Menelik, el legendario toro que impulsó el progreso de Arequipa: historia, testimonios y lugares de veneración

Infobae Perú escuchó de primera mano el relato narrado por Juan Lazo Carpio, primo del otrora dueño de Menelik. Su alocución giró en torno al mítico animal, que cuando peleaba, congregaba a 13 mil personas. También se conversó con lugareños, quienes compartieron datos sobre este ejemplar taurino

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El mítico toro de Arequipa ha dejado una impronta eterna en la memoria y el corazón de los arequipeños. (Composición Infobae: Arequipa Leyenda)
El mítico toro de Arequipa ha dejado una impronta eterna en la memoria y el corazón de los arequipeños. (Composición Infobae: Arequipa Leyenda)

Luego de viajar por sinuosas carreteras o tomar un vuelo, un turista, ya sea peruano o extranjero, pisa tierra firme en un territorio que antes no había explorado. Sin siquiera preguntar a los trabajadores del terminal o el aeropuerto, más de uno puede saber que se encuentra en Arequipa, una ciudad que ostenta muchos atractivos, entre ellos uno que se puede apreciar sin siquiera visitarlo o aproximarse a él.

Al encontrarse en un lugar despejado, se percata de que está en Arequipa. Basta con levantar la mirada y aguzar la vista para divisar una imponente montaña de forma cónica casi perfecta, cuya majestuosidad causa asombro. Esta montaña, con una altura aproximada de 5.822 metros sobre el nivel del mar, es el Misti.

Con el transcurso de las horas, el visitante descubrirá que las culturas precolombinas consideraban al Misti una montaña sagrada, donde los antiguos pobladores realizaban rituales y ofrendas en su honor. También se dará cuenta de que su silueta majestuosa domina el paisaje urbano, caracterizado por una arquitectura colonial predominante. Las edificaciones, construidas en sillar, una piedra volcánica blanca, otorgan a Arequipa su simbólico seudónimo de ‘Ciudad Blanca’.

Tras internarse en el centro histórico, el visitante se encuentra con la imponente Catedral de Arequipa, el misterioso Monasterio de Santa Catalina y múltiples casonas coloniales. Estas estructuras le dan la sensación de que el tiempo se ha detenido en esas calles, por donde han transitado personas desde tiempos inmemoriales, contando historias y anécdotas. Hoy, estas narraciones llegan a los oídos de los turistas a través de los guías turísticos, quienes con entusiasmo difunden la herencia cultural de la ciudad.

La Plaza de Armas de Arequipa que reposa a  pocos kilómetros del volcán Misti. (El Diario)
La Plaza de Armas de Arequipa que reposa a pocos kilómetros del volcán Misti. (El Diario)

Estos, al igual que los fanáticos de las peleas de toros, narran la historia de un legendario toro, cuyo solo nombre invita a los lugareños a evocar memorias y relatos que conmueven a quien los escucha. Se trata de Menelik, un toro cuyo apodo no tiene relación directa con la tradición etíope, aunque curiosamente deriva del primer emperador de Etiopía, Menelik I, fundador de la dinastía salomónica. De manera similar, el querido toro de Arequipa es considerado por muchos como un auténtico emperador.

Como un monarca en su trono, este ejemplar taurino desplegaba una presencia imponente en cada pelea, ante aproximadamente 15 mil espectadores. Con su porte robusto y mirada desafiante, dominaba el ruedo, consciente de su poder y autoridad.

Menelik, el legendario toro de Arequipa

Menelik, el mítico toro de Arequipa, ha dejado una impronta eterna en la memoria y el corazón de los arequipeños. Es probable que al preguntar a un lugareño de esta región, sin importar su edad, nos faciliten más de un dato sobre este legendario animal, que tiene un monumento y un museo en la tierra que lo vio nacer, crecer y ganar victorias. Algunos escolares, quienes escucharon la historia de este querido animal en sus colegios, afirman que fue un toro fuerte que nunca perdió una batalla, una verdad irrefutable. Sin embargo, mi curiosidad me llevó a indagar más sobre este toro, venerado no solo en vida, sino también después de su partida.

Consultando a señores que transitaban por los alrededores de la Plaza de Armas, me enteré de que, gracias a las recaudaciones de las peleas de Menelik, se llevaron a cabo numerosas obras comunitarias. También pude conocer la dirección del monumento y el museo dedicados a este legendario toro.

En la avenida Socabaya N° 206, se encuentra la escultura conmemorativa, un punto que ha concitado la atención de turistas peruanos y extranjeros. Kilómetros más allá, específicamente en el pueblo tradicional de Paucarpata, en la calle Colón N° 180, está el museo donde Juan Lazo Carpio, primo del dueño del toro Menelik, contó una historia digna de ser difundida.

En el museo ubicado en Paucarpata se encuentran cuadros, fotografías y recortes periodísticos alusivos a Menelik. (Infobae: Rafael Montoro)
En el museo ubicado en Paucarpata se encuentran cuadros, fotografías y recortes periodísticos alusivos a Menelik. (Infobae: Rafael Montoro)

Infobae Perú escuchó de primera mano la historia narrada por Juan Lazo Carpio. En un grupo reducido de personas, el hombre, que llevaba puesto un sombrero típico de Arequipa, comenzó a relatar la historia del toro. En varios pasajes de su relato, los asistentes se sorprendieron. “Lo bueno de la pelea de toros es que todo lo que se recauda es para un bien social. Menelik es el único toro en toda la historia de Arequipa que desarrolló una técnica nunca antes vista”, expresó, visiblemente tranquilo, estado de ánimo que contrastaba con la mayoría de los turistas presentes.

Estas primeras declaraciones coincidieron con lo que manifestaron los transeúntes. Según Lazo Carpio, con lo recaudado en las peleas de Menelik, se construyeron colegios, iglesias, carreteras y otras infraestructuras necesarias para la comunidad. En cada participación, los arequipeños sabían que el dinero pagado por ver al imponente ejemplar taurino revertiría en beneficio de la población.

Menelik junto a su dueño, el señor Lazo. (diarioviral.pe/cronica)
Menelik junto a su dueño, el señor Lazo. (diarioviral.pe/cronica)

Es sabido que Menelik aplicaba una técnica que aprendió cuando convivía con toros serranos, quienes lo atacaban constantemente. El historiador y periodista Juan Guillermo Carpio Muñoz habló sobre este tema en ‘La función de la palabra’ con Marco Aurelio Denegri: “Este toro se crió entre toros serranos de Enverna que lo agredían. Al ser criado entre ellos, Menelik desarrolló un espíritu combativo muy grande e incluso una técnica increíble”.

Según el relato de Carpio Muñoz, al pelear con su oponente, Menelik lo manejaba de tal forma que, en determinado momento, le provocaba un esguince y luego lo ensartaba por el cogote. El historiador agregó que el colosal animal levantaba a su oponente y lo soltaba, haciendo que el toro, herido, saliera despavorido.

Jesús Lazo, dueño del legendario toro de pelea Menelik. (Ccalas - Productora Audiovisual)
Jesús Lazo, dueño del legendario toro de pelea Menelik. (Ccalas - Productora Audiovisual)
Esta técnica fue admirada por muchos lugareños y fue uno de los motivos por los que asistían a verlo. “Gracias a esa técnica, iban a verlo unas 15 mil personas. La tarde que no participaba Menelik, los espectadores se reducían a 3 mil”, declaró el lugareño, quien todos los meses del año recibe en su casa a turistas de distintas partes del mundo.

En otro momento de su alocución, el primo del dueño de Menelik subrayó que en las peleas de toros no interviene la mano del hombre y no se derrama sangre. A pesar de ello, en 2018, Arequipa estuvo a punto de perder sus tradicionales peleas de toros cuando el Tribunal Constitucional aceptó una demanda presentada por defensores de los derechos de los animales, quienes solicitaban que las peleas de toros y gallos fueran incluidas en la ley de protección animal bajo el concepto de maltrato.

Foto referencial de cómo se lleva a cabo una pelea de toros. (elbuho.pe)
Foto referencial de cómo se lleva a cabo una pelea de toros. (elbuho.pe)

Ante ello, los arequipeños se opusieron rotundamente y señalaron que en 2016, la Municipalidad Provincial de Arequipa, mediante resolución municipal, declaró a las peleas de toros como “Patrimonio Histórico de Arequipa”. Esto al considerarse el enfrentamiento entre estos animales como una parte integral de las tradiciones de la región.

La pelea de toros en la ‘Ciudad Blanca’ es una tradición y se organiza con el fin de beneficiar a la población. Aunque en la actualidad las entradas no son baratas, lo recaudado se destina a obras comunitarias. Para tener una idea de cuánto se puede recaudar, en 2023 se llevó a cabo una pelea de toros en el Complejo Recreacional ACPATPA El Pasto – Las Peñas (Socabaya) con entradas a 40 soles. Este monto, multiplicado por 13 mil espectadores, resulta en una cuantiosa suma de dinero utilizada en beneficio de la comunidad.

Jesús Lazo, quien falleció el año pasado ―según un guía turístico consultado por este medio―, vivió la etapa de esplendor de su toro y también fue testigo de su muerte. Décadas después de la partida del legendario astado, tomó la decisión de crear un museo, un recinto que guarda múltiples historias llenas de emoción y legado cultural.

Monumento en honor al toro Menelik. (Captura difusión)
Monumento en honor al toro Menelik. (Captura difusión)

La historia poco conocida del toro Menelik

Menelik, uno de los toros más queridos y recordados de Arequipa, vio la luz por primera vez en la pampa de Socabaya, en agosto de 1940. Su madre, una vaca lechera declarada campeona ganadera en una exposición agrícola, industrial y artesanal organizada para celebrar los cuatro siglos de fundación de la ciudad de Arequipa, se cruzó con un toro joven que se escapó de su corral durante el mismo evento. Este encuentro fortuito resultó en el nacimiento del toro querido por los arequipeños.

Con el pasar del tiempo, Menelik fue trasladado a Santa Rita de Siguas. Allí, durante tres años, desarrolló una técnica única: golpear a sus oponentes detrás de la oreja y atravesarlos con su asta. Esta habilidad excepcional le permitió ganar numerosas peleas y coronarse campeón por primera vez el 9 de abril de 1944 en Sabandía. En este lugar, venció a Smeling, un toro musculoso de más de 600 kilos, perteneciente al señor Ángel Castro, quien en su momento fue campeón de la campiña arequipeña gracias a la victoria de su animal.

Ese mismo día, Menelik fue rifado y adquirido por Jesús Lazo de Paucarpata. Bajo su cuidado, el astado se mantuvo invicto durante cinco años consecutivos, consolidándose como el toro campeón de la región desde 1944 hasta 1951.

Réplica a escala real del toro Menelik. Este objeto simbólico se encuentra ubicado en el museo de Paucarpata. (Infobae: Rafael Montoro)
Réplica a escala real del toro Menelik. Este objeto simbólico se encuentra ubicado en el museo de Paucarpata. (Infobae: Rafael Montoro)

Por otro lado, el nombre de Menelik tiene un origen curioso: sus criadores lo bautizaron en honor a un león de un circo que arribó a Arequipa en la década del 40. Este felino africano, con una melena rojiza, impresionó a los locales y, sobre todo, al dueño del toro. Sin conocer al emperador abisinio, los criadores decidieron llamarlo Menelik, inspirados por las similitudes entre el colorido pelaje del toro y el del león.

La historia de Menelik es evocada con profunda emoción por los arequipeños. Las hazañas de este legendario astado lo han convertido en el toro de pelea más icónico de la región. “Todo lo recaudado es para un bien social,” recalca Juan Lazo Carpio, primo del dueño del apreciado toro, ante la mirada atenta de los visitantes del museo que día a día recibe a turistas peruanos y extranjeros, ávidos por descubrir más sobre esta fascinante y digna historia.

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