Autores LGTBIQ: Alda, la escritora que relata una historia inspiradora, cuestiona a la sociedad y lamenta el escaso apoyo a la literatura trans

Infobae Perú conversó con la artista, quien busca sensibilizar a los lectores sobre la identidad trans, los derechos de la comunidad LGTBIQ+ y las pocas posibilidades de sobresalir en un mundo opresor

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La también bachiller en Ciencias
La también bachiller en Ciencias de la Comunicación admira a un familiar que significó mucho para ella. (Pris Cortegana - @priscorteganaportraits)

El Día del Orgullo LGTBIQ+ no solo es una jornada de celebración, sino también una potente plataforma de reivindicación y visibilidad. Cada vez más voces se están escuchando en las calles con gritos de protesta y banderas multicolores al viento, mientras que otras han decidido plasmar en páginas sus opiniones y críticas a una sociedad que aún tiene mucho que aprender y cambiar.

Una de estas voces es La Alda, una travesti que en los últimos años se involucró en el mundo literario con la consigna de inmortalizar sus experiencias y dar a conocer las dificultades que atraviesa la comunidad LGTBIQ+ en un mundo que todavía se muestra hostil.

Sin embargo, es consciente de que existen personas inspiradoras; una de ellas es su abuela. La también bachiller en Ciencias de la Comunicación la admira sobremanera y siente que le debe mucho por el respaldo emocional y las enseñanzas que le dio. Ella no se encuentra en este mundo, pero lo está en su ser. Se trata de Ruthita, quien crio a Alda desde que estaba en una incubadora y dejó lecciones de vida a su nieta.

“Mucha de mi escritura está motivada por las enseñanzas de mi abuela. Muchos de los aspectos que he aprendido sobre ser travesti se los debo a ella”, expresó la escritora, quien recuerda con ternura y gratitud a su pariente. Según contó, su legado vive en cada palabra que escribe y en cada paso que da en su camino de vida.

Infobae Perú conversó con La Alda, quien a través de su libro busca sensibilizar a los lectores sobre la identidad trans, los sueños de la comunidad LGTBIQ+, y el derecho a brillar y alzar vuelo en una sociedad opresora.

La también bachiller en Ciencias
La también bachiller en Ciencias de la Comunicación admira a un familiar que significó mucho para ella. (Calle Pérez @lacallemellama)

―En los últimos tiempos, las editoriales no han apostado mucho por autores de la comunidad LGTBIQ+. ¿Qué se puede hacer ante esta situación?

―Dentro del grupo de personas LGTBIQ+ que han sido publicadas, hay un mínimo porcentaje de mujeres lesbianas, mientras que existe un porcentaje mucho mayor de hombres homosexuales en grandes editoriales y editoriales independientes. Esta desigualdad es abismal. Las voces que tienen mayor visibilidad siguen siendo las de hombres gays, mientras que las de mujeres trans, hombres trans, travestis y personas no binarias prácticamente no se escuchan. Somos quienes hemos decidido autopublicarnos. Lo hemos logrado a través del fanzine, porque lamentablemente en este mercado literario no existe un interés genuino por nuestras historias y experiencias.

―Muchos autores publican libros sin tener una trayectoria previa en el ámbito de la literatura o las letras. En su caso, ¿tuvo algún acercamiento previo con el mundo literario o sintió la necesidad de escribir una historia?

―Soy bachiller en Ciencias de la Comunicación y llegué a un punto en mi vida en el que me cansé de hablar sobre los demás. Me agoté de creer que podía cambiar el mundo a través de una noticia o una crónica; la verdad, ya no me creía ese cuento, aunque aún mantengo un par de esperanzas. Pero ese enfoque ya no me identificaba. Me pregunté: ¿Por qué tengo que hablar de otras personas? ¿Por qué no puedo empezar a desnudarme a través de la palabra? ¿Por qué no comenzar a escribir y autopublicarme con un fanzine? Después de reflexionar, decidí publicar “La marikona del pueblo”, una obra de autoficción y relatos desde el yo, con algunos poemas. Lo hice, obviamente, inspirada y motivada por mi novio, Arturo Dávila, quien también es un escritor trans.

―Muchos autores afirman que la escritura les permite procesar y liberar sus emociones. En tu experiencia, ¿consideras que escribir es una forma de hacer catarsis?

―Definitivamente, escribir es una forma de hacer catarsis y de aligerar la carga que uno lleva encima por las distintas experiencias vividas. También es una manera de decirle cosas al mundo con verdad, rabia, autenticidad y belleza.

―En un fragmento de tu libro califica a Lima como “la ciudad sin salida”. ¿Qué simboliza esta expresión?

―Lima es una ciudad que te atrapa, te aprisiona y de la que cuesta salir. Quieras o no, en algún momento te hará regresar a ella. Esto me pasó cuando estaba viviendo en un pueblito que describo en “La marikona del pueblo”. En ese territorio, siendo una persona visible, habité por un poco más de medio año. Aunque no era mío, siento que se convirtió en parte de mí. De alguna manera, me vi obligada a regresar a Lima, y hasta ahora me cuesta salir de la capital, ya sea por razones económicas o por las oportunidades que sigo buscando y que en algún momento pueden suceder.

―El libro, desde la portada, parece anunciar una historia festiva, pero en su interior hay pasajes en los que un personaje critica a la sociedad. ¿Tu intención fue demostrar este descontento con el mundo?

―Creo que en mi discurso y en quién soy, hay un descontento marcado contra el mundo, aunque lo camufle, lo endulce o lo embellezca con palabras. Trato de escapar de ese mundo a través de la escritura, la lectura, y compartiendo con mis amigas travestis, soñando juntas y amando a otra persona trans, como Arturo.

―La palabra “venganza” se repite en varias páginas de tu libro. ¿Alda quiere vengarse de alguien?

―A través de la “Tra khaa pop”, se busca vengar siglos y siglos de injusticia y violencia. Durante el conflicto armado interno, se habló de los desaparecidos y las NN, pero no se mencionó a las travestis y mariconas asesinadas. No hay nombres, rastros ni memoria de ellas.

―Desde la primera marcha del Día del Orgullo, ha habido pocos avances a nivel mundial en cuanto a los derechos de la comunidad LGTBIQ+. En tu opinión, ¿ha habido algún progreso en favor de la comunidad en el Perú?

―No hay muchos avances reales. Los únicos avances palpables serían que ahora, en estos tiempos, al menos puedes sentarte a conversar con algún familiar sobre quién eres y cómo quieres que te llamen en casa. En este país, todo sigue siendo un desafío: no existe una ley relacionada con la identidad de género, lo que conlleva a que las personas trans no tengan acceso a derechos básicos. Creo que es importante y necesario para que podamos acceder a derechos fundamentales como personas trans.

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