Los riesgos de crear universidades de papel

La proliferación de universidades públicas en Perú podría agravar problemas de calidad educativa. ¿Es esta la solución para mejorar el acceso a la educación superior? Conoce los desafíos y alternativas propuestas para el sector

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- crédito composición Infobae Perú / Andina
- crédito composición Infobae Perú / Andina

Actualmente en Perú, de acuerdo con Sunedu, existen 51 universidades públicas y 92 universidades privadas. Este número podría ampliarse considerablemente dado que, en los tres últimos años, del 2021 al 2024, diversas bancadas del Congreso, principalmente Perú Libre y el Bloque Magisterial, han presentado 146 proyectos de ley, que buscan la creación de universidades nacionales.

Para dimensionar esta cantidad, tan solo para lo que resta del 2024 se espera la creación formal de 11 nuevas instituciones: la Universidad de San Juan de Lurigancho (Lima); Universidad Nacional Tecnológica de Cutervo (Cajamarca); Universidad Nacional Autónoma de Bellas Artes (Lima); Universidad Nacional del Folklore José María Arguedas (Lima); Universidad Nacional Tecnológica del Sur (Ayacucho); Universidad Nacional Autónoma de Chupaca (Junín); Universidad Nacional de Sechura (Piura); Universidad Tecnológica de Chincha (Ica); Universidad Nacional de Carabaya (Puno); Universidad Nacional de Vraem (Cusco); y la Universidad Nacional de Pangoa (Junín).

Esta situación ha provocado diversos comentarios al respecto. Por ejemplo, el Centro para el Análisis de Políticas Públicas de Educación Superior, señaló que el país no necesita de más universidades públicas, sino que debe fortalecer las que ya existen mediante la ampliación de vacantes, la creación de filiales o la creación de nuevas carreras de demanda empresarial. Estas últimas alternativas solo tomarían entre uno a dos años, a diferencia de empezar la constitución de una universidad desde cero, lo que podría demandar hasta una década.

Por su parte, los parlamentarios impulsores de la creación de nuevas universidades sostienen que es el Estado el que debe acercarse a las localidades para facilitar el acceso a la educación universitaria y evitar más migraciones. Un caso que ilustra este punto de vista es el PL 07660/2023-CR que tiene como objetivo crear la Universidad Binacional Aimara. Su autor, el congresista Flavio Cruz, explicó que en el mundo aimara no se ha establecido una universidad y por ello es necesario establecer una institución educativa en la región sur de Puno, ya que en la actualidad los jóvenes de diversas comunidades tienen que emigrar hacia Bolivia para acceder a la educación superior.

Al respecto, considero que la creación indiscriminada de universidades está lejos de resolver el problema de acceso a una educación superior de calidad dado que nada garantiza de que los nuevos centros de educación superior cumplan con adecuados estándares académicos de calidad. A continuación, presento algunos de los contras que supone esta iniciativa:

  • La creación de nuevas universidades públicas requiere una gran inversión inicial y un compromiso financiero continuo para su operación, desarrollo y crecimiento. Más aún, sabiendo que el dinero destinado a la educación superior en Perú no es suficiente para satisfacer las demandas de las universidades actuales. Esto conduce a infraestructuras deficientes, equipamiento insuficiente y bibliotecas poco actualizadas. Sin un aumento proporcional en el presupuesto total, la creación de más instituciones educativas solo logrará que los recursos disponibles se diluyan aún más, lo que se ocasionará un impacto negativo en la calidad educativa.
  • En Perú, las instituciones educativas públicas están experimentando dificultades debido a la sobrecarga de espacios en sus instalaciones de estudio, lo que reduce la calidad de la enseñanza y el aprendizaje. La creación de más universidades no resolverá el problema de la capacidad y el número de plazas disponibles. Se correría el riesgo de reproducir los mismos problemas en las nuevas instituciones, lo que perpetuará un ciclo de masificación y falta de atención personalizada a los estudiantes.
  • No todas las instituciones educativas públicas ofrecen la misma calidad académica. La financiación y la gestión de algunas instituciones educativas pueden ser más favorables que otras, lo que reflejaría amplias disparidades en la calidad educativa universitaria. Sin un plan sólido para garantizar estándares de calidad uniformes, la creación de nuevas universidades podría agravar estas desigualdades, dejando a algunos estudiantes con una educación inferior en comparación con sus pares en otras instituciones a nivel nacional e internacional.
  • La corrupción y la mala gestión son riesgos a los que están expuestas las universidades públicas. La creación de más instituciones educativas aumenta la probabilidad de que estos problemas persistan si no se implementan mecanismos de control y supervisión adecuados. Antes de considerar la creación de más centros educativos, es fundamental establecer sistemas de gestión transparentes, responsables y sostenibles.
  • Algunas universidades públicas carecen de conexiones sólidas con el sector productivo y comercial, lo que limita las oportunidades de prácticas profesionales y empleabilidad para los graduados. La creación de nuevas instituciones educativas debe ir acompañada de planes claros para mejorar estas conexiones y garantizar que las curriculas de estudios estén adaptados a las demandas del mercado laboral. Los egresados, sin esta asociación, pueden tener dificultades para encontrar trabajos relevantes y remunerados adecuadamente.

Aunque la creación de un número mayor de universidades públicas en Perú puede parecer una opción interesante para mejorar el acceso a la educación superior y, por ende, al desarrollo del país; sin una planificación adecuada y una inversión significativa para garantizar la calidad de enseñanza, traducida en profesores calificados, mallas curriculares acorde a las necesidades empresariales, infraestructura óptima y bolsas de trabajo nutridas de ofertas laborales con empresas con las que se haya establecido previamente vínculos, esta medida podría ser, por el contrario, perjudicial. Es fundamental prestar atención a la mejora de las instituciones existentes y la búsqueda de nuevas opciones para ampliar el acceso a una educación superior de alta calidad. Solo mediante un enfoque completo y bien fundado se podrá asegurar que un mayor número de ciudadanos tengan acceso a una educación que realmente los prepare para el futuro y se cumplan los objetivos de desarrollo sostenible 2030.

Lo que a su vez debemos considerar, son alternativas que puedan mejorar tanto el acceso como la calidad de la educación superior en el país, apoyados en la tecnología actual, en lugar de crear más universidades públicas. Dos alternativas a considerar son el fortalecimiento de las instituciones actuales mediante un aumento del presupuesto, modernización de la infraestructura, utilización de mejor tecnología, contratación de profesores altamente calificados y actualización de los currículos; así como, la ampliación de los programas de financiamiento y becas para estudiantes con recursos limitados. Estas alternativas permitirán que más jóvenes accedan a la educación superior sin necesidad de crear nuevas universidades.

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