema precario y sin rumbo. La reciente publicación de los resultados de la prueba PISA 2022 ha puesto en evidencia las graves deficiencias del sistema educativo peruano y la urgente necesidad de reformas estructurales.

Este domingo 28 de julio, la presidenta Dina Boluarte dará su segundo Mensaje a la Nación por Fiestas Patrias. Este discurso es esperado con expectativa y escepticismo, ya que el año pasado prometió mejorar la educación. Sin embargo, las promesas de su discurso de 2023 han quedado incumplidas.

A medida que el país se enfrenta a los desafíos de un sistema educativo en crisis, se espera que Boluarte aborde estas cuestiones con medidas concretas y un plan de acción claro; pero, hasta ahora, la falta de resultados tangibles ha generado desilusión y dudas sobre la capacidad del Gobierno para cumplir sus compromisos.

Hace un año, en su primer mensaje por Fiestas Patrias, la presidenta Dina Boluarte se comprometió a la recuperación de aprendizajes, la reducción de la brecha en infraestructura educativa y la defensa de la meritocracia docente. Sin embargo, poco o nada se ha hecho en estos últimos 12 meses.

Para los especialistas, es evidente que el actual gobierno no ha sido eficaz en la recuperación del sistema educativo nacional y ha mostrado una pasividad alarmante frente a los retrocesos impulsados por el Congreso.

En los primeros 16 meses de la administración de Dina Boluarte, el Ministerio de Educación (Minedu) ha experimentado una notable inestabilidad con la designación de cinco ministros diferentes. Este periodo refleja una duración promedio de cada titular de apenas 3.2 meses, una cifra notablemente inferior al ya breve promedio de ocho meses observados en los últimos 10 años.

Esta inestabilidad se ha visto agravada por la disminución del presupuesto educativo, que ha pasado de un objetivo del 6% del PBI a un 4,81%. La estructura presupuestal también es problemática, ya que el 85% se destina a sueldos y pensiones, y solo el 15% se usa para actividades pedagógicas y reformas.

La presencia del Minedu en las regiones es otro aspecto que ha fallado. Los terribles casos de abusos sexuales en la provincia de Condorcanqui (Amazonas) han demostrado la falta de atención del Estado. El ministro Quero acudió a la zona con un mes de retraso y la presidenta Boluarte ni siquiera se ha pronunciado al respecto. Además, el 60% de los menores en edad escolar sufren de anemia y desnutrición, lo que refleja la ineficacia de programas como Qali Warma.

La falta de avances en el sector se debe, en gran parte, a la alta rotación de funcionarios en el Minedu. En los 19 meses del gobierno de Boluarte, cinco ministros han ocupado el cargo: Patricia Correa, Óscar Becerra, Magnet Márquez, Miriam Ponce y Morgan Quero. Cada uno ha traído consigo nuevos viceministros y diferentes ideas, lo que ha impedido la continuidad de los planes educativos.

Durante la gestión de Boluarte, la rotación de ministros en Minedu ha sido particularmente acelerada. Morgan Niccolo Quero Gaime es el actual titular del sector educación, desde que asumió el cargo el pasado 1 de abril tras una serie de cambios en la cartera que comenzó en diciembre de 2022, cuando la entonces vicepresidenta Dina Boluarte juramentó como presidenta del Perú, luego del fallido golpe de Estado de Pedro Castillo.

Patricia Correa fue la primera en estar al frente del Minedu dentro del periodo de inestabilidad política, pero se mantuvo apenas seis días. Su sucesor, Óscar Becerra, asumió el 21 de diciembre de 2022. No obstante, Becerra enfrentó críticas constantes hasta su salida en abril de 2023, cuando la presidenta Dina Boluarte realizó una reestructuración de su gabinete.

El siguiente en asumir la cartera fue Magnet Márquez Ramírez, el 23 de abril de 2023. Sin embargo, Márquez Ramírez también fue objeto de controversias, lo cual culminó en su renuncia debido a discrepancias con el Ejecutivo. La gestión de Márquez Ramírez no logró calmar las aguas en el Ministerio de Educación y dejó el cargo poco después de un año.

El reemplazo de Márquez Ramírez, Miriam Ponce Vértiz, asumió el liderazgo del Ministerio el 6 de septiembre de 2023. Pero su estancia la dio por concluida el 1 de abril de 2024, formalizándola con un comunicado difundido en la plataforma X (antes Twitter).

El sector educativo peruano ha enfrentado una creciente inestabilidad, agudizada por las crisis políticas que han dado lugar a seis presidentes en los últimos años.

El exministro de Educación, Ricardo Cuenca, indicó en entrevistas a diversos medios que desde 2012 se había logrado una estabilidad gracias a la continuidad en la implementación de reformas educativas con la creación de un cuerpo de funcionarios capacitados en la ejecución de políticas públicas en el Minedu. Sin embargo, añadió que con la llegada de Pedro Castillo en 2021, y posteriormente con Dina Boluarte, este grupo consultor se vio debilitado.

“Los ministros de Castillo estaban en contra de las reformas, Boluarte siguió la misma línea y continuó sin trabajar por las reformas”, dijo Cuenca y, además, mencionó que funcionarios relacionados al gremio de Castillo entraron en el sector, generando desestabilidad.

Por otro lado, el también exministro Idel Vexler aseguró en publicaciones recientes que la inestabilidad empezó realmente antes, con el gobierno de Ollanta Humala en 2012. Vexler comentó que con la entonces ministra Patricia Salas se empezaron a formar equipos de técnicos con una orientación muy ideológica, señalando que estas personas entendían de educación pero carecían de experiencia práctica en el sistema educativo.

Asimismo, acusó a los sucesivos gobiernos de carecer de una política educativa clara y de estar influenciados por criterios ideológicos y enfatizó que los cambios de ministros y las decisiones políticas responden a “nombres, acomodos y conciliaciones”, lo que ha intensificado la inestabilidad en el sector.

El sistema educativo en Perú enfrenta una crisis que, en lugar de mejorar, ha evidenciado un preocupante estancamiento. El progreso esperado desde la pandemia no se ha materializado, y esto se refleja claramente en los resultados de las evaluaciones de desempeño de los escolares.

Hace poco, se divulgó el informe del Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos (PISA). En este estudio, que se realiza cada tres años a estudiantes de 15 años, se concluyó que en Perú los resultados promedio de la evaluación 2022 fueron inferiores en comparación a los del 2018.

De acuerdo al análisis, los escolares peruanos presentan el doble de estudiantes con bajo rendimiento en matemáticas, lectura y ciencias comparado con la media de los 38 países que conforman la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).

Los estudiantes de Perú disminuyeron su desempeño en matemáticas en la prueba 2022, obteniendo 391 puntos, nueve menos que en la edición de 2018. Este resultado colocó al país en la posición 59, aunque por encima de naciones sudamericanas como Colombia, Brasil y Argentina.

PISA revela que en el país, el 66% de los estudiantes tienen un bajo rendimiento en matemáticas. Además, únicamente el 34% del alumnado peruano alcanzó al menos el nivel 2 de competencia en matemáticas. En cuanto a lectura, solo el 50% de los estudiantes peruanos alcanzaron los requisitos mínimos. En ciencias, el 53% no alcanzó el nivel 2.

El informe subraya que los esfuerzos de las políticas educativas no han sido suficientes en algunas áreas críticas. Por ejemplo, un preocupante 1% de los estudiantes peruanos alcanzó calificaciones de alto rendimiento en lectura.

En su Mensaje a la Nación del 28 de julio de 2023, la presidenta Dina Boluarte prometió mejorar los centros educativos del país. Sin embargo, las cifras actuales muestran un empeoramiento. En ese entonces, el exministro Óscar Becerra señaló que la brecha en infraestructura era de 152.000 millones de soles a principios de 2023, pero el actual ministro Morgan Quero estima que ha aumentado a 164.000 millones de soles.

El Gobierno destinó 4.000 millones de soles para infraestructura este año, una cantidad insuficiente para cerrar la brecha. Mientras tanto, se priorizó la construcción de 75 Colegios Bicentenarios con un presupuesto de casi 6.000 millones de soles, dejando de lado los 55.000 planteles en mal estado donde estudian 6.5 millones de escolares.

Los resultados educativos están influenciados por la infraestructura escolar, que recientemente ha tenido serios problemas, afectando a cerca de 1.4 millones de estudiantes a nivel nacional. Según Paulo Quequezana, vocero de la Cámara de Comercio Exterior (Comex), al menos 31 mil instituciones educativas están en condiciones precarias, y sugiere que la mejor solución sería demoler y reconstruir estas escuelas desde cero.

Solo en Lima Metropolitana, 41 colegios públicos están en riesgo de colapso y siguen sin ser reconstruidos debido a la falta de decisión del Minedu para avanzar con cuatro iniciativas privadas cofinanciadas presentadas hace 10 años.

Un informe del Ministerio de Educación (Minedu), obtenido por Infobae Perú a través del portal de Transparencia, revela que de los 55.358 establecimientos educativos existentes en el país, solo 4.087 tienen una infraestructura adecuada. Esto implica que el 92.62% de las escuelas, es decir, 51.271 instituciones, requieren algún tipo de intervención en su estructura.

En el Perú, hay 55.358 colegios, y más de la mitad (55.9%) necesita una reconstrucción total. El presupuesto estatal para infraestructura educativa es de 11.255 millones de soles, pero solo el 29% de los fondos asignados al gobierno nacional ha sido ejecutado.

Infobae Perú solicitó datos sobre la cantidad de colegios construidos en Perú desde 2001 a la plataforma de Transparencia del Minedu, pero la respuesta fue que no se tiene información completa sobre la cantidad de locales educativos edificados en ese periodo. Además, el medio intentó pactar una entrevista con un vocero del ministerio, pero no recibió respuesta antes de la publicación de la nota.

En una entrevista con este medio, el sociólogo y magíster en políticas públicas, José Luis Gargurevich, mencionó estudios del Banco Mundial que correlacionan el aprendizaje de los menores con la infraestructura escolar. “El entorno donde los chicos aprenden se hace más relevante en situaciones como la nuestra con un sistema de educación precario. La infraestructura en sí misma no produce el efecto, pero sí lo hace el espacio educativo con una infraestructura que, por ejemplo, reduzca la exposición prolongada al sol”, señaló.

Asimismo, el especialista subrayó: “El efecto de desgaste en estos sistemas de infraestructura más o menos supone como uno o dos puntos en las evaluaciones de aprendizaje. La conexión a Internet, que haya sitios aireados donde se puedan abrir las ventanas, entre otros aspectos, llegan cerca del 6% o el 7% de diferencia”.

Por su parte, el exministro de Educación, Idel Vexler, ha propuesto un plan con tres ejes principales para enfrentar la situación actual de la infraestructura educativa en el país. Según declaraciones brindadas a Infobae Perú, Vexler enfatizó la necesidad de continuar con una campaña nacional para el mantenimiento preventivo, reconstruir el 37% de los locales educativos y reformar el Programa Nacional de Infraestructura Educativa (Pronied).

Vexler señaló que, en cuanto al mantenimiento preventivo, las acciones incluyen el pintado de colegios y la instalación de servicios básicos como agua y desagüe. Él comenta que “los S/ 300 millones que da el ministerio muchas veces no llegan a tiempo”, destacando la necesidad de una campaña nacional que, según él, ha sido atendida parcialmente gracias a la colaboración del Ejército, municipios y padres de familia.

“No ha habido ninguna política seria, salvo los diagnósticos y el catastrofismo”, indicó. Para abordar el problema, su plan sugiere una política de reconstrucción de corto, mediano y largo plazo, con metas específicas para el 2026, 2030 y 2036, y plantea la financiación a través de préstamos de endeudamiento externo con la banca multilateral.

En cuanto a la puesta en marcha del plan, Vexler resaltó dos condiciones esenciales: la reorganización del Pronied y la contratación de técnicos eficientes, así como la necesidad de establecer contratos con otros países como Gran Bretaña, España y Francia para garantizar el cumplimiento de los plazos. “Esta propuesta la vengo haciendo de manera tentativa. Los expertos pueden estudiarla, evaluarla y mejorarla, pero no podemos estar todos los años lamentándonos”, afirmó Vexler.

Por último, aunque apoya la construcción de colegios bicentenario o emblemáticos, Vexler insistió en la urgencia de atender también a escuelas en zonas aledañas a las metrópolis y de mediano alumnado, subrayando la importancia de una educación accesible para todos los estudiantes del país.

Otro actor que petardea el avance de las políticas públicas en el sector educación es el Congreso que, mediante proyectos de leyes, viene boicoteando la meritocracia docente, aprobando nombramientos automáticos para más de 6.000 docentes de los Centros de Educación Técnico-Productiva (Cetpros) y más de 3.000 interinos, así como para 7.500 maestros de institutos.

Entre los impulsores de estas iniciativas se encuentran Katy Ugarte, Alex Paredes y Paul Gutiérrez, quienes, antes de ser elegidos congresistas, eran docentes que no aprobaron las evaluaciones requeridas por el Ministerio de Educación.

En cada caso, el Ejecutivo mostró una postura pasiva, limitándose a observar las iniciativas del Congreso sin llevar el tema al Tribunal Constitucional (TC).

Marilú Martens, exministra de Educación, afirmó para el diario La República que “estamos lejos de donde deberíamos estar en educación”. Según ella, los avances logrados en alfabetización, matrícula en inicial y primaria, y la carrera pública meritocrática de docentes y la reforma universitaria han sido debilitados por el Poder Legislativo.

Asimismo, Idel Vexler, ha calificado la medida como “repudiable e inadmisible”, argumentando que debilita la meritocracia en la contratación, ascenso y designación de cargos en el ámbito educativo. “Los avances logrados en alfabetización, matrícula en inicial y primaria, y la carrera pública meritocrática de docentes y la reforma universitaria han sido debilitados por la Comisión de Educación del Congreso”.

A medida que nos acercamos al segundo Mensaje a la Nación de la presidenta Dina Boluarte, la sombra de promesas incumplidas sobre la educación se cierne sobre el panorama nacional. La inestabilidad crónica en el Ministerio de Educación, marcada por la rotación constante de ministros y la falta de políticas consistentes, ha dejado a millones de estudiantes en una situación de incertidumbre.

La presidenta tiene una oportunidad crucial para trazar un plan de acción que no solo aborde las brechas actuales, sino que también restaure la confianza en el sistema educativo. Sin embargo, la falta de avances concretos hasta la fecha han sembrado escepticismo. Solo el tiempo dirá si el próximo discurso será el preludio de un verdadero cambio o una repetición de promesas vacías.