El exjefe de Gabinete, Alberto Otárola, se comunicó a inicios de mayo con el hermano de la presidenta, Nicanor Boluarte, para solicitar una reunión con la jefa de Estado, ya que había sido informado de que el Ejecutivo lo culpaba de la filtración del llamado ‘Rolexgate’.
Según el chat expuesto este domingo por Cuarto Poder, el expremier confirmó que la mandataria había difundido la versión de que él filtró a la prensa la colección de relojes de lujo, incluidos tres Rolex, que le había entregado el gobernador de Ayacucho, Wilfredo Oscorima.
“Hola, Nicanor, invocando al respeto que nos hemos tenido, te pediría conversar con la presidenta. Muchas personas, funcionarios y exfuncionarios, me están refiriendo que personalmente ella está conversando con mucha gente sosteniendo una falsedad completa en contra mía”, escribió.
La ministra de Vivienda, Hania Pérez de Cuellar, había insinuado semanas atrás que Otárola divulgó el caso a la prensa en “venganza” por ser retirado de la Presidencia del Consejo de Ministros (PCM), unas declaraciones que él rechazó de inmediato.
“Dina está absolutamente equivocada cuando sostiene que yo habría filtrado esa información a la prensa. Esa es, lo saben ustedes, una mentira absoluta. Y la trataría de esa manera si no viera amenazada mi seguridad y la de mi familia, puesto que también me han informado estas personas probas que se habría dispuesto un seguimiento ilegal y un hostigamiento contra mi persona”, continuó.
De acuerdo con el texto, Otárola advirtió que, si la “calumnia” proseguía, accionaría judicialmente y se defendería de manera pública. “Situación que te rogaría evitar. Yo no busco ningún puesto, estoy tranquilo en mi casa y con mis actividades privadas, pero me sé defender [...] Apelo a mi lealtad a la presidenta y a los 440 días entregados al país”, zanjó.
El expremier pedía una reunión, pese a que había acudido a Palacio de Gobierno en los primeros días de abril, casi un mes después de dimitir. Entonces, ingresó por la puerta conocida como Desamparados y, aunque saludó a la prensa con efusividad, no dio declaraciones mientras era secundado por personal de seguridad. Las cámaras lo enfocaron posteriormente, cuando se retiró sobre las 14:00 horas.
“Este chat expone que el problema entre Otárola y el gobierno no se había resuelto. Lo que más resalta es que Otárola no recurre a un ministro, como el del Interior, o directamente a la presidenta, sino Nicanor Boluarte, y eso es interesante porque lo que plantea la fiscalía es que Nicanor tiene tanto poder y, gracias a ese poder, construyó su partido político y otros intereses políticos”, señaló el periodista Eduardo Quispe.
La Fiscalía presentó a fines de mayo una denuncia constitucional contra la presidenta por presunto cohecho pasivo impropio relacionado con el caso ‘Rolexgate’. La acusación, dirigida al Congreso, acusa a Boluarte de recibir tres relojes Rolex, un par de aretes de oro con diamantes y una pulsera con brillantes del gobernador ayacuchano, a cambio de favores políticos.
La Subcomisión de Acusaciones Constitucionales estudiará la imputación, que incluye 63 páginas de argumentos y pruebas del Ministerio Público. Según la tesis fiscal, la compra de las joyas coincide con visitas del gobernador a Boluarte y con la emisión de decretos que habrían beneficiado a la región de Ayacucho.
Esta denuncia sienta un precedente, ya que anteriormente se utilizó esta figura contra el expresidente Castillo, lo que inició un debate jurídico sobre los alcances del artículo 117 de la Constitución peruana.