El reactor nuclear ubicado en un lugar recóndito de Carabayllo, su utilidad, y el deseo avanzar hacia una matriz energética verde

En diálogo con Infobae Perú, el presidente del Instituto Peruano de Energía Nuclear (IPEN), Rolando Páucar, dio a conocer los deseos de sumarnos a la nuclearización. Desde Huarangal, adelantó que Loreto podría convertirse en la primera región alimentada con energía nuclear

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Así luce el reactor nuclear ubicado en el distrito de Carabayllo en las instalaciones del IPEN. Christian Lengua | Infobae Perú

El Centro Nuclear Óscar Miró Quesada de la Guerra ‘Racso’ es la instalación científica y tecnológica más grande de Latinoamérica, administrada por el Instituto Peruano de Energía Nuclear (IPEN). Ubicada a 42 kilómetros de Lima, en Huarangal, distrito de Carabayllo, fue inaugurada el 19 de diciembre de 1988 por los presidentes Alan García Pérez de Perú y Raúl Alfonsín de Argentina. El diseño del centro comenzó en 1977 y se construyó con la cooperación técnica de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) de Argentina. En 1989, se le otorgó el nombre actual en homenaje al destacado divulgador científico.

Esta instalación, que abarca 125 hectáreas, tiene como componente principal un reactor nuclear y varios laboratorios. En el laboratorio secundario se trabaja con medicina nuclear, utilizada en centros hospitalarios para la detección de trastornos como el hipotiroidismo e hipertiroidismo, así como en tratamientos de cáncer mediante radioterapia y quimioterapia. O incluso para tratamientos para niños con quemaduras.

Asimismo, los trabajos realizados en el IPEN, tiene implicancia en términos de seguridad alimentaria y ambiental. El centro trabaja en proyectos como plantas de irradiación para agroexportadores, que ayudan a prolongar la frescura de productos como la papa.

El IPEN, ubicado en un recóndito lugar de Huarangal en Carabayllo, esconde el único reactor nuclear peruano, que tiene distintos beneficios para varios campos
El IPEN, ubicado en un recóndito lugar de Huarangal en Carabayllo, esconde el único reactor nuclear peruano, que tiene distintos beneficios para varios campos

Rolando Páucar Jáuregui, presidente del IPEN, destacó las dualidades de la energía nuclear, mencionando tanto sus riesgos como sus beneficios. La energía nuclear se presenta como una alternativa estable y verde, reconocida a nivel mundial. Por otro lado, los riesgos principales que entraña incluyen accidentes y la proliferación de armas nucleares, aunque las nuevas tecnologías ya se han enfocado minimizar estos peligros.

“Las reuniones mundiales en el tema del cambio climático se referían en su mayoría a utilizar energías renovables, pero el tema es que son intermitentes, como el agua, la luz solar. Lo más serio para atacar este tema, y que no es intermitente, es la energía nuclear. Es por ello que ahora se considera dentro de ese foro del cambio climático como una alternativa viable”, expresa el científico a Infobae Perú.

En esa línea, señaló que el ministro de Energía y Minas, Rómulo Mucho, ha señalado la necesidad de que Perú avance a la nuclearización mediante reactores modulares pequeños, capaces de producir hasta 150 megavatios. El titular del IPEN señaló que actualmente existen 50 prototipos de estos reactores, diseñados para ser más seguros y eficientes, algunos con seguridad intrínseca que no requiere operadores humanos. Pone como ejemplo el reactor modular de Bill Gates, una cápsula de acero que puede producir 350 megavatios y tiene una vida útil promedio de 20 años.

El IPEN, ubicado en un recóndito lugar de Huarangal en Carabayllo, esconde el único reactor nuclear peruano, que tiene distintos beneficios para varios campos
El IPEN, ubicado en un recóndito lugar de Huarangal en Carabayllo, esconde el único reactor nuclear peruano, que tiene distintos beneficios para varios campos

Loreto como potencia nuclear

Páucar Jáuregui insiste en que el ministro Mucho destacó el interés de que Loreto pueda contar con un reactor nuclear que abastezca de energía, teniendo en cuenta que es una región costosa de abastecer con electricidad debido a su dependencia del diésel. “Y siempre hay intermitencia y problemas que pueden ser solucionados teniendo un redactor modular allá. Estamos analizando y viendo eso y por eso interesante el ministro dice que uno de los caminos es la nucleoelectricidad, que por supuesto también va acompañado de la mano de las energías renovables como la fotovoltaica, solar, geotérmica, entre otras”, afirmó.

“El ministro [Rómulo Mucho] me encarga aterrizar un proyecto nucleoeléctrico de aquí a futuro. No es algo que vayamos a conseguir en este gobierno o el próximo. Hay que construir algo así como un aeropuerto para que aterrice una central nucleoeléctrica, pero hay que hacer el aeropuerto. ¿Qué significa? Que tenemos que señalar los posibles lugares donde podamos poner un proyecto de estos. Las necesidades que tenemos y generar toda la pirámide normativa que nos permite tener una nucleoeléctrica en el país, un reglamento y normas internacionales”, expresó.
El IPEN, ubicado en un recóndito lugar de Huarangal en Carabayllo, esconde el único reactor nuclear peruano, que tiene distintos beneficios para varios campos
El IPEN, ubicado en un recóndito lugar de Huarangal en Carabayllo, esconde el único reactor nuclear peruano, que tiene distintos beneficios para varios campos

Aprovechando la reciente visita del embajador Rafael Grossi, director general del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) a Lima, el presidente del IPEN le pidió apoyo para establecer una política a largo plazo y así lograr establecer una matriz energética más estable en Perú, combinando energías renovables con la energía nuclear.

Sobre el reactor nuclear

En Huarangal, se puede ver el reactor RP-10, un imponente y fascinante dispositivo tecnológico, similar a una gran piscina de 11 metros de profundidad y 4 metros de diámetro, que es operado por un equipo de ingenieros mecánicos, eléctricos y electrónicos altamente calificados.

En el núcleo más profundo del reactor, se realizan procesos nucleares sumamente controlados. Allí, elementos como el molibdeno o el teluro en su estado natural son introducidos dentro de cápsulas selladas. Estos materiales son bombardeados con millones de neutrones durante horas, lo que los convierte en sustancias radiactivas conocidas como radioisótopos.

El combustible clave que alimenta este proceso es el uranio, el cual ayuda a generar más energía y, por lo tanto, más neutrones en una radiación estrictamente controlada. El núcleo del reactor está completamente sumergido en agua pura, sin ningún otro material que pueda interferir con la trayectoria de los rápidos neutrones en todas direcciones.

El IPEN, ubicado en un recóndito lugar de Huarangal en Carabayllo, esconde el único reactor nuclear peruano, que tiene distintos beneficios para varios campos
El IPEN, ubicado en un recóndito lugar de Huarangal en Carabayllo, esconde el único reactor nuclear peruano, que tiene distintos beneficios para varios campos

Curiosamente, el agua, un material aparentemente inofensivo, actúa como el blindaje biológico que protege a los ingenieros y al personal que opera el reactor de esta intensa explosión de neutrones y radiación gamma.

Nadie entra en la ‘piscina’ cuando el reactor está en funcionamiento. Todo el proceso se monitorea de manera remota, siguiendo estrictos protocolos de seguridad.

Las cápsulas que contienen los radioisótopos, conocidas como ‘canes’, son trasladadas por brazos hidráulicos a una ‘celda caliente’, una estructura protegida hecha de hormigón y vidrio plomado. Desde allí, a través de un ‘corredor caliente’ conectado al reactor, los ‘canes’ son llevados a los laboratorios donde se convertirán en radiofármacos utilizados en la medicina nuclear para la detección y el tratamiento de diversos tipos de cáncer.

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