El próximo 23 de julio de 2024 será feriado por segundo año consecutivo, gracias a un dictamen aprobado en el Congreso de la República en el 2023. Este día, tal como los ya declarados aquellos que laboren este día recibirán pago triple o, de acuerdo al tipo de empresa en la que trabaja, este puede ser canjeado por otro día libre.
En la fecha mencionada queda establecido el “Día de la Fuerza Aérea del Perú y feriado nacional el 23 de julio de cada año, en conmemoración al heroico sacrificio del Capitán FAP José Abelardo Quiñones Gonzáles”. En ese sentido, este feriado podrá ser aprovechado por todos los que trabajan tanto en el sector público como en el privado.
Sin embargo, algunos peruanos todavía no tienen claro de quién se trata José Abelardo Quiñones, pues solo lo reconocen como la imagen que del billete de diez soles. Esta es su vida y los motivos que lo llevaron a ser homenajeado con un día feriado en el Perú.
¿Quién era José Abelardo Quiñones?
José Abelardo Quiñones Gonzales, nacido en Pimentel, Lambayeque, el 22 de abril de 1914, es una figura emblemática en la historia de la aviación peruana. Proveniente de una familia comprometida con la educación, era el tercero de tres hermanos, hijos de José María Quiñones Arízola y María Juana Rosa Gonzales Orrego.
Su temprana formación escolar comenzó bajo la tutela de las hermanas Bulnes y continuó en el Colegio Nacional San José de Chiclayo, donde su interés por la aviación fue impulsado por su director, Karl Weiss, quien fomentaba la construcción y vuelo de planeadores.
En 1928, Quiñones se trasladó a Lima por decisión de sus padres y prosiguió su educación secundaria en el Colegio Sagrados Corazones Recoleta y posteriormente en el Colegio Nacional Nuestra Señora de Guadalupe.
Su pasión por la aviación lo llevó a ingresar a la Escuela Central de Aviación “Jorge Chávez” en 1935, venciendo la resistencia inicial de su familia. Durante su formación, destacó notablemente en las técnicas de pilotaje, siendo reconocido por su habilidad y determinación.
Chico de oro
En 1939, se graduó como el primero de su promoción, recibiendo el prestigioso “Ala de oro” del Cuerpo Aeronáutico del Perú. Su exhibición aérea en el día de su graduación, donde realizó un vuelo invertido a baja altura, dejó una impresión duradera en todos los presentes.
Quiñones fue asignado inicialmente al Escuadrón N.º 4 de Hidroaviones de Ancón y posteriormente al 21.º Escuadrón de Caza del Primer Grupo Aéreo en Lima.
Aquí, integró la 41.ª Escuadrilla de aviones North American NA-50 y formó parte de la primera Escuadrilla de Alta Acrobacia, realizando intensos entrenamientos y saltos en paracaídas sobre Chiclayo.
Tiempos de guerra
En el contexto de la Guerra Peruano-Ecuatoriana de 1941, el teniente Quiñones fue desplegado al teatro de operaciones en el norte. La misión de los pilotos peruanos incluía tareas de reconocimiento y bombardeo para debilitar las posiciones enemigas.
Durante una misión crítica el 23 de julio de 1941, Quiñones y su escuadrilla despegaron de Tumbes con el objetivo de neutralizar las baterías ecuatorianas en Quebrada Seca. Al acercarse al blanco por segunda vez, su avión fue alcanzado por fuego antiaéreo.
En un acto de valentía extrema, Quiñones dirigió su avión en picada hacia las posiciones enemigas, sacrificándose para destruir las defensas y despejar el camino para las tropas peruanas.
El sacrificio de Quiñones no fue en vano. Su acto heroico resonó profundamente en ambos lados de la frontera. El 19 de octubre de 1941, el coronel ecuatoriano Octavio A. Ochoa devolvió solemnemente los restos de Quiñones a la Fuerza Aérea del Perú, destacando su honor y valentía. Los restos de Quiñones descansan hoy en los jardines de la Base Aérea Las Palmas, en Lima, junto a otro ilustre aviador, Jorge Chávez.
Honor y gloria
La memoria de Quiñones ha sido honrada de múltiples formas. Fue ascendido póstumamente a Capitán de la Fuerza Aérea del Perú y declarado Héroe Nacional por la Ley N.º 16126 el 10 de mayo de 1966.
En reconocimiento a su heroísmo, el Banco Central de Reserva del Perú incluyó su imagen en los billetes de 10 soles a partir de 1991. Además, el Congreso de la República del Perú le otorgó el grado de Gran General del Aire del Perú en 2007 y, en 2014, el espacio aéreo peruano fue nombrado en su honor como “cielo de Quiñones” en conmemoración del centenario de su nacimiento.
El legado de Quiñones perdura también a través de piezas de colección emitidas por el Banco Central de Reserva del Perú, como una moneda de plata con su imagen lanzada en 2014. Cada 23 de julio, el Día de la Fuerza Aérea del Perú, se recuerda su inmolación, manteniendo viva la memoria de un aviador que sacrificó todo por su país.