La presidenta Dina Boluarte brindó un discurso este jueves en el marco del 51.º aniversario de la Asociación de Exportadores del Perú (Adex), donde justificó las acciones de su gobierno contra las protestas, que resultaron en masacres con un saldo de 50 víctimas fatales y cientos de heridos por represión policial y militar, bajo órdenes de su gestión.
En su intervención, afirmó: “Nos enfrentamos a 500 manifestaciones. Todas ellas violentas. Estuvimos firmes, tercos, decididos [...] No podemos caminar de tropiezos en tropiezos. Es bien fácil decir que, mañana vacancia y pasado, renuncia”.
Boluarte asumió como presidenta constitucional el 7 de diciembre del 2022, una fecha que ella misma destacó en su alocución para justificar su permanencia en el cargo en un contexto de agitación y descontento social. “En esa situación de vaivén, ningún país avanza”, subrayó.
No obstante, la presidenta atraviesa una crisis de legitimidad, reflejada en su baja popularidad. Según datos de una encuesta del Instituto de Estudios Peruanos para La República, el 90% de los peruanos desaprueba su gestión, mientras que solo el 5% la respalda. La situación es todavía más alarmante entre los sectores más pobres, donde el nivel de aprobación desciende a un 3%.
Este 19 de julio se llevó a cabo una movilización masiva a nivel nacional contra su gobierno y el Congreso de la República. Diversos sindicatos, pueblos originarios, comerciantes y otros gremios de todo el país se unieron en rechazo al gobierno de Dina Boluarte y al Congreso. La Federación de Trabajadores del Cusco, junto a sindicatos, gremios campesinos, trabajadores municipales, activistas y jóvenes, se manifestaron para rechazar lo que consideran un régimen que atenta contra la democracia y los derechos humanos. “¡Viva la movilización nacional!”, fue uno de los gritos de los manifestantes.
En la región de Amazonas, las rondas campesinas agrupadas en la Cunarc se unieron a los sindicatos para protestar. Los reclamos incluyeron críticas al régimen de Boluarte, al Congreso, a los bajos salarios, la explotación laboral y la inseguridad. “¡Democracia sí, dictadura no!”, exclamaron los campesinos.
Por su parte, las trabajadoras del hogar organizadas en la Federación Nacional de Trabajadoras del Hogar del Perú (Fenttrahop) realizaron una acción simbólica de lavar banderas peruanas, un acto que, según ellas, refleja su labor de cuidado y su rechazo al régimen de Boluarte, al Congreso y a la precariedad y explotación laboral.
Amnistía Internacional ha señalado a Dina Boluarte como autora mediata de violaciones de derechos humanos y de las muertes ocurridas durante las protestas. Madeleine Penman, investigadora de Amnistía Internacional América, comentó: “Nuestro informe tiene hallazgos contundentes que podrían implicar la responsabilidad penal individual de los altos mandos, incluyendo a la presidenta de la república”.
Según el informe de la organización, a pesar de haber sido informada de que las protestas no tenían vínculos criminales ni amenazas terroristas, Boluarte desplegó fuerzas militares y policiales en diversas regiones como Puno y Ayacucho. Los operativos resultaron en masacres con un saldo de 50 víctimas fatales y cientos de heridos. Las actas de las reuniones del Consejo de Ministros de diciembre de 2022 y febrero de 2023 revelan que durante 29 sesiones lideradas por la jefa de Estado, no se condenó la represión en ningún momento.
La situación en Perú sigue siendo crítica, con un gobierno que enfrenta una profunda crisis de legitimidad y una población que continúa manifestándose en las calles en busca de cambios y mejoras en sus condiciones de vida.