Miriam Rosalía Melgar Quispe, una madre de familia de 53 años que radicó en Estados Unidos más de la mitad de su vida, falleció tras complicaciones derivadas de una cirugía estética a la que se sometió durante su última visita a Perú. La intervención y posteriores complicaciones llevaron a la paciente a pasar por distintas clínicas en Huancayo, su tierra natal, antes de su deceso, ocurrido tras casi una semana de agonía.
El propósito inicial del viaje de Melgar Quispe a Perú era asistir a la boda de una sobrina en la región de Junín. Durante su estancia, decidió aprovechar la oportunidad para someterse a una liposucción en la clínica San Miguel, que le recomendó una amiga cercana.
La cirugía fue realizada por el médico Fidel Bernaola, quien —según las denuncias de la familia— no manejó de manera adecuada las complicaciones que surgieron durante el procedimiento quirúrgico.
A lo largo de las cinco horas que duró la liposucción, diversas complicaciones afectaron la salud de Melgar Quispe, lo que obligó al médico a cargo a trasladarla primero a la clínica Zárate y luego a la clínica Ortega, ambas ubicadas en la ciudad de Huancayo, de acuerdo al relato de los deudos.
El hermano de la víctima, Juan José Melgar, declaró a Correo que la familia fue notificada varias horas después de ocurridas las complicaciones de salud. Para cuando se enteraron de la noticia, los médicos les informaron que ella tenía muerte cerebral.
“La llevaron a la clínica Zárate a sacarle una tomografía, ¿por qué le llevaron a sacar una tomografía si supuestamente la cirugía era exitosa?”, cuestionó el familiar.
Además, la familiares denunciaron que Fidel Bernaola exigió 50 mil soles por la operación, una cifra que consideraron exorbitante, y señalaron que el médico como la clínica se negaron inicialmente a proporcionar detalles claros sobre el estado de salud de la paciente.
“El médico Bernaola, su esposa y otra trabajadora se hicieron pasar como familiares de mi hermana ante las clínicas. Recién nos avisaron de su estado de salud a las 11 de la noche (del mismo día de la liposucción). Tras varias horas nos enteramos de que tenía muerte cerebral”, relató Juan José.
Las insistencias del familiar respecto a posibles negligencias no se quedaron ahí. Según sus declaraciones, Bernaola tendría antecedentes de otras complicaciones médicas en su anterior lugar de trabajo, la clínica Espinoza, donde habría registrado “al menos cinco víctimas”.
El caso de Melgar Quispe tuvo un desenlace trágico el pasado viernes 14 de junio, fecha en la que falleció a causa de un paro cardiaco. La mujer había planeado regresar a Estados Unidos en dos semanas para reunirse con sus dos hijas, quienes ahora recuerdan a su madre a través de fotos y videos de sus últimos momentos felices.
El caso generó gran indignación en las redes sociales. La exministra de la Mujer, Rosario Sasieta, se pronunció en la plataforma X (anteriormente conocida como Twitter), para exigir justicia.
Sasieta instó a las autoridades pertinentes, como el Ministerio Público y la Policía Nacional del Perú, a proceder con las investigaciones necesarias para capturar a los responsables.
“Ella vivía en EE. UU. Viene a Perú. Se opera por liposucción y muere en la operación. Los médicos libres”, tuiteó la abogada.
Además, remarco que el caso de Miriam Rosalía Melgar Quispe pone nuevamente en el centro de atención las regulaciones y supervisiones en torno a las prácticas médicas estéticas en elPerú.
La familia de la víctima sigue en busca de justicia mientras el caso continúa bajo investigación. El último fin de semana llegaron a los exteriores de la clínica con carteles que llevaban la frase: “¡Justicia! ¡Queremos justicia!”.