Durante el inicio oficial de la temporada de avistamiento de ballenas en Tumbes, un dramático evento ha captado la atención de autoridades y visitantes. Frente a las costas del distrito de Canoas de Punta Sal, una cría de ballena quedó atrapada en redes de pesca, mientras su madre luchaba desesperadamente por liberarla.
Este emotivo suceso fue presenciado por el ministro del Ambiente, Juan Castro, y el alcalde del distrito, Javier Pazo durante un tour de avistamiento, donde fueron testigos de cómo la ballena, de aproximadamente12 metros de longitud, intentaba mantener a flote a su ballenato para ayudarlo a respirar, mientras una larga red de nailon inmovilizaba su cola.
Al parecer, las ballenas se acercaron mucho a la costa y se enredaron en los rieles y boyas que los pescadores artesanales usan para atrapar pescados. “Estos son animales grandes y para entrar es bien difícil, pero vamos a coordinar qué se puede hacer con los pescadores y capitanía”, sostuvo el titular del Minam.
Según Canal N, las organizaciones de conservación marina fueron alertadas de inmediato y se han movilizado para ofrecer asistencia y tratar de salvar a la cría en peligro. No obstante, el trabajo que realizan suele ser bastante peligroso ya que estos marinos son bastantes fuertes y suelen reaccionar si es que se tiene alguna interacción con sus crías.
Avistamiento de ballenas en el mar del Perú
Cada año, la temporada de avistamiento de ballenas inicia en la quincena de julio y dura hasta fines de octubre. Estos enormes mamíferos son vistas en las playas del norte peruano, en las regiones de Piura y Tumbes, donde en los últimos años se han registrado el avistamiento de hasta 30 especies diferentes, entre los que destaca la ballena jorobada.
Estos animales, conocidos por sus majestuosos saltos y aletas pectorales extremadamente largas, migran desde las frías aguas de la Antártida hasta las cálidas playas del norte del Perú para reproducirse y dar a luz. Las ballenas jorobadas no solo representan un espectáculo visual impresionante, sino que también juegan un rol fundamental en el ecosistema marino, contribuyendo a la fertilización de los océanos a través de sus excrementos, lo que ayuda al florecimiento del fitoplancton.
Durante la temporada de avistamiento, diversos operadores turísticos ofrecen excursiones en barco para observar a las ballenas de cerca, una experiencia que combina la emoción de ver a estos gigantes marinos con la importancia de promover la conservación de su hábitat. Las comunidades locales también se benefician de esta actividad, pues el turismo genera ingresos que pueden ser destinados a proyectos ambientales y de desarrollo sostenible.
Las playas habilitadas para ser parte del avistamiento son: El Ñuro, Máncora, Cabo Blanco, Los Órganos y Punta Sal. Si deseas ser parte de esta aventura, puedes consultar más información en la plataforma de ‘Y tú qué planes?.
¿Por qué ballenas jorobadas?
La ballena jorobada recibe su nombre debido a una característica distintiva en su anatomía. Estas ballenas, cuyo nombre científico es Megaptera novaeangliae, tienen una gran aleta dorsal que, cuando se arquean para sumergirse, crea una forma de joroba prominente. Este movimiento, junto con la forma curvada de su espalda, es lo que les ha valido el nombre común de “ballena jorobada”.
Las crías de las ballenas jorobadas, conocidas como ballenatos, son una parte fascinante de la biología de estas majestuosas criaturas. Las ballenas jorobadas dan a luz en aguas cálidas y poco profundas, lejos de los depredadores presentes en las frías aguas de la Antártida, donde pasan la mayor parte del año.
Al nacer, los ballenatos miden aproximadamente entre 3 y 4.5 metros y pueden pesar hasta una tonelada. Desde el primer momento, dependen completamente de su madre, quien los amamanta con una leche rica en grasas para ayudarlos a crecer rápidamente y ganar una capa de grasa protectora. Esta leche es tan densa que tiene una consistencia similar a la de la mantequilla, lo que permite a las crías desarrollarse en el frío océano.