El asesinato de Mariano Isacama (35), líder indígena del pueblo Kakataibo, ha generado un nuevo sentir de dolor e indignación en los pueblos indígenas del Perú, quienes han declarado en emergencia sus territorios de manera indefinida para hacer frente a las economías ilegales incrustadas en la Amazonía.
Hasta ahora, las amenazas se mantienen activas en diferentes puntos de la región. Especialmente en la ciudad de Aguaytía, provincia de Padre Abad, en Ucayali, donde se encuentra la sede comunal de la Federación Nativa de Comunidades Kakataibo (Fenacoka), organización en la cual Isacama formaba parte del equipo técnico, además de ejercer su labor como dirigente y luchador contra el narcotráfico y la explotación ilegal de recursos.
De acuerdo a Elías Noico, vicepresidente de la Fenacoka, otros dirigentes indígenas de la misma etnia se encuentran en situaciones de riesgo similar, lo que incrementa la preocupación y demanda de acciones inmediatas para proteger a sus comunidades.
“En el caso del pueblo Kakataibo, hay otros líderes o dirigentes cercanos a Mariano que también están en la misma situación de riesgo. Ya tienen mis fotos, investigan sobre nosotros y también el hermano mayor de Mariano están en la mira. Las amenazas son explícitas y con nombres propios”.
Así lo confirmó Noico en entrevista con Infobae Perú, en el marco de una conferencia de prensa convocada este miércoles por la Asociación Interétnica de Desarrollo de la Selva Peruana (Aidesep), que agrupa a más de 2.000 comunidades indígenas de la Amazonía peruana.
Familias kakataibo deben tomar medidas extremas
Tras el aumento de la inseguridad entre los líderes y las familias kakataibo, Noico relata que, hoy en día, la situación los obliga constantemente a tomar medidas de precaución extremas.
“Para nosotros, nuestra valentía es mucha, pero detrás de nosotros hay familias que lloran. Hay que decirles a nuestros familiares que no abran la puerta a extraños y que no den información personal. Estos temores ya crecen”, dice el vicepresidente de la Fenacoka.
En ese sentido, Noico critica la falta de efectividad del Mecanismo intersectorial para la protección de las personas defensoras de derechos humanos, herramienta legal encabezada por el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos (Minjusdh) y que vincula a otros siete ministerios y a la Comisión Nacional para el Desarrollo y Vida sin Drogas (Devida).
Pues, esta herramienta, como bien ya han advertido otros líderes y lideresas indígenas amenazados, no funciona debido a la falta de presupuesto y logística.
“No tenemos garantía, no tenemos quién nos proteja. Estamos expuestos a cualquier atentado contra nuestras familias o nosotros mismos”, señaló.
El vicepresidente también cuestionó la capacitación de las autoridades encargadas de este mecanismo de protección. Indicó que fiscales y policías no están preparados adecuadamente para administrar las áreas territoriales en riesgo y que esto genera negligencias en la aplicación de medidas de protección.
“Faltan actualizaciones sobre contextos de salvaguardia y autoprotección de los líderes indígenas. Sin conocimiento adecuado, hacen lo que les parece bien, y eso nos deja desprotegidos”, añadió.
En esa línea, a fin de solucionar este punto, Noico sugirió la capacitación de fiscales y policías para que comprendan adecuadamente la aplicación del mecanismo del Minjusdh y destacó la importancia de integrar a las fuerzas de seguridad indígenas, como sus guardias y frentes de defensa, para asegurar la protección de las comunidades.
Guardias Indígenas: ¿qué son y por qué son importantes?
En el marco de esta demanda, durante la conferencia de prensa, Elías Noico, vicepresidente de la Fenocoka, subrayó la importancia de las guardias indígenas —y organizaciones autónomas de defensa— para la protección de sus comunidades.
Esta propuesta, impulsada desde el año pasado, responde a la inacción del Estado y tiene la función de brindar seguridad, protegiendo el territorio y garantizando la vida ante distintos tipos de amenazas.
“El Ministerio de Justicia ya está informado de que nosotros vamos a organizar nuestras propias guardias indígenas. Cada comunidad ha comenzado a estructurar su guardia, eligiendo un presidente guardián indígena y, entre estos, un representante llamado comandante” señaló Noico.
Sin embargo, el siguiente desafío es la legalización de las guardias indígenas, buscando que el Estado reconozca su existencia y eventualmente proporcione armamento y equipamiento adecuado. Esto debido a que en muchas comunidades no existe presencia militar ni policial, lo que facilita actividades ilícitas como el narcotráfico.
“La intención es inscribir las guardias indígenas en Registros Públicos para formalizar su existencia y gestionar recursos como chalecos de protección. Las medidas de seguridad que aplicamos están basadas en nuestra cosmovisión indígena, recordando tiempos en que no había asesinatos ni robos, y las comunidades vivían en armonía”, precisó.
Advierten poca celeridad en investigación de líder asesinado
Por otro lado, sobre el avance de la investigación del presunto asesinato de Mariano Isacama, el vicepresidente de la Fenacoka mencionó que esta no ha progresado adecuadamente y criticó la intervención de las fuerzas del orden al momento de interponer la denuncia, que no resultó en una movilización efectiva de las autoridades para salvar la vida de Isacama a tiempo.
“Percibimos corrupción en estos casos, ya que los narcotraficantes controlan todo. La policía de Ucayali no actúa de manera eficiente”, afirmó.
Entre otros temas, el vicepresidente de la Fenacoka abordó adicionalmente el impacto de las economías ilegales en los pueblos indígenas, que en el caso del narcotráfico en pueblo Kakataibo está provocando fragmentaciones y, en paralelo, un aumento de sus necesidades económicas.
“La minería ilegal y el narcotráfico, por ejemplo, causan situaciones de necesidad y temor, llevando a que algunos se vean obligados a callar y ser parte de ese trabajo”, explicó.
Finalmente, Noico concluyó la entrevista con este medio pidiendo al Estado que actúe tanto en la protección de los líderes indígenas como en el desarrollo de políticas de trabajo que puedan prevenir la incursión de actividades ilícitas en sus territorios.
“Es necesario crear políticas que promuevan el turismo y la agricultura en nuestras tierras ancestrales. Sin el apoyo del Estado, siempre habrá necesidad de recurrir a fuentes de ingreso ilegales debido a la deforestación y las invasiones de nuestros territorios”, finalizó.