La madrugada del pasado 28 de junio, un sismo de 7.0 grados sacudió la provincia de Caravelí, en Arequipa. El movimiento telúrico no fue catastrófico debido a que este se produjo en el mar, según indicó el Instituto Geofísico del Perú (IGP). No obstante, sí se reportaron algunos heridos y daños materiales.
La entidad, recientemente publicó el informe técnico N°023-2024, en el que detalla que en las primeras 48 horas posteriores al sismo principal, se registraron 80 réplicas. De estas, 16 fueron lo suficientemente fuertes como para ser sentidas por los pobladores de Yauca, Chala y Atiquipa. La réplica más significativa, ocurrida el 29 de junio, alcanzó una magnitud de 6.4, generando alarma entre la población.
El informe confirma que las réplicas se originaron a causa de la fricción entre las placas de Nazca y Sudamericana. Esta actividad sísmica sigue el patrón “dentro del proceso de subducción de la primera por debajo de la segunda” en la región centro-sur del país, se lee.
Las conclusiones del informe indican que los valores de aceleración del suelo en las localidades de Yauca, Chala, Atiquipa y Bella Unión alcanzaron aproximadamente 150 cm/seg². Esta intensidad produjo daños en la superficie, afectando viviendas de adobe con fisuras y colapsos de paredes, así como construcciones de concreto con desprendimientos de estuques en paredes y techos. Además, se registraron deslizamientos de piedras y tierra en la carretera Panamericana Sur y otras vías secundarias.
“En general, el mayor número de réplicas ocurrieron inmediatamente después del sismo principal y con el pasar de las horas, ellas fueron disminuyendo en número y seguirá así, hasta que el área deformada se estabilice totalmente”, añade el informe.
Damnificados y daños
El Gobierno Regional de Arequipa informó que al menos 51 personas resultaron damnificadas debido al sismo de magnitud 7.0 que impactó la provincia de Caravelí. Esta información fue confirmada tras una inspección realizada por el primer ministro, Gustavo Adrianzén, junto con el gobernador Rohel Sánchez.
De acuerdo con el reporte regional, de los 51 damnificados, 24 pertenecen al distrito de Yauca, 10 al de Jaquí y 17 al de Acarí.
Además, el violento sismo que sacudió la zona en la madrugada del viernes dejó a 144 personas afectadas y 2 lesionadas.
En cuanto a los daños materiales, se registraron 37 viviendas afectadas, 11 destruidas y 3 declaradas inhabitables. Asimismo, un puente en el distrito de Huanuhuanu resultó dañado.
En el ámbito educativo y sanitario, se reportó que 17 instituciones educativas sufrieron daños, de las cuales una quedó inhabitable. Además, cinco centros de salud presentaron daños estructurales: uno en Yauca, dos en Huanuhuanu, uno en Jaquí y otro en Bella Unión.
Otras infraestructuras afectadas incluyen dos iglesias, dos reservorios de agua potable, 1,315 metros cuadrados de canales y 80 metros de defensas ribereñas.
Hasta ahora, el gobierno regional ha despejado las vías afectadas por deslizamientos y ha restablecido el tránsito vehicular.
El Centro de Operaciones de Emergencia Regional de Arequipa no ha proporcionado información sobre la instalación de carpas para los damnificados.
La calidad de las construcciones de las viviendas
En una entrevista anterior, Hernando Tavera, presidente ejecutivo del Instituto Geofísico del Perú, enfatizó la importancia de ser conscientes de que vivimos en una región altamente sísmica. Cada evento sismológico registrado en los últimos 30 años en el Perú nos ha dejado lecciones valiosas, especialmente en lo que respecta a la calidad de las construcciones.
“Lo que hemos aprendido es que los sismos solo sacuden el suelo; si las edificaciones no pueden soportar ese movimiento, colapsan y causan daños. Por lo tanto, el problema real no es el sismo en sí, sino la manera en la que estamos expandiendo nuestras ciudades, las áreas que ocupamos y la calidad de las construcciones en las que vivimos”, explicó.
Tavera también destacó que el crecimiento urbano desordenado y la falta de normativas estrictas en la construcción incrementan la vulnerabilidad. “De un sismo a otro, lo único que ha cambiado es el crecimiento desordenado de las ciudades. Aunque el sismo pueda ser el mismo, la exposición de las ciudades varía significativamente,” concluyó.