Alrededor de las 15 horas, el presidente boliviano Luis Arce denunció “movilizaciones irregulares de algunas unidades del Ejército”. Ello, luego de que un grupo liderado por el excomandante Juan José Zúñiga se congregara en los exteriores del Palacio Presidencial en La Paz. Aunque el suceso alarmó a toda la comunidad, el orden constitucional se restableció en pocas horas. En diálogo con Infobae Perú, el internacionalista y analista político Óscar Vidarte dio detalles sobre la lección que queda para el país y el resto de la región.
Mencionó que si bien la reacción militar demostró que aún es posible un golpe militar en la región, sobre todo ante circunstancias límites, debe resaltarse la respuesta de la comunidad. “No hay gobierno en la región, ya sea de derecha o de izquierda, que no haya cuestionado el intento de golpe de Estado. Es decir, pese a que no existen similitudes en ciertos temas, hay un consenso sobre el riesgo del quebrantamiento democrático”, mencionó.
“Eso es positivo porque nos dice que lo que hemos visto en Bolivia es una excepción y que no es el inicio de una regla que va a suceder en Perú o en otras partes. Debemos estar alertas de que no es un fenómeno que ha desaparecido, pero también de que ese tipo de acciones por parte de los militares no van a recibir ninguna parte de apoyo a nivel internacional, inclusive en momentos límites”, agregó.
Pronunciamientos de la comunidad
Tal como mencionó Vidarte, son diversos países y organismos internacionales que emitieron declaraciones firmes a favor del orden constitucional en Bolivia, presidido por Luis Arce.
Desde Paraguay, el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, declaró que el organismo no tolerará ningún intento de socavar el orden constitucional en Bolivia. En sintonía con esta postura, la Comunidad Andina (CAN) rechazó cualquier acto que atentara contra la democracia boliviana.
La presidenta pro témpore de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), Xiomara Castro, convocó a una reunión para condenar los hechos y exigir el respeto al poder civil y la Constitución en Bolivia.
Nicolás Maduro, en Venezuela, denunció el golpe de Estado y afirmó su apoyo a Arce y Evo Morales. En Cuba, Miguel Díaz-Canel lamentó el atentado contra la democracia boliviana y extendió solidaridad al gobierno de Arce. Rosario Murillo, vicepresidenta de Nicaragua, también expresó indignación por los hechos.
Desde Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva condenó los golpes en América Latina y ratificó la firme posición de su país en defensa de la democracia. Gustavo Petro, presidente de Colombia, llamó al pueblo boliviano a la resistencia democrática. Andrés Manuel López Obrador, mandatario de México, emitió una condena enérgica. Gabriel Boric, jefe de Estado de Chile, manifestó su preocupación y apoyo al gobierno legítimo de Arce.
El dignatario uruguayo Luis Lacalle Pou aseveró que el golpe atenta contra el orden democrático. Mientras que en Ecuador, la Cancillería lamentó los hechos y abogó por el respeto al Estado de derecho. En Perú, el premier Gustavo Adrianzén también rechazó cualquier intento de desestabilización.
Desde Guatemala, el presidente Bernardo Arévalo subrayó que la fuerza no es la vía para construir naciones democráticas. A nivel internacional, la Unión Europea, a través de Josep Borrell, y el Gobierno español, con una declaración del presidente Pedro Sánchez, condenaron de manera rotunda cualquier intento de golpe y expresaron su solidaridad con Bolivia.