‘El Tuki’, el sanguinario sicario que integró la peligrosa banda ‘Comando Vermelho’, que sembró el terror en Iquitos al asesinar a 14 personas

Entre los crímenes más notorios de ‘Los Sicarios de Gabriel’ se encuentran los asesinatos del exfutbolista Pierre Yalta Gonzales y el arquitecto Tomás Vela Huanaquiri, ejemplos del terror desatado por esta organización criminal

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Joyner Navarro Tamani, alias 'Tuky', lidera 'Los Sicarios de Gabriel'. (composición: Infobae/ capturas)
Joyner Navarro Tamani, alias 'Tuky', lidera 'Los Sicarios de Gabriel'. (composición: Infobae/ capturas)

En el mundo del crimen organizado en Iquitos, la historia de ‘Los Sicarios de Gabriel’ destaca por su brutalidad y precisión. Este grupo, liderado por Joyner Navarro Tamani, alias ‘Tuky’, convirtió el asesinato a sueldo en su negocio principal, dejando una estela de terror en la ciudad. El modus operandi de este sujeto y su banda incluía tarifas que variaban entre mil y tres mil dólares por bala, dependiendo del impacto de cada disparo. Bajo sus órdenes, la organización ejecutó a 14 personas en un lapso de dos años, sembrando el miedo entre los habitantes de la zona.

La organización no pagaba por heridos o errores; cada sicario debía cumplir con la cuota de impactos acordada. Según el coronel Franco Moreno de la Policía Nacional del Perú (PNP), jefe de la Diviac, el líder motivaba a sus sicarios, prometiendo pagos adicionales por cada bala que impactara en el blanco.

“El cabecilla los motivaba: cuanto más impacto tenían las víctimas, más les pagaba por impacto de bala. Una vez que las víctimas eran internadas en los hospitales, clínicas o centros de emergencia, ellos mandaban a verificar cuántos impactos de bala había recibido la víctima. Se hacían pasar por periodistas y obtenían información. Si había sido impactada por siete balas, les pagaban mil dólares o tres mil soles, dependiendo del acuerdo. Un tamizaje de la muerte”, dijo el coronel para Panorama.

Control total del territorio

La banda operaba más allá de Perú, extendiendo su influencia a Brasil y Colombia. (Composición: Infobae / capturas)
La banda operaba más allá de Perú, extendiendo su influencia a Brasil y Colombia. (Composición: Infobae / capturas)

‘Tuky’ había logrado controlar un área en Iquitos similar a una favela del ‘Comando Vermelho’ en Brasil. Los pobladores del lugar colaboraban con el líder de la banda, reportando cualquier actividad sospechosa. Este control territorial hacía casi imposible el seguimiento en tierra, obligando a la PNP a utilizar drones para monitorear las actividades delictivas. La vigilancia constante y la infiltración de agentes de inteligencia fueron cruciales para entender la estructura y funcionamiento de la banda.

“Él tuvo mucha experiencia. Estuvo en el Comando Vermelho, en Brasil y Colombia, lo que le ha permitido tener una hegemonía y una presencia en el mundo de la delincuencia. Empezó a subir su tarifa porque ya se hizo de una plaza en el mercado ilícito. Tenía una jurisdicción criminal y comenzó a cobrar 40 mil o 50 mil soles por las muertes”, informó el jefe de la Divac.

Crímenes notorios

Pierre Yalta Gonzales fue asesinado a los 37 años en Loreto (TV Perú).

Entre los asesinatos más sonados se encuentra el del exfutbolista del CNI Pierre Yalta Gonzales, quien fue alcanzado por las balas de los sicarios cuando intentaba escapar. Otro caso fue el del arquitecto Tomás Vela Huanaquiri y el DJ Mauro Braga López, cuyos asesinatos sacudieron la ciudad. También se registraron intentos de asesinato, como el de Daniel Zevallos, quien resultó herido en la mandíbula. La víctima fue atacada en tres ocasiones, siendo los sicarios castigados por cada fallo. Un pequeño empresario dedicado a la venta de comida fue emboscado poco después de abandonar su negocio, y un abogado junto a su asistente fueron atacados en su estudio jurídico.

“Ellos han eliminado a tres sicarios de su organización, algunos porque se querían salir, por delatar o por no cumplir con lo que él había dispuesto”, declaró el experto de la PNP.

Los ataques se realizaban en grupos, utilizando motocicletas para movilizarse y cometer los crímenes. La banda no perdonaba los errores; los sicarios que fallaban en sus misiones eran asesinados por la propia organización. Estos métodos crueles y precisos mantuvieron a la banda operando en la clandestinidad, aterrorizando a la ciudad con sus ráfagas de disparos.

La caída de ‘Tuky’ y su banda comenzó con una operación de inteligencia que duró varios meses. Agentes encubiertos y drones localizaron su escondite, permitiendo su captura. En el momento de su detención, ‘Tuky’ no mostró remordimiento alguno, reflejando el perfil de un asesino a sueldo que poco valoraba la vida humana.

El rol de la pareja de Tuky

La pareja de 'Tuky', Katy Ferreira, juega un rol crucial en la vigilancia de las víctimas. (Captura)
La pareja de 'Tuky', Katy Ferreira, juega un rol crucial en la vigilancia de las víctimas. (Captura)

Katy Ferreira se encargaba de seguir a las víctimas, vigilando sus rutas y movimientos. Una vez que tenía toda la información, los gatilleros atacaban con precisión. Al intervenir la vivienda de la pareja, las autoridades encontraron balas y drogas, lo que evidenció la magnitud de sus operaciones delictivas.

Las armas utilizadas por la banda provenían de Colombia, Brasil y Perú. A pesar de los intentos por borrar evidencias, como arrojar las armas al río, la Diviac logró seguirles el rastro y reunir pruebas suficientes para capturarlos. El organigrama de la banda incluía a varios sicarios, quienes operaban bajo la dirección de ‘Tuky’ y Katy Ferreira.

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