Al entrar a la residencia británica, una cabina telefónica llamó poderosamente mi atención: reposaba en medio del amplio patio con varias áreas verdes. “¿Tendrá un teléfono público?”, pensé mientras caminaba flanqueado por la señorita que había gestionado la entrevista con el embajador del Reino Unido en el Perú, Gavin Cook. Hace unos meses, el patio de esta casa había sido testigo de un ambiente festivo, el cual no se repitió la tarde del 18 de junio.
En la casa del embajador británico se celebró una recepción en honor a la coronación de Carlos III el 6 de mayo de 2023. El evento reunió a diplomáticos, personalidades políticas y miembros de la comunidad británica en Lima. Durante la celebración, se realizaron brindis y discursos que destacaron la trascendencia histórica del acontecimiento y los vínculos entre Perú e Inglaterra.
Conforme avanzábamos, mi interlocutora indicó que el diplomático llegaría en unos minutos. Por fortuna, llegamos con varios minutos de anticipación a la residencia británica, un lugar que parece aislado del caos de la ciudad; sin embargo, esto no es así, ya que a pocas cuadras el tráfico limeño se alza muy a nuestro pesar.
Pudimos esquivar el tráfico y llegar minutos antes de la hora pactada a la vivienda de Gavin para realizarle una entrevista, replicando así una característica de la cultura británica: la puntualidad. Los británicos la valoran como una expresión de respeto y responsabilidad, un principio que rige tanto en lo personal como en lo profesional.
Luego de instalarnos en la sala, la mujer nos invitó la ‘torta del Rey’ al tiempo que comentó sobre una nota en la que se contaba que Gavin Cook había probado una variedad de platos peruanos. “Hicieron una sobre los huariques”, señaló, visiblemente emocionada. Efectivamente, hace algunos meses se destacó la participación del embajador británico en la preparación de potajes de la gastronomía peruana.
De un tiempo a esta parte, la pasión por la gastronomía ha fluido intensamente por las venas de Gavin, cuyo ilustre apellido Cook parecía predestinado a la cocina. Aunque la etiqueta de cocinero le venía de herencia, su verdadero gozo siempre fue el de ser comensal. Desde su llegada al Perú como embajador, ha abrazado esta dedicación con fervor, maravillándose con la riqueza y diversidad de la concina del Perú.
“¡Gracias por sus recomendaciones! Elegí humita de queso, cecina ahumada con maduro y quesillo con miel de caña. Estuvo riquísimo”, escribió el diplomático en su cuenta de X, red social en la que no solo reporta las reuniones políticas que realiza, sino también ensalza la cultura de nuestro país. Esto pudo comprobarse cuando conversamos por más de una hora en la sala de una casa que se mostraba silenciosa cuando llegamos, pero el panorama cambió con la llegada del embajador.
Las banderitas del Reino Unido que colgaban en el patio trasero no eran los únicos indicios festivos de la residencia británica. El buen ánimo de Gavin Cook y la emoción de sus dos mascotas impregnaron de alegría una casa que antes de su llegada estaba silenciosa, mas no vacía.
Nacido en Ipswich, una de las ciudades más antiguas de Inglaterra, el embajador cruzó el umbral de la puerta para luego dirigirse a la sala. Tras saludarnos, decidió abrir una puerta para mostrarnos a sus mascotas. Como era de esperarse, estas salieron despavoridas y movieron la cola de emoción. Es pertinente señalar que una de ellas ladró fuertemente, pero luego se calmó, quizás porque no percibió un clima hostil.
Cook aprovechó el momento para cargar a sus mascotas y acariciar su pelaje. Cabe señalar que ellas no son las únicas animadoras de la casa; sus hijos también llenan de vida el hogar, aunque en ese momento estaban en el colegio o de camino a casa. Minutos después, él hablaba del Perú con emoción, un país que lo ha acogido con cariño y cuyos habitantes han sido testigos de su amor por la cultura peruana. Precisamente son ellos quienes se preguntan quién es el embajador que ha puesto en un pedestal a nuestra nación.
Infobae Perú conversó con Gavin Cook en la residencia británica, un lugar donde días atrás se celebró el cumpleaños del Rey Carlos III. “Una noche llena de inspiración, estilo y elegancia. Y del potencial de nuestra alianza con el Perú”, escribió en su red social. Sin duda, ya no había fiesta en el lugar, pero un clima ameno se instauró con la llegada del embajador, como si su energía irradiara a los demás.
“Soy una persona que obtiene energía de otras personas; de vez en cuando soy introvertido”, expresó cuando el lente de la cámara estaba frente a él, grabando sus gestos. Aquellos que me eran familiares, ya que en las redes sociales proyectaba esa buena actitud y ánimo. Sin embargo, su declaración me sorprendió en un primer momento, pero desapareció al entender que las personas tienen matices.
Antes de dar esta declaración, nos había mostrado un libro, en cuyas páginas se podía apreciar imágenes de paisajes del Perú y de personas que portaban atuendos típicos de las regiones. Como si fuera un niño mostrando su álbum de figuritas a sus amigos, Gavin enseñó cada página con una emoción inigualable. Había motivos para estarlo y él lo sabía, puesto que conocía este país latinoamericano y no solo a través de los libros de historia.
Es menester señalar que Gavin, antes de convertirse en diplomático, estudió Historia Moderna en Oxford (Brasenose College). Durante sus estudios, escuchó y leyó sobre Perú sin presagiar que viviría en ese país por un tiempo acotado pero lleno de experiencias inolvidables, que no solo comenzaron cuando se convirtió en embajador.
“Hace 26 años llegué aquí como mochilero, lastimosamente sin castellano, sin dinero y de vez en cuando sin sentido, pero con la oportunidad de viajar por todo el país. Yo solía comer en las partes traseras de las camionetas para conversar con las personas. Fue un viaje básico porque no tuve mucho en términos de presupuesto, pero una aventura para explorar”, contó. En ese entonces no tenía la convicción de seguir una carrera en la diplomacia y ni siquiera había iniciado sus estudios universitarios.
Todo era cuestión de tiempo para que se topara con el Perú en sus clases de historia, un campo de conocimiento que aprendió con pasión. Luego de su etapa universitaria, comenzó a interesarse en las relaciones exteriores, así como también en la gastronomía, al punto de matricularse en un curso de dos semanas para aprender a cocinar platos no tan básicos. Cada día, durante dos horas, aprendía a preparar una variedad de potajes.
Desde el instante de su nacimiento, la vida de Gavin quedó inexorablemente entrelazada con la gastronomía, como si su apellido, Cook, ya augurara su destino culinario. Cada vez que escuchaba su nombre, probablemente una chispa de orgullo y responsabilidad se encendía en su interior, susurrándole al oído que estaría destinado a conocer el arte culinario de diversas culturas y a compartir ese conocimiento con el mundo entero.
Lo cierto es que la gastronomía estuvo presente en su casa, un lugar donde se disfrutaba una variedad de potajes. “Mi madre es una chef increíble y me impulsó a apreciar la comida fresca y saludable, y el uso de ingredientes. También me dio la oportunidad de crear desde la nada platos increíbles”, indicó.
Su madre es dentista, pero tiene una predilección por el arte culinario; por su parte, su padre se dedica al sector salud y realiza una labor altruista como médico. Ambos, según contó a Infobae Perú, no provienen de una familia adinerada; no obstante, se esforzaron mucho para lograr sus objetivos y poder surgir.
“Tengo el privilegio de recibir una educación de calidad. Mis padres vienen de una familia de clase media, pero trabajaron mucho para darme una educación increíble. Con este privilegio quería hacer algo para marcar una diferencia en el mundo. (...) Tengo la oportunidad de utilizar mis habilidades para tratar de mejorar el mundo, y quiero hacerlo de una manera en la que pueda ensuciar mis zapatos. Quisiera hacer algo con impacto positivo. La diplomacia para mí es interesante porque me permite hacer una gran variedad de cosas en favor de la humanidad”, manifestó.
La carrera en el ámbito de las relaciones exteriores no es nueva para Gavin, ya que tiene una vasta trayectoria digna de señalar. Sobre su experiencia laboral, el gobierno del Reino Unido, a través de la plataforma data.gov.uk, informó lo siguiente:
“Gavin Cook se incorporó al Ministerio de Asuntos Exteriores y de la Commonwealth en 2002. Fue Jefe Adjunto de Misión en Ghana y ha ocupado puestos en Etiopía y Ucrania. Gavin ha ocupado una variedad de puestos en el Reino Unido, incluido el de Director Adjunto de Estrategia/Jefe de la Unidad de Políticas, Jefe del Grupo de Trabajo de Repatriación, Director Adjunto de Asistencia Consular y Director de Medios para Medio Oriente y África del Norte durante la Primavera Árabe (...)”.
Gavin Cook, el embajador que rompió paradigmas
Un sector de los peruanos suele ver a los embajadores como figuras distantes, una percepción que puede originarse en la falta de interacción directa y frecuente con estos diplomáticos. A menudo, las actividades de un diplomático se desarrollan en círculos cerrados y en eventos de alto nivel, lo que puede crear una barrera implícita entre ellos y la comunidad peruana promedio. Además, la poca visibilidad mediática de sus labores cotidianas y la formalidad que caracteriza a los actos oficiales contribuyen a alimentar esta noción de lejanía.
Esta percepción de distancia es, en realidad, errónea. Prueba de ello es la imagen que proyecta Gavin Cook no solo en las redes sociales sino también en persona. “Lo que quiero hacer es ofrecer una perspectiva diferente sobre la diplomacia y tratar de acercarnos como embajada a los y las peruanas en todas las regiones del país. Hacemos proyectos de una manera descentralizada, pero también queremos conectarnos de manera personal y ofrecer nuestra personalidad como embajada. Vamos a dar todo de nuestro trabajo con un equipo increíble que está tan comprometido en marcar una diferencia, pero al mismo tiempo podemos hacerlo de vez en cuando con un estilo diferente para divertir a las personas con lo que estamos haciendo”, señaló.
En otro momento de la entrevista, indicó que quiere reflejar el potencial moderno del Perú, un objetivo que ha logrado con creces en su labor diplomática. También expresó su intención de involucrarse más en la historia del Perú. Pero no solo ha conocido las diversas culturas desde que asumió el cargo. Él también ha abordado los problemas sociales que aquejan a nuestro país. Durante su gestión, Gavin quiere dar nuevas oportunidades a jóvenes que se encuentran en centros de rehabilitación y fortalecer los lazos entre Perú e Inglaterra.
Los gustos y preferencias de Gavin Cook
Detrás de la formalidad y el protocolo que envuelven al embajador del Reino Unido en Perú, se esconde una figura multifacética. En reuniones diplomáticas, su porte impecable y discurso elocuente reflejan el compromiso y el respeto por su misión. Sin embargo, lejos de los salones oficiales y las alfombras rojas, se revela como un dedicado padre de familia que encuentra su mayor dicha en las simples pero medulares actividades con sus seres queridos. Además, es un eterno joven cuyo espíritu aventurero lo lleva a involucrarse en un sinfín de pasiones, desde la lectura de clásicos literarios hasta la exploración de paisajes naturales.
Infobae Perú le preguntó sobre sus actividades familiares cuando la responsabilidad laboral no se apodera de él. De las que mencionó, hay una que destaca: acompañar a sus hijos. “Lo que he hecho bien es leerle a mis hijos”, expresó, visiblemente emocionado. Esto lo dijo frente a un librero repleto de libros, la mayoría infantiles. Sus hijos menores estudian en Lima y comparten con Gavin y su esposa diversas actividades, como viajar en bus nocturno a destinos turísticos cercanos y asistir a eventos deportivos.
Al embajador le gusta jugar rugby y tuvo la oportunidad de practicarlo con la Selección Nacional Femenina de Rugby en Villa María del Triunfo. Otro deporte que practica, pero en menor medida, es el fulbito, al que denomina como pichanga.
“Nos encanta asistir al estadio, de vez en cuando, para ver los partidos de Alianza (Lima)”, señaló. Entre otras actividades que suele realizar, también mencionó que le encanta pintar con acuarelas para tratar de escapar de vez en cuando de las presiones de la vida. También le gusta la música en vivo y visitar las peñas.
Finalmente, el embajador británico habló de sus objetivos personales, los cuales giran en torno al mundo literario. “He escrito varias historias para niños entre las edades de dos y seis años. Tratan sobre mitos y animales, y están escritas con rimas. Pero ahora quiero escribir sobre mis experiencias y los viajes que he realizado”, mencionó.
El embajador del Reino Unido en Perú se ha convertido en un gran promotor de la gastronomía peruana, disfrutando y compartiendo las delicias culinarias del país andino. Su interés en la cocina peruana ha ido más allá de simplemente degustar platos como la causa, los picarones o los chicharrones; ha tomado la responsabilidad de difundir la riqueza gastronómica de nuestro país a nivel mundial.
Desde su llegada, el diplomático británico ha mostrado un genuino interés por las tradiciones culinarias peruanas. Ha visitado varios restaurantes y mercados locales, donde ha tenido la oportunidad de conversar con chefs y pequeños productores. Esta proactividad ha sido bien recibida por un sector de la población peruana, que ve con agrado el esfuerzo del embajador por dar a conocer la cultura del país a través de su comida.
Gavin ha utilizado plataformas digitales y redes sociales para destacar la cultura peruana. A través de publicaciones y videos, expresa su entusiasmo por la comida peruana. Esto ha generado numerosos comentarios positivos y un aumento en el interés internacional por la gastronomía del país. Esta visibilidad ha servido para posicionar a Perú como un destino turístico y, sobre todo, cultural.