El futuro de la juventud y sus posibilidades están condicionadas por diversos factores: el contexto social y económico, así como las políticas educativas y laborales. Sin embargo, los y las docentes, muchas veces como protagonistas silenciosos, tienen la posibilidad de ser determinantes para aportar al desarrollo de sus vidas adultas.
La tarea educativa no solo se limita a transmitir contenidos, sino que implica un proceso más amplio en el cual las y los docentes juegan son clave. Se trata de realizar el acompañamiento para que cada estudiante construya su proyecto de vida, lo que supone la reflexión sobre la inserción en el mundo laboral y la continuidad de los estudios superiores. Sin duda, una responsabilidad que cada día representa nuevos y mayores desafíos.
Las escuelas son instituciones centrales de la sociedad y por lo tanto resultan ser epicentro de las crisis sociales, familiares y personales, hoy atravesadas por el enorme impacto de las tecnologías. Las redes sociales y la inteligencia artificial generativa producen cambios en las formas de enseñar y aprender, lo cual exige el desarrollo de transformaciones educativas complejas. En relación con la dimensión del mundo del trabajo, esto resulta muy claro ya que también los cambios que está sufriendo el mercado laboral son impactantes.
¿Cómo estamos acompañando a los docentes en este proceso de profunda transformación social? ¿Tienen las condiciones laborales, las herramientas y habilidades necesarias para acompañar, guiar e inspirar a los jóvenes hacia el futuro?
Un estudio de la OCDE del 2024 reveló que sólo el 13% de los docentes de América Latina tiene altas habilidades digitales. Aún hoy, la brecha digital es gigante considerando que muchos docentes no tienen acceso a internet o a dispositivos adecuados. A pesar de los esfuerzos de los sistemas educativos, la capacitación sigue persiguiendo muy desde atrás las necesidades del presente, y en muchos casos las políticas nacionales destinan limitados recursos para integrar con rapidez y eficiencia la tecnología en la enseñanza. También es un gran desafío preparar de forma critica a los docentes para conducir procesos de relacionamiento positivo con las nuevas tecnologías, tanto para ellos como para sus alumnos.
Fortalecer la integración al mundo digital de los docentes de educación media en América Latina es clave para que puedan:
- Acompañar de forma efectiva a sus estudiantes.
- Ser innovadores en las prácticas de enseñanza.
- Brindar una educación de calidad que logre aprendizajes significativos.
- Crear climas positivos para la experiencia de enseñar y aprender.
- Conectarse con sus estudiantes de nuevas maneras.
- Mantenerse actualizados con las últimas tendencias en educación.
El panorama educativo está cambiando rápidamente y los docentes necesitan un programa de formación permanente para adaptarse a estos cambios. Su rol es determinante para preparar a los jóvenes con las habilidades y los conocimientos necesarios para que puedan vivir en el mundo actual, y al mismo tiempo acercarlos a nuevas oportunidades laborales.
La tarea es ardua y la responsabilidad debe ser compartida. Gobiernos, sistemas educativos, organizaciones del tercer sector y el sector privado, deben colaborar para que los docentes de Latinoamérica no trabajen en soledad. El futuro de los jóvenes también es el nuestro.
Por ello, es crucial que todos los sectores de la sociedad se comprometan y aporten para fortalecer los sistemas educativos. Solo así, los docentes tendrán el apoyo necesario para guiar a la juventud hacia un futuro mejor. El futuro de los jóvenes es el futuro de nuestra sociedad.