¿Estamos cuidando lo suficiente la salud emocional de nuestros niños?

En los últimos años, la importancia del desarrollo socioemocional ha sido ampliamente reconocida por la comunidad científica como uno de los elementos clave en el desarrollo integral de las personas. El Centro de Desarrollo Infantil de Harvard enfatiza que lograrlo asegurará un desarrollo saludable del cerebro, con un impacto duradero en la salud, el comportamiento y la capacidad de aprendizaje de los niños. Además, la neurociencia ha demostrado que el desarrollo socioemocional se asocia con una mejor autorregulación, habilidades de resolución de problemas, y relaciones interpersonales saludables.

Dado que el desarrollo socioemocional es tan importante, vale la pena destacar que un factor preponderante es la calidad de las interacciones tempranas entre las niñas y niños con su madre, padre o cuidadores principales. La teoría del apego seguro sugiere que los niños que desarrollan un vínculo seguro con sus madres, padres o cuidadores tienen mayores probabilidades de experimentar un desarrollo socioemocional positivo. Por otro lado, la negligencia emocional, el abuso, violencia o la inestabilidad en el hogar pueden tener efectos adversos significativos.

Estudios comparativos entre niños que han sufrido violencia y aquellos que no han estado expuestos a tales experiencias han mostrado alteraciones significativas en el desarrollo de la amígdala y el hipocampo, áreas del cerebro cruciales para la regulación emocional y la memoria. Se concluye que los niños que sufren cualquier tipo de violencia muestran una mayor reactividad al estrés, dificultades en el manejo emocional y un incremento en los problemas de comportamiento. Por tanto, establecer un entorno seguro y estable dentro y fuera del hogar es indispensable para el desarrollo socioemocional óptimo.

En Perú, la situación del desarrollo socioemocional de los niños es preocupante y muy poco se habla de ello. Según la Evaluación de Competencias Socioemocionales y Salud Mental del Cuidador (ECIC), más de 3 de cada 10 madres y padres de niños de 6 a 17 meses gritan a su niño cuando hace algo que no les gusta; mientras que 2 de 10 les pega a su bebé con la mano o lo ignora cuando se ha portado mal. Estos resultados reflejan que más de 3 de cada 10 niños entre los 6 y 17 meses tienen dificultades para adaptarse a situaciones nuevas, lo cual es una expresión de problemas en su desarrollo socioemocional.

Para mejorar la salud emocional de nuestras niñas y niños, es fundamental adoptar un enfoque integral que involucre a todos los sectores de la sociedad. Recordemos que el desarrollo socioemocional requiere habilidades como el reconocimiento y manejo de las emociones, la empatía, la capacidad de establecer y mantener relaciones positivas, y la toma de decisiones responsables. Esto demanda que las niñas y niños estén rodeados de adultos sensibles, con una buena salud mental. Los estudios han demostrado que los hijos de madres y padres que sufren de depresión, ansiedad u otros trastornos mentales tienen mayores riesgos de desarrollar problemas emocionales y conductuales. Por tanto, los cuidadores con una salud mental óptima son más capaces de proporcionar un ambiente emocionalmente seguro y de responder adecuadamente a las necesidades emocionales de sus hijos.

Sabiendo esto, es indispensable que las madres y padres reciban educación y apoyo para entender la importancia del desarrollo socioemocional y aprender técnicas para fomentar un ambiente emocionalmente seguro. Las autoridades deben implementar políticas públicas que promuevan la salud mental de los cuidadores y aseguren el acceso a servicios de salud mental. Además, maestros, personal de salud y trabajadores de servicios vinculados a primera infancia, deben recibir capacitación continua en desarrollo socioemocional y salud mental. Es crucial que la sociedad civil, incluyendo organizaciones no gubernamentales y comunitarias, participe activamente en la promoción de la salud emocional de los niños a través de programas de apoyo y sensibilización.

La salud emocional de nuestros niños es un aspecto fundamental que requiere atención y acción inmediata; por lo que al invertir en el desarrollo socioemocional de los niños y en la salud mental de los cuidadores, estamos construyendo una base sólida para el bienestar futuro de nuestras sociedades. Es responsabilidad de todos asegurar que nuestras niñas y niños crezcan en un entorno emocionalmente saludable y seguro.