La Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA) y la Asociación de Empresas de Transporte Aéreo Internacional (AETAI) se declararon preocupados este lunes por la situación de la industria aérea en Perú y la apertura de la nueva terminal del Aeropuerto Internacional Jorge Chávez, prevista para el 18 de diciembre de este año.
En un comunicado conjunto, los gremios solicitaron priorizar el transporte aéreo como una política de Estado, se opusieron a iniciar operaciones en esa fecha y recalcaron que “un traslado exitoso de las operaciones a la nueva terminal tiene que ser el reto de todos los involucrados en este proyecto”.
“Lo anterior ha sido expresado tras una reunión con el primer ministro [Gustavo Adrianzén], el ministro de Transportes [Raúl Pérez Reyes] y la ministra de Comercio Exterior [Elizabeth Galdo], que tuvo lugar después de la crisis ocurrida con las luces de la pista de aterrizaje del aeropuerto”, se lee en el pronunciamiento.
Carlos Gutiérrez, gerente general de AETAI, calificó de “contraproducente” la decisión de Lima Airport Partners (LAP), la concesionaria del aeropuerto, de seleccionar una fecha tan cerca de la temporada alta de las fiestas navideñas para iniciar operaciones en la nueva terminal. “Esta acarrea una especial sensibilidad para los pasajeros. Manejar una demanda tan elevada en un nuevo ambiente operativo es realmente riesgoso, por más que las aerolíneas quieran prestar la mejor experiencia”, comentó.
La entrada en operación del nuevo aeropuerto también implica un aumento de costos para pasajeros y líneas aéreas. Por ello, en el marco de las negociaciones para la firma de una octava adenda al Contrato de Concesión, los gremios solicitaron “enmendar los errores de administraciones pasadas, que principalmente beneficiaron a LAP”.
Según el pronunciamiento, “ya se ha propuesto un aumento en la renta de los espacios esenciales en la nueva terminal (como oficinas operativas o counters de check-in) cercano a tres veces el precio que se paga hoy”, lo que “podría agravarse a partir del año 2027, cuando, conforme al modelo económico de dicho contrato, los cerca de US$ 2 mil millones recientemente invertidos por LAP sean trasladados a las tarifas de los servicios aeroportuarios que pagarán los pasajeros y aerolíneas”.
Incluso la entrada en operación del nuevo aeropuerto en 2024 podría generar un incremento adicional en las tarifas. Por ello, los gremios señalaron la necesidad de replantear, en beneficio de los usuarios, el porcentaje de la retribución que LAP entrega al Estado, equivalente al 46.511% del total de los ingresos brutos, y realizar un nuevo análisis del equilibrio económico-financiero de la concesión como requisito legal previo para que proceda la adenda.
Además, requirieron la eliminación de la tarifa de uso aeroportuario para pasajeros en tránsito, concedida a LAP en 2015, “ya que incrementa los precios y resta competitividad al aeropuerto en comparación con otros hubs de la región, como El Dorado en Bogotá y Tocumen en Ciudad de Panamá”.
“Es importante tener presente que, a diferencia de la mayoría de los países latinoamericanos, la aviación comercial en el Perú todavía no se ha recuperado de la crisis que inició con la pandemia (durante la cual no recibió ningún tipo de ayuda) y continuó con los conflictos sociales y políticos, encontrándose en un -4.9% respecto del nivel de conectividad que tuvo en el 2019. Colombia, República Dominicana y México incluso ya superaron sus cifras previas”, continúa el texto.
Por su parte, el vicepresidente regional de IATA para las Américas, Peter Cerdá, volvió a cargar contra la administración de la presidenta Dina Boluarte, quien se encuentra de gira oficial por China. “Lo que se sigue viviendo con la ampliación del aeropuerto de Lima, que ya suma 15 años de retraso en los que se desnaturalizaron los precios, falta de coordinación y transparencia, junto a una posible subida sustancial de las tarifas, no puede continuar”, afirmó.
“A pesar de ello, la industria seguirá siempre comprometida a trabajar de forma colaborativa con todos los actores involucrados, pero las necesidades del sector deben tenerse en cuenta, especialmente si el objetivo es ofrecer la mejor experiencia posible tanto a los viajeros como a los transitarios de carga”, concluyó.