Durante la inauguración de la renovada avenida Perú, en San Martín de Porres (SMP), el alcalde de Lima, Rafael López Aliaga, solicitó a los vecinos que pinten las fachadas de sus casas para “levantar el espíritu”. En este evento, su gestión presentó mejoras en el mantenimiento de áreas verdes y la señalización. Sin embargo, al término de su discurso, el burgomaestre realizó una petición especial.
“Me voy muy feliz, pero también les pido algo. [...] La próxima vez quiero verlo pintado. Pónganle pintura [a sus casas], no sean malos. Hagan su parte, es que levanta el espíritu, la belleza, así me frieguen [...] Regreso, pero les pido que pinten del color que quieran, pero pinten. Estoy transmitiendo una filosofía fraterna”, dijo.
López Aliaga hizo una invocación similar en enero pasado a los residentes de las zonas pobres de Independencia, mientras inauguraba nueve ‘escaleras solidarias’, el único medio de acceso peatonal en los cerros de este distrito. “Un favor les pido: pinten sus fachadas, pues, es lo mínimo [...] Tenemos que recuperar la autoestima del peruano, tenemos que vivir en lugares bonitos. Hay que pintar todo, no importa que no esté finalizado el acabado, pero eso cambia la vida, el optimismo, la forma de enfrentar el día [y] la actitud, lo cual es importante”, dijo entonces.
La declaración generó polémica, ya que la segunda etapa del asentamiento Bellavista, adonde acudió, fue uno de los más golpeados por la pandemia. De hecho, durante la intervención del alcalde, algunas vecinas demandaron a viva voz el acceso al agua potable y la construcción de más muros de contención ante la vulnerabilidad sísmica.
Cristina Quiñones, licenciada en Psicología Social y especialista en ciencias publicitarias, señaló al respecto que “pretender que una fachada bonita es calidad de vida”, es como procurar “que un buen maquillaje elimina un alma triste, o un buen empaque revierte un mal producto”. Y agregó: “Las apariencias importan, pero no subliman la importancia de lo esencial: el desarrollo es más que ‘vivir bonito’”.
‘Plan maceta’
En septiembre del año pasado, López Aliaga lanzó una estrategia, el ‘Plan maceta’, para “espantar a la delincuencia” a través de colocación de estos recipientes en los espacios limeños. “Las macetas son para [brindar] belleza. Hay un montón de libros de cómo la belleza espanta a la delincuencia. Hay un efecto psicológico. Si hay belleza, el choro se va para otro lado. La belleza ahuyenta a los choros”, dijo, sin ahondar en detalles.
El alcalde enfrentar actualmente un 69% de desaprobación y un proceso de revocatoria en su contra en el que se busca reunir casi dos millones de firmar para sacarlo de la Municipalidad de Lima. Una encuesta de Ipsos reveló que el 57% de los ciudadanos votaría a favor de su destitución, mientras que el 36% votaría para que continúe en el cargo. Además, solo un 25% respalda su gestión y un 6% que no tiene una opinión definida.