Un día como hoy en 1986, la tranquilidad de una ruta turística se transformó en tragedia cuando una carga explosiva detonó en un vagón del tren entre Cuzco y Machu Picchu. Este evento provocó la muerte de 8 personas y dejó a 35 heridos. En medio de una década sumida en violencia y terror, este atentado dejó una huella imborrable en la memoria nacional.
Durante aquellos años, Perú vivía un estado de alarma constante. El gobierno impuso un toque de queda en Lima para frenar la ola de atentados que paralizaba servicios esenciales y cobraba vidas. Entre 1988 y 1990, los “paros armados” y ataques subversivos aumentaron, agravando una crisis de hiperinflación e hiperrecesión. Según la Comisión de la Verdad y Reconciliación, estos años oscuros dejaron un saldo espeluznante de más de 69 mil fallecidos.
En este contexto de caos y miedo, el atentado contra el tren turístico en Cuzco se destaca como uno de los episodios más recordados de una época marcada por la inestabilidad y la tragedia.
Violencia en la década de 1980
El atentado contra el tren turístico entre Cuzco y Machu Picchu en 1986 no fue un hecho aislado, sino parte de una ola de violencia que azotó a Perú durante la década de los 80. En esos años, el país vivía bajo la constante amenaza de grupos subversivos como Sendero Luminoso y el Movimiento Revolucionario Túpac Amaru (MRTA). Estos grupos realizaban atentados, paros armados y otros actos de violencia que sembraban el terror en la población.
La inseguridad y la violencia eran tan frecuentes que el gobierno se vio obligado a implementar medidas extremas, como el toque de queda en Lima en 1986, en un intento de contener la situación. Ese mismo año, otro suceso conmocionó al país: la matanza de los penales, donde cientos de presos murieron en operaciones militares en diversas cárceles.
Estos actos, junto con múltiples atentados y descubrimientos de fosas comunes, configuraban un escenario de caos y miedo que dejó profundas cicatrices en la sociedad peruana. En este contexto, el ataque al tren turístico representa uno de los múltiples episodios trágicos de una época marcada por la violencia y la desestabilidad.
¿Qué pasó el día del atentado de 1986?
El 25 de junio de 1986, una tranquila travesía turística se convirtió en una pesadilla cuando una explosión sacudió uno de los vagones del tren entre Cuzco y Machu Picchu. A las 8:30 de la mañana, hora peruana, una potente carga explosiva, al parecer de dinamita, estalló dentro del vagón, que transportaba a 70 personas, en su mayoría turistas extranjeros.
El convoy se encontraba en la estación de San Pedro, en la localidad andina de Cuzco, a punto de partir hacia la ciudadela de Machu Picchu. La detonación causó la muerte instantánea de 8 pasajeros y dejó a 35 más con heridas de diversa gravedad.
De acuerdo con el portal El País, “el vagón voló prácticamente por los aires. Se oyeron gritos de dolor y, después, se vieron algunos cuerpos despedazados. Cuatro de las víctimas murieron en el acto y sus restos tuvieron que ser rescatados de entre los hierros retorcidos del tren. Las otras cuatro personas fallecieron mientras eran trasladadas al hospital.
¿Cómo se desarrollaron los eventos tras el atentado en Cusco?
El atentado tuvo repercusión a nivel internacional. El diario español El País le dedicó dos titulares en su edición impresa los días 26 y 27 de junio de 1986: “Una española, entre los ocho muertos en un atentado contra un tren de turistas en Perú” y “Cusco, estremecido por el ataque terrorista contra el turismo.” La prensa española destacó este incidente como el primer atentado contra el turismo en Perú.
Por otro lado, según el portal Enfoques Cusco, existe una crítica significativa hacia la Comisión de la Verdad y Reconciliación (CVR) por omitir en su cronología algunos de los atentados terroristas más impactantes en Cusco, incluyendo el ocurrido en la estación San Pedro. Este atentado no solo fue uno de los más trágicos, sino que también tuvo un profundo impacto en la ciudad y la región.