La visita de la presidenta Dina Boluarte a China y su reunión con diferentes autoridades y empresarios ha llevado a que el Perú llegue a diferentes acuerdos en el que el régimen asiático se involucre con la economía digital peruana, la defensa comercial, protección de los derechos del consumidor, las comunicaciones públicas, así como el desarrollo científico y tecnológico, entre otros.
Si bien algunos ministros y la presidenta ya regresaron de aquella nación, el titular del Ministerio de Desarrollo Agrario y Riego, Ángel Manero, se quedó en China y en entrevista con RPP y Radio Nacional reveló más detalles de los tratos con este país. Entre estos, está otro megaproyecto, uno que irrigaría a más de 200 mil hectáreas y que serviría para la agricultura,
China financiaría Megaproyecto Pampas Verdes
El ministro Ángel Manero señaló que además de la reunión con países de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, esta visita ha permitido que se concreten acuerdos en una reunión bilateral con el viceministro de Agricultura de ese país. “Hemos sido precisos en solicitar cuatro protocolos fitosanitarios para el Perú”, señaló Manero.
Pero, además, el ministro mencionó que se ha pedido a China que pueda financiar con otro megaproyecto, estancado desde hace más de diez años, llamado en su momento el primer megaproyecto regional del Perú y que permitirá irrigar 200 mil hectáreas en tres regiones del Perú.
“Le hemos pedido a China el apoyo técnico-financiero para demostrar la viabilidad de un tremendo proyecto en el Perú, que es el proyecto hidroenergético de Pampas Verdes. Son más de 200 mil hectáreas de las pampas de Ica, norte de Arequipa, y la parte alta de Ayacucho. Implica la generación demás de mil 200 megavatios, y es una inversión muy grande, de más de US$ 5 mil millones”, detalló el ministro.
De hecho, es de las inversiones más grandes en un proyecto así. Si bien se pide en un inicio demostrar la viabilidad del proyecto, ya el ministro dejó entrever que este podría ir a manos del gigante asiático, dado que señaló que “solo países como China o del tamaño de esta nación, tienen la oportunidad de financiar proyectos como este”.
Para tener una idea, las 200 mil hectáreas que irrigaría el proyecto equivalen a casi la mitad de una región como Tumbes. Esto implica que China potenciaría a su vez la agricultura en las zonas de Arequipa, Ica y Ayacucho; y si bien en Ayacucho hay un 24,9% de inseguridad alimentaria, según el estudio Global Hunger Index de 2022, el anuncio que ha dado el ministro también va de la mano con el pedido de cuatro protocolos fitosanitarios que ha pedido el Perú al país asiático, para exportar frutas congeladas, como mangos, arándanos y paltas, granadas, pecanas, así como carne de vacuno y porcino a este país.
Esto implicaría que el país asiático no solo financiaría la infraestructura para que la agricultura florezca en estas regiones, sino que se beneficiaría con nuevos productos que recibirá como agroexportación del Perú, pero esto implica algo más.
China busca paliar su inseguridad alimentaria
El ministro resaltó que se han solicitado cuatro protocolos fitosanitarios muy importantes, para poder exportar nuevos productos. Estos son protocolos en:
- Frutas congeladas: incluye mangos, arándanos y paltas. Mangos y paltas serían oferta de pequeños productores
- Protocolo de granadas
- Protocolo de pecanas
- Trámite para que Perú pueda exportar carne de vacuno y porcino a China. En carne de vacuno sería una oferta potencial de productos andinos
“Las cifras son potencialmente importantísimas. En agroexportacion exportamos US$ 1.000 millones en este momento. Lo que se estaría permitiendo con estos nuevos protocolos, solo en frutas congeladas, estamos hablando de US$ 100 millones en el corto plazo. En granadas y pecanas, estamos hablando de US$ 20 o 30 millones adicionales”, explicó el ministro.
China pagaría millones de dólares por estas carnes que Perú exportaría. “Pero el gran potencial son en las carnes”, resalta el titular del Midagri. “China consume 70 millones de toneladas de carne. Y si solo nos ponemos la meta de exportarle 1 millón de toneladas al mercado chino, en carne de vacuno y de porcino, estamos hablando de exportaciones de más de S/5 mil millones, en el mediano plazo. Estamos hablando de incrementar nuestra agroexportaicones en un 50% solo con las carnes”, agregó.
Pero, mientras Perú se beneficiaría con los millones en exportación, el beneficio a China también es evidente. Este año el foco del país asiático se ha intensificado en la seguridad alimentaria. Al país con una tasa creciente de población le cuesta mantener a toda la población alimentada.
“China (...) tiene una dolorosa historia de hambruna y debe alimentar a casi el 20% de la población mundial con menos del 9% de su tierra cultivable y el 6% de sus recursos hídricos”, señaló Mei Mei Chu, corresponsal de agricultura en Reuters.
La parte de la tierra cultivable es importante y vital para entender esto. Según el Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (Center for Strategic and International Studies, CSIS) y el Consejo de Relaciones Exteriores (Council on Foreign Relations), ambas ONG estadounidenses, entre el 2013 y 2019, China reportó una disminución de más del 5% de su tierra cultivable, atribuida en gran medida a prácticas agrícolas destructivas y a que los gobiernos locales reutilizaron tierras agrícolas para infraestructura y bienes raíces.
China está buscando poder atender su problema de inseguridad alimentaria, y participar en un megaproyecto de irrigación en un país como el Perú, y aprobarles protocolos para que exporten más allá, estaría en línea con esto. Si esto prospera, China podría usar a Perú como su ‘chacra’, financiando un proyecto de irrigación que, si bien promovería la agricultura peruana, podría ir dirigido a la agroexportación del país.
Esto podría ser preocupante, en tanto Perú también tiene su propio problema de inseguridad alimentaria. Una encuesta nacional realizada por Ipsos en octubre del 2023 reveló que el 26% de la población peruana —tres de cada diez personas— afirmaron haber pasado, al menos, un día sin poder comer por la falta de recursos económicos, durante los últimos tres meses.