A través de una sesión extraordinaria, el 3 de julio el Congreso de la República decidió mantener la moratoria sobre el cultivo de organismos vivos modificados (OVM) hasta el 2036, rechazando la propuesta del Gobierno que buscaba permitir la siembra de maíz y algodón transgénicos en el país.
Ángel Manero, ministro de Desarrollo Agrario y Riego, había defendido la iniciativa señalando que los cultivos transgénicos podían mejorar la situación del sector agrícola en el país. Sin embargo, organizaciones como el Consorcio Agroecológico Peruano (CAP) y la Convención del Agro Peruano (Conveagro) se opusieron firmemente. Pues, argumentaron que la contaminación genética y química podría colocar en riesgo la biodiversidad y la seguridad alimentaria nacional.
Iniciativa de Manero amenazaba trabajo de agricultores, aseguran
Los congresistas que rechazaron la propuesta subrayaron la importancia de proteger la biodiversidad y preservar las prácticas agrícolas tradicionales, que son parte esencial de la identidad cultural y económica del país. También, expresaron preocupaciones sobre los posibles riesgos ambientales y de salud asociados con los transgénicos y enfatizaron la necesidad de realizar más estudios independientes y a largo plazo acerca de este tema.
Asimismo, voceros en la materia fuera del Parlamento se pronunciaron. Fabiola Muñoz, exministra del Midagri, se mostró a favor de esta decisión.
“El Perú es uno de los mayores centros mundiales de recursos genéticos, con unas 182 especies de plantas y 5 de animales domesticados. De las 25,000 especies que se calcula que hay en el país unas 4,500 tienen usos conocidos que podrían verse afectados por la contaminación de semillas transgénicas”, manifestó.
Mientras que Eduardo Zegarra, investigador y vocero de la Conveagro, explicó que la iniciativa del Gobierno promovía el monocultivo, lo que implicaba afectar los medios de vida de los agricultores y la disponibilidad de alimentos diversos, esenciales para una dieta variada y saludable.
“Además, no existe seguridad jurídica ni recursos suficientes para garantizar una fiscalización adecuada, lo que pone en riesgo la biodiversidad y la seguridad alimentaria del país”, agregó Zegarra.
En la misma línea, Jaime Delgado, fundador de la Asociación Peruana de Consumidores y Usuarios (ASPEC), criticó la propuesta del titular del Midagri, aseverando que esta ponía en peligro cultivos como la papa, el tomate, la kiwicha y el algodón nativo por la introducción de transgénicos.
Agro tradicional provee casi el 80% de alimentos
Las organizaciones civiles han reafirmado su compromiso de mantener la vigilancia ante nuevas iniciativas que puedan afectar la Ley Nº 29811, que prohíbe la liberación de OVM en el ambiente con fines de cultivo o crianza hasta el 2036.
En el marco de este acuerdo, Luis Gomero, presidente del Consorcio Agroecológico Peruano, ha enfatizado la importancia de la intervención de la Comisión Multisectorial de Asesoramiento a la Ley de Moratoria a los transgénicos, que ha sido instalada por el Ministerio del Ambiente para monitorear su cumplimiento.
Esto con el fin de asegurar la protección de la agricultura tradicional, ya que esta representa el 97% de las unidades agropecuarias del Perú y provee entre el 70 y 80% de los alimentos.
“Hace poco, el Ministerio del Ambiente instaló la Comisión Multisectorial de Asesoramiento a la Ley de Moratoria a los transgénicos. A través de este espacio se va a monitorear la implementación de la Ley que prohíbe el ingreso de los cultivos transgénicos. Estaremos vigilantes para que no vuelva a suceder intentos para modificar una ley que protege a nuestra biodiversidad”, manifestó Luis Gomero, presidente del CAP.
¿Cómo impactan en la biodiversidad y la salud los transgénicos?
De acuerdo a un estudio de la Universidad de Stanford, los organismos genéticamente modificados, también conocidos como transgénicos, son organismos cuyo material ha sido alterado en un laboratorio para obtener características particulares que no pueden lograrse mediante reproducción convencional.
Este avance científico ha generado tanto apoyo como oposición, tomando en cuenta su potencial impacto en la salud y la biodiversidad. Esto debido a que las organizaciones medioambientales sostienen que estos organismos modificados pueden alterar los ecosistemas al desplazar especies endémicas y trastocar el equilibrio ecológico.
Aunque, otros indican que los transgénicos han sido diseñados para mejorar el valor nutricional, así como la resistencia a plagas. No obstante, pese a ello, especialistas señalan que todavía se necesita más investigación para corroborar estos efectos.