Golpe de Estado de 1962: así fue como Víctor Raúl Haya de la Torre perdió la oportunidad de ser presidente del Perú

Tras las elecciones de ese año, el líder del APRA fue impedido de llegar al poder gracias a las Fuerzas Armadas que no confiaban en él.

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El Perú vivió su primer
El Perú vivió su primer golpe de Estado institucional, liderado por el general Ricardo Pérez Godoy, quien destituyó al presidente Manuel Prado Ugarteche tras denuncias de irregularidades en las elecciones generales. En la imagen al lado del Gral. Nicolás Lindley en la Misa Te Deum de Fiestas Patrias en 1962. (BNP)

La historia republicana del Perú del siglo XX está plagada de golpes de Estados. Uno tras otro, hubo una época en la que en el país parecían lo más común del mundo.

Sin embargo, como todo en esta vida, hubo uno de estos movimientos que lo cambió todo por ser considerado el primer golpe de Estado institucional liderado por las Fuerzas Armadas.

Este se dio en 1962 y este acontecimiento marcó un punto de inflexión en la historia del país, resultando en la destitución del presidente Manuel Prado Ugarteche debido a acusaciones de irregularidades electorales.

¿Cómo se llegó a esa situación?

Durante las elecciones generales del
Durante las elecciones generales del 10 de junio de 1962, surgieron múltiples denuncias de fraude y manipulación de votos. Los principales candidatos eran Belaúnde, Odría y Haya de la Torre, pero las irregularidades reportadas generaron desconfianza y controversia. (El Peruano)

El 10 de junio de 1962, Perú celebró elecciones generales bajo la administración de Manuel Prado Ugarteche. Los principales contendientes eran César Pando Egúsquiza del Frente de Liberación Nacional, Luciano Castillo Colonna del Partido Socialista, Alberto Ruiz Eldredge del Movimiento Social Progresista, Héctor Cornejo Chávez de la Democracia Cristiana, el exmandatario Manuel A. Odría de la Unión Nacional Odriísta (UNO), Fernando Belaúnde de Acción Popular (AP) y Víctor Raúl Haya de la Torre del Partido Aprista Peruano.

Durante el proceso electoral y el recuento de votos, surgieron múltiples denuncias de irregularidades. La prensa y las Fuerzas Armadas señalaron que el gobierno de Prado favorecía al Partido Aprista, considerado el partido oficialista. Además, se sospechaba de retrasos en la entrega de resultados oficiales, adulteración de cifras y votos duplicados.

Tras las elecciones de 1962,
Tras las elecciones de 1962, Haya de la Torre buscó el apoyo de Belaúnde para asegurar la presidencia, pero las Fuerzas Armadas vetaron su elección, lo que resultó en un pacto con Odría. Las acusaciones de fraude electoral generaron un clima de tensión y desconfianza. Estos fueron los resultados generales de las elecciones generales de 1962. (ONPE)

El escrutinio final dio la victoria a Haya de la Torre, seguido por Belaúnde y Odría. Sin embargo, ninguno alcanzó el tercio electoral necesario, por lo que el Congreso Nacional debía elegir al nuevo presidente entre los tres candidatos más votados. Haya de la Torre buscó apoyo de Belaúnde, quien prefirió esperar la resolución del Jurado Nacional de Elecciones (JNE) ante las denuncias de fraude.

Las Fuerzas Armadas, opuestas a un gobierno aprista, amenazaron con levantarse si Haya de la Torre era elegido. Ante esta presión, Haya pactó con Odría, quien asumiría la presidencia, mientras Manuel Seoane Corrales, del APRA, sería la primera vicepresidencia.

La hora del golpe

El 18 de julio de
El 18 de julio de 1962, las Fuerzas Armadas ejecutaron un golpe de Estado, tomando el Palacio de Gobierno y deteniendo a Manuel Prado. Las manifestaciones de protesta, principalmente de apristas, no impidieron la consolidación del nuevo régimen militar. (PUCP)

Las Fuerzas Armadas exigieron la anulación del proceso electoral debido a las presuntas irregularidades y el temor a un gobierno aprista. El 17 de julio, el JNE rechazó la anulación, lo que llevó a las Fuerzas Armadas a dar el golpe de Estado el 18 de julio, marcando el primer golpe institucional en la historia del país.

A las 3:20 a. m. del 18 de julio, una división blindada comandada por el coronel Gonzalo Briceño Zevallos asaltó el Palacio de Gobierno, deteniendo al presidente Prado y a sus acompañantes. A pesar de las manifestaciones de protesta, principalmente de simpatizantes apristas, el golpe se consolidó rápidamente.

Ese mismo día se formó una Junta Militar de Gobierno que anuló las elecciones y convocó a nuevas para 1963. Prado fue llevado al arsenal naval del Callao y embarcado en el BAP Callao, donde permaneció hasta el fin de su mandato el 28 de julio. El 1 de agosto abandonó voluntariamente el país y se estableció en París.

La Junta Militar estuvo compuesta por el General de Ejército Ricardo Pérez Godoy, quien asumió la presidencia del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas, y tres ministros: el General de Ejército Nicolás Lindley como Presidente del Consejo de Ministros y Ministro de Guerra, el General del Aire Pedro Vargas Prada como Ministro de Aviación, y el Almirante Juan Francisco Torres Matos como Ministro de Marina.

A comenzar de nuevo

El nuevo gobierno militar, liderado
El nuevo gobierno militar, liderado por el general Ricardo Pérez Godoy, se comprometió a realizar elecciones justas en 1963. Reformaron el sistema electoral, implementando medidas como la cédula única y creando un nuevo Jurado Nacional de Elecciones para asegurar la transparencia. (Andina)

El nuevo gobierno se comprometió a organizar elecciones transparentes en 1963. Para garantizar un proceso justo, la Junta depuró y modernizó el Registro Electoral y promulgó el Decreto Ley N.º 14207, introduciendo la cédula única y la cifra repartidora por primera vez.

Asimismo, se constituyó un nuevo Jurado Nacional de Elecciones, en un esfuerzo por restaurar la confianza en el sistema electoral peruano.

Como se pudo observar, el golpe de Estado de 1962 no solo alteró la estructura política de Perú, sino que también reflejó las tensiones y divisiones en la sociedad peruana de la época.

Las Fuerzas Armadas intervinieron para evitar lo que percibían como una amenaza al orden y la estabilidad, pero su acción también evidenció la fragilidad de las instituciones democráticas peruanas. A pesar de las controversias, este evento pavimentó el camino para una revisión y modernización del sistema electoral peruano.

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