Pedro Paulet: a 150 años del nacimiento del ingeniero peruano que revolucionó la aeronavegación

El sabio arequipeño dejó un legado que perdura en la historia de los vuelos espaciales gracias a sus innovaciones tecnológicas.

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Pedro Paulet, nacido en 1874
Pedro Paulet, nacido en 1874 en Arequipa, creó el primer motor de cohete a propelentes líquidos, sentando las bases para la tecnología aeroespacial moderna. (Andina)

Cada vez que nos enteramos de que algún país organizará un viaje al espacio exterior, lo vemos como la cosa más natural. Y es que con el paso de los años, esta actividad se ha vuelto relativamente común en otras latitudes.

Pero lo que pocos saben es que hubo un peruano que ayudó a lograr todo ese desarrollo y es considerado como el padre de la aeronáutica mundial.

Su nombre fue Pedro Paulet y su obra y legado abarcan múltiples disciplinas, destacándose como ingeniero, arquitecto, químico, economista, geógrafo, escultor, diplomático, escritor, periodista, conferenciante e inventor. Esta es su vida, al conmemorarse el aniversario 150 de su nacimiento.

Innovaciones revolucionarias

Pedro Paulet no solo innovó
Pedro Paulet no solo innovó con su motor a propelentes líquidos, sino que también inspiró a figuras clave de la cohetería moderna como Hermann Oberth y Robert Goddard. (Andina)

El principal aporte de Paulet (que nació en Arequipa el 2 de julio de 1874) a la aeronavegación y los vuelos espaciales fue la creación del primer motor cohete, impulsado por propelentes líquidos.

Utilizando peróxido de nitrógeno como oxidante y gasolina como combustible, Paulet logró construir un motor de acero vanadiado que pesaba dos kilogramos y medio, generaba una presión de noventa kilos y producía trescientas explosiones por minuto. Este innovador dispositivo fue creado en 1900, cuando Paulet era estudiante de ingeniería química en la Universidad de París.

Para 1902, Paulet diseñó una nave impulsada por su motor cohete, a la que denominó Avión Torpedo, luego rebautizada como Autobólido.

En una época en la que apenas se comenzaban a desarrollar los primeros aviones con hélice y motor de explosión, Paulet se adelantó a su tiempo, concibiendo un vehículo que con el paso del tiempo será reconocido por los especialistas como el precursor del jet y también del cohete espacial.

Pedro Paulet, ingeniero peruano, anticipó
Pedro Paulet, ingeniero peruano, anticipó avances en la tecnología espacial con su invento del motor de cohete a comienzos del siglo XX, marcando un hito en la historia. (Universidad Católica San Pablo)

Aunque presentó su proyecto en una entrevista con un diario peruano en 1910 y nuevamente en 1927 en una carta al diario El Comercio de Lima, sus ideas no encontraron el apoyo necesario en su país.

Sin embargo, en Alemania, donde se realizaban los primeros ensayos de cohetería, el motor de Paulet fue acogido con entusiasmo por algunos miembros de la Sociedad de Vuelos Espaciales de Alemania (VfR).

También el austriaco Max Valier y el ruso A. B. Scherschevsky mencionaron a Paulet en sus obras como el antecedente más lejano del motor a propulsión de propelentes líquidos, fundamental para el desarrollo de la cohetería y, por ende, de los viajes espaciales.

Carrera y vida personal

Paulet nació en una familia de origen humilde en Arequipa. Tras quedar huérfano de padre en 1885, fue acogido en el Colegio San Vicente de Paúl, dirigido por el padre Hipólito Duhamel.

A pesar de las dificultades económicas, su talento y dedicación le permitieron ingresar a la Universidad Nacional de San Agustín en 1890, donde estudió en la Facultad de Letras y Ciencias.

En 1895, gracias a una beca del gobierno peruano, viajó a París para estudiar ingeniería en el Instituto de Química Aplicada de la Universidad La Sorbona, donde tuvo como profesor a Marcelin Berthelot.

Además de crear el motor
Además de crear el motor de cohete, tuvo una destacada carrera diplomática, siendo cónsul en varias ciudades de Europa y Asia, y destacado en Perú. (Universidad Católica San Pablo)

Durante su estancia en la capital francesa,  el peruano comenzó a experimentar con motores-cohete, concluyendo que los combustibles líquidos eran más adecuados que los sólidos. Aunque un accidente interrumpió sus experimentos, Paulet obtuvo su título de ingeniero químico en 1901 y continuó su carrera en el servicio diplomático peruano, siendo nombrado cónsul en Amberes en 1902.

Paulet regresó al país en 1905, donde fue nombrado director de la Escuela de Artes y Oficios de Lima. Además, se dedicó al periodismo, dirigiendo el diario oficial El Peruano y la revista Ilustración Peruana. En 1911, volvió a Europa, donde se casó y formó una familia, retomando su carrera diplomática en diversas ciudades europeas.

Reconocimiento y Legado

El trabajo de Paulet fue reconocido por el físico alemán Hermann Oberth y el inventor estadounidense Robert Goddard, quienes lo consideraron un pionero en el campo de los motores de cohetes de combustible líquido.

Su carta de 1927 al diario El Comercio tuvo un gran impacto, siendo traducida al alemán y celebrada por Valier y otros miembros de la VfR.

A pesar de su renuencia a que su invento fuera utilizado con fines militares, el trabajo de Paulet influyó significativamente en el desarrollo de la tecnología de cohetes. Su motor de inyección intermitente resolvió muchos problemas técnicos y sentó las bases para futuros avances en la cohetería.

Últimos años

Uno de los tantos homenajes
Uno de los tantos homenajes que sigue recibiendo Paulet en estos días es que su rostro fue colocado en los nuevos billetes de 100 soles (BCR)

En 1930, Paulet dejó Europa para ocupar el cargo de cónsul en Yokohama, Japón. En 1935, regresó a Lima para trabajar en el Ministerio de Relaciones Exteriores y como catedrático en la Universidad Católica del Perú.

En 1941, acompañó al mariscal Óscar R. Benavides a Argentina como consejero comercial. Falleció en Buenos Aires el 30 de enero de 1945, siendo enterrado con honores en el Cementerio Presbítero Maestro de Lima.

El legado de Pedro Paulet perdura en la historia de la aeronavegación y los vuelos espaciales, siendo reconocido como un visionario que se adelantó a su tiempo.

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